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Gabri de Vuyst y su debut: "Llevaba peleándolo toda la vida"

El joven guardameta majorero cumplió el martes, en Alcalá, el sueño de participar en un partido de competición con el primer equipo blanquiazul

Gabri de Vuyst, en un entrenamiento.

Gabri de Vuyst, en un entrenamiento. / CD Tenerife

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

El estreno del Tenerife en la Copa del Rey dejó algún que otro protagonista más discreto, con menos focos encima que los goleadores Fran Sabina, Maikel Mesa, Dani Fernández y Nacho Gil. Por ejemplo, Gabriel Lozano de Vuyst (6/7/2004, Puerto del Rosario). El guardameta vivió un debut redondo. No solo quitó el precinto en un partido de competición con el equipo blanquiazul, sino que lo hizo dejando la portería a cero. En los días previos ya sabía que le iba a tocar. Su entrenador, Álvaro Cervera lo había confirmado en la víspera. La baja del titular en Primera RFEF, Dani Martín, por unas leves molestias, despejó las dudas, si es que existía alguna. Siguiendo el 'protocolo' de estas situaciones por ser, de entrada, el arquero suplente, tuvo que esperar al torneo del 'KO' para tener su primera vez.

Una vez superado el reto, reconoció que había llegado a sentirse "un poco nervioso" al principio. "Pero es normal", descargó en un breve encuentro con los periodistas. "Estaba con muchas ganas", reconoció el majorero, de padre de Fuerteventura y madre belga –de ahí, su segundo apellido, el que se lee en su camiseta–. "Llevo toda la vida peleando por esto", afirmó Gabri, que tuvo la oportunidad de compartir sus sensaciones in situ con su familia, presente en El Val. Su padre, su madre y su hermana. "No hizo falta que enviara mensajes a nadie", bromeó el portero.

Primeras apariciones

Hace un año, poco o nada se sabía de él. Al menos, en el ámbito del primer equipo. Llegó al club blanquiazul en 2023 para unirse al juvenil, luego pasó al Tenerife C y a mediados de la temporada 24/25 empezó a entrenar con los profesionales sin haber tenido minutos con el B en Segunda RFEF, lo mismo que Sergio Aragoneses. La salida de Tomeu Nadal en el mercado de invierno de 2025 hizo más necesaria la presencia de canteranos en la rutina diaria. Dentro de esa dinámica, pudo dar un paso más al ser convocado para un partido de Liga, el disputado el 9 de febrero en el Martínez Valero. Sin Salvi Carrasco disponible, Gabri de Vuyst fue el elegido junto a Edgar Badia, titular fijo en esa etapa.

Más adelante, en la segunda quincena de abril, volvió a formar parte de una lista. Una sanción de Salvi le abrió las puertas nuevamente, primero para viajar a La Coruña y luego para sentarse en el banquillo del Heliodoro Rodríguez López, con el Eibar como rival. Ya había motivos suficientes para que alguna de las preguntas de las ruedas de prensa de Cervera estuviera dedicada al joven guardameta. El técnico definió al canterano como "un chaval extraordinario, un chico que tiene ganas, que es muy humilde y es buen tío, y que está parando". Tras confesar que no era mucho de "porteros", ya que prefiere delegar en los verdaderos especialistas en esa demarcación, Álvaro reconoció que la integración de Gabri a la rutina de los profesionales había sido sorprendente. "Un día empezó a hacer cosas diferentes, a parar más de lo normal. Y te empiezas a fijar y preguntas. Incluso los compañeros venían y me lo decían", comentó.

A esas alturas del curso, Gabri pudo alternar algunas actuaciones con el Tenerife B, tres en concreto, una derrota en Valdebebas ante el Real Madrid C (2-1), un empate en casa frente al Moscardó (1-1) y un tropiezo en la Ciudad Deportiva con el Rayo Majadahonda (2-4).

La gran oportunidad

Así se fue apagando una temporada que situó a De Vuyst entre los candidatos a ser uno de los dos porteros de la primera plantilla. Una de las plazas iba a ser para Dani Martín. La otra, para él o para Sergio Aragoneses. Los dos canteranos pasaron la prueba durante el verano. El elegido fue el primero.

Una vez cerrada la ventana de altas y bajas, el club confirmó el ascenso de Gabri con la firma de una ampliación de la duración de su contrato por dos campañas, hasta junio de 2027, con opción a una más. En la espalda, el dorsal 13.

En El Val, en el debut, su padre fue testigo desde la grada: Jero Lozano, que también fue portero. Un clásico del fútbol canario, en el Fuerteventura y, principalmente, en el Corralejo, con el que llegó a competir en Segunda B en la 02/03.

Gabri tuvo la ventaja de contar con un maestro en casa. Empezó a ponerse los guantes en las categorías de base del Corralejo. Luego pasó por Los Toscones y el Herbania sin salir de su Isla natal. Dadas sus condiciones, no tardó en recibir ofertas de fuera. En su etapa cadete aceptó la del Real Valladolid, y en la de juvenil, la del Mallorca. De ahí, al Tenerife, un club en el que los guardametas procedente de la base se han ido haciendo un hueco, aunque no siempre para tener continuidad en la competición.

Desde Domingo Hernández

Con dorsal fijo, desde la temporada 95/96, subieron en su día Domingo Hernández (96/97), Ibrahim Jorge (00/01), Roberto Gutiérrez (de la 13/14 a la 15/16), Carlos Abad Hernández (17/18) y Ángel Galván. El único que pudo disfrutar de cierto recorrido fue Roberto. Con Álvaro Cervera llegó a jugar 31 partidos de Segunda División y uno de Copa en el curso 12/13. En esta relación no figura Dani Hernández, que se formó en la base del club blanquiazul pero que hizo carrera en el Tenerife como fichaje.

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