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Los números de la crisis del CD Tenerife: del mejor arranque de la historia de Primera Federación al desplome

El representativo ha pasado de sumar los primeros 18 puntos en juego a solo uno de los últimos nueve y de recibir un gol cada tres partidos a encajar cuatro en las últimas dos citas

Los futbolistas del CD Tenerife, cabizbajos tras la derrota frente al Unionistas de Salamanca.

Los futbolistas del CD Tenerife, cabizbajos tras la derrota frente al Unionistas de Salamanca. / Andrés Gutiérrez

Luisfer Cabeza

Luisfer Cabeza

Santa Cruz de Tenerife

De lo humano de dejarse ir en la segunda mitad frente al Castilla (0-3 al descanso y 1-3 al final tras una segunda mitad muy floja del Tenerife) a la ansiedad contra el Zamora, cuando el representativo jugó con un jugador más un partido completo -la acción del penalti y la expulsión que provocó Enric Gallego se produjo en el primer minuto-, hasta el accidentado duelo frente al Cacereño marcado por el impracticable estado del terreno de juego. Esos tres partidos, consecutivos en el calendario pero inconexos en cuanto a las circunstancias de cada uno, evidenciaron de distintas y sutiles maneras que al equipo de Álvaro Cervera empezaba a costarle. Que había fisuras en el hasta entonces arrollador navío tinerfeñista.

Para ese entonces, hace ya dos semanas, la duda era razonable: ¿había involucionado el Tenerife o es que, simplemente, el camino de vuelta a Segunda no podía ser tan sencillo como pareció en las seis primeras semanas de campeonato? Fue entonces cuando el Unionistas, colista una semana antes visitar el Rodríguez López evidenció la tendencia negativa del equipo insular. 0-1 tras un primer tiempo “vulgar”, según Cervera, y un preocupante 0-2 a la conclusión del choque. El pequeño bache, primero del curso, se tornó en socavón en Barakaldo. El aviso que lanzó el Unionistas no encontró en el Tenerife la respuesta necesaria. Los blanquiazules no cambiaron de rumbo y el golpe en Lasesarre fue aún más duro merced a un segundo tiempo en el que los pupilos de Imanol de la Sota desarbolaron a un Tenerife irreconocible: transparente en defensa, impotente en ataque y desordenado y entregado en la recta final. Hay crisis. De juego y de resultados.

Comenzó en Valdebebas

La trayectoria atestigua el desplome. El representativo lo ganó todo en las primeras seis jornadas de campeonato. Victorias contra el Guadalajara, el Mérida, el Pontevedra, el Ourense, el Real Madrid Castilla y el Zamora: pleno de 18 puntos, 16 goles a favor, dos en contra y cuatro porterías a cero. Dani Martín no recogió el balón de su marco ni una sola vez hasta la quinta fecha, en el segundo tiempo frente al filial blanco. La media fue de 2,6 tantos anotados por partido y uno en contra cada tres. El resultado fue el mejor arranque cualquier equipo en la historia de Primera Federación.

La cuesta abajo, no obstante, comenzó en el Di Stéfano. La segunda mitad del equipo dirigido por Arbeloa ya evidenció que el sólido hormigón del edificio diseñado por Álvaro Cervera comenzaba a resquebrajarse. El filial lanzó 11 córneres y disparó nueve veces al marco defendido por Dani, que hizo siete paradas (su récord esta temporada), dos de ellas extraordinarias. Una, de hecho, premiada entonces como la mejor intervención de fin de semana en la Jornada 5 de Primera Federación.

De ahí en adelante, el Tenerife solo ha sumado uno de los nueve puntos en juego, ha encajado cuatro goles en y no ha marcado ninguno. De ser una apisonadora en campo rival, a quedarse a cero tres semanas seguidas. De una incuestionable solidez, a hacer aguas por todas partes. En las últimas dos jornadas, el equipo de Cervera ha recibido el doble de goles (4) que en los siete primeros partidos (2).

El Barakaldo anota el primero de sus dos goles al Tenerife.

El Barakaldo anota el primero de sus dos goles al Tenerife. / Agencia LOF

En Lasesarre, un coladero

Frente al Barakaldo, de hecho, la escuadra blanquiazul concedió hasta 13 lanzamientos a portería. Es la mayor cifra hasta la fecha (el Castilla chutó nueve veces) de un rival en lo que va de temporada. El propio Tenerife, de hecho, alcanzó el máximo de diez disparos al marco rival contra el Zamora y el Mérida. Dani hizo en Lasesarre cinco paradas, alguna de mérito como una en la recta final del primer tiempo para evitar el 1-0 u otra con el pie en los últimos minutos, evitando entonces el tercero.

En el capítulo ofensivo, aunque menos importante para un Álvaro Cervera que prioriza la fortaleza atrás, las cifras son también alarmantes. Son ya tres partidos seguidos sin celebrar un gol. El propio Jesús de Miguel ha pasado de arrollar entre la segunda y la sexta jornada con siete goles en cinco compromisos a pasar inadvertido desde la salida a Cáceres. Desconectado y desasistido, fue incluso sustituido en Lasesarre. Tampoco Nacho Gil parece tan fino como en las primeras semanas y Enric Gallego, al igual que el pasado curso, ha pasado a destacar más por su entrega y las numerosas faltas que comete que por su aportación ofensiva. Está frustrado.

Los cambios, otro síntoma

Aunque no destaque tanto como los números anteriormente resaltados, no deja de ser sintomática la gestión reciente de los cambios de Álvaro Cervera. Mientras el técnico no movió nunca el equipo antes de la hora de juego en las cuatro primeras semanas (Aitor Sanz se quedó en el vestuario el día del duelo frente al Ourense por una indisposición, y no por decisión técnica), ya frente al Castilla introdujo un doble cambio a los diez minutos de la segunda mitad. El día del Zamora hubo triple cambio al comienzo del segundo tiempo, igual que ante Unionistas. En Barakaldo, Balde y César saltaron al campo justo después de que los aurinegros pusieron el 2-0 en el marcador (54'). A Cervera empieza a no gustarle lo que ve y la necesidad de hacer cambios es un termómetro que lo pone de manifiesto.

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