CD Tenerife
El filial perfecto sí existe: una canción de antaño para celebrar las victorias, un vestuario que hace piña y un líder silencioso
Los secretos del CD Tenerife B, un equipo que lidera su grupo en Segunda RFEF con el doble de goles anotados que recibidos

El filial celebra su triunfo ante el Intercity. / CD Tenerife

Si en el vestuario suena Freed from desire, una canción de la italiana Gala Rizzato que se popularizó en Reino Unido a finales de los noventa, entonces es buena señal. Sobre su estribillo a todo volumen cantan y bailan los futbolistas del Tenerife B cada vez que conquistan una victoria, ya sea en su casa de Geneto –de la que presumen orgullosos porque es una de las mejores ciudades deportivas del país– o a domicilio, donde ya se ha hecho habitual ver ganar a los de Leandro Cabrera, Mazinho.
Tal vez el soniquete pegadizo de la canción de Gala sea una de las pocas banderas que se mantienen de la etapa anterior. Eso, y el poder de mando del entrenador, una figura esencial para entender el crecimiento del equipo. Un líder natural, de aquellos que no necesita alzar la voz para persuadir;pero que a veces sí lo hace. Lo demás han cambiado. Muchas caras nuevas, empezando por el líder en los despachos (Carlos Ruiz por Jony Vega), la incorporación de futbolistas llamados a marcar diferencias (Juan Ybarra brilla con luz propia, pero no es el único) y una directriz que comparten presidencia, propiedad y técnicos: ya no hay ningún futbolista mayor de 23 años para que así todos sean seleccionables por Cervera para el primer equipo.
Frente a las dudas iniciales sobre la viabilidad de mantener al B en Segunda RFEF, la respuesta rotunda de Felipe Miñambres («nos va a venir bien») y luego el alivio que supuso la alianza para el fútbol femenino, que descargó al club del 70% los gastos de toda la sección. Así que para el representativo se convirtió en un objetivo real fortalecer al filial, si bien nadie pensó en que la apuesta fuese tan fuerte como para pelear por el liderato.
Entrenar como animales
Consumidas las primeras jornadas del campeonato en su grupo, que comparte con clubes tan notables como Intercity o Conquense, el filial puede presumir de liderato. Pero también de mucho más que eso. Su primer filial es una familia, destaca un alto cargo de la institución. Repartidos los fichajes de fuera en pisos de La Laguna que comparten en algunos casos de tres en tres, hacen vida fuera de su rutina diaria. Ycuando toca entrenar, lo hacen como animales. «Con mucho sacrificio», destaca Julen Zubelzu, uno de los que sí sigue de la etapa anterior.
El repaso descomunal que le dieron a Las Palmas Atlético en la primera jornada fue la primera advertencia de que el B podía llegar lejos, aunque ya antes la calidad que ofreció el rendimiento de Alberto Ulloa (vino de la mano de Pier cuando estaba a punto de renovar por el Atlético Granada) , Kevin (iba a firmar por Las Palmas pero lo convenció Manu Gámez para que luciera de blanco y azul) o Sergio Aragoneses Jr. en los entrenamientos del primer equipo hizo sospechar de puertas adentro que la temporada «podía ser bonita». Es más, aún lamentan que no pueda jugar el fichaje que más le gustaba al presidente, el de Dani Álvarez, que dio un recital de desparpajo en un partidillo en verano y a los pocos días tuvo que pasar por el quirófano. Los que sí juegan, y además muy bien, son los que conforman el once tipo de Mazinho. Empieza por Aragoneses Jr. en portería, que está siendo «providencial muchas veces», según revela el propio míster. Dejó atrás un aciago partido en pretemporada para volver por sus fueros y hacerlo más fuerte que nunca, coinciden Cervera y Mazinho.
El muro del filial se construye también con nombres como el de Kevin, Zubelzu o Trilla (venido de los filiales del Getafe) para completar una defensa sin fisuras. Ha regresado Giovanni, que está mejor que antes, dicen. Y en el mediocampo ha dado un paso al frente Joel Ramírez, un metrónomo al que en el club cuidan y miman por el futuro que tiene. Juega junto a Ulloa, ahí donde empieza a asomar Yerover, producto de la casa y en el que todos los entrenadores confían (lo suyo tiene mérito por su aún corta edad). Sin olvidar a Mauro Costa, de los jugadores más técnicos en nómina y al que el Tenerife trajo del Castellón.
Los goles han de ser responsabilidad de un Ybarra diferencial o de Marcos Marrero, que vino del sur para lucir como ya lo hace. Por si fuera poco, ya se avista el crecimiento de Walid. O las mañas de Omar Sánchez, ex de Las Palmas y que no aceptó renovar con los amarillos para reclutarse en el proyecto del representativo de su isla (es natural de Puerto de la Cruz). El proyecto tiene buena pinta. Savia nueva que celebra sus éxitos con música de antaño en un ritual que se repite cada vez con más frecuencia. El de ganar.
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