Radiografía de una bronca en el CD Tenerife
Desde el vuelo con destino Tenerife Norte a una volcánica reunión que se saldó con un cese en diferido, el del presidente Díaz Armas, que ya no estaba en la sala cuando sus compañeros de deliberaciones procedieron a desplazarle. La pelota pasa ahora del consejo a los tribunales.

Cinco consejeros blanquiazules, sobre el césped del Heliodoro el día de la presentación de Felipe Miñambres. / CDT

Rayco García, Antonio Porro y Felipe Miñambres viajaron juntos en el mismo vuelo desde Madrid para asistir a la reunión bronca del lunes, aquella en la que iba a cambiar la historia de la institución hasta situar al Tenerife frente a un nuevo precipicio. Lo nunca visto: dos presidentes al mismo tiempo. «Hay que echarlos», había contado el segundo máximo accionista a varios interlocutores para referirse durante la mañana a José Daniel Díaz y Francisco Miguel Heredia. Para entonces, la fractura ya no tenía solución ni analgésico posible. El grupo de wasap del propio consejo echaba fuego desde el jueves, cuando uno de sus integrantes advertía de que parte de la directiva estaba actuando de forma ilegal. Ante tan grave acusación, las llamadas se sucedieron a velocidad de vértigo. Hasta el calmado Felipe parecía perder la paciencia.
Rayco y los suyos afrontaban la crucial reunión con una consigna clara: proceder a votar la destitución de Díaz aunque no estuviese prevista en el orden del día. El encuentro fue convocado para las cuatro y media, hora a la que empiezan a marcharse los empleados y las oficinas se quedan huérfanas de personal. Así nadie podría oír los gritos e improperios que ya son habituales en este tipo de cónclaves. Al presidente que ahora destituyen en diferido le han llegado a llamar «abogaducho» en la sala de juntas. Y cosas peores.
La reunión sirvió para fijar fecha para la próxima asamblea: 4 de julio. Y para que el ala dominante negase la existencia de un acuerdo en firme con el Egatesa. La respuesta irrita –y mucho– al presidente Díaz, quien pregunta entonces para qué habían avisado al Cabildo de que tenían algo que anunciar este miércoles junto a la directiva del Costa Adeje. Acabado el vistazo a los puntos del orden del día, en total dos, y ante la ausencia de Heredia –se encontró con un desagradable incidente personal el mismo día del consejo–, Díaz procede a clausurar la dcita. «Se levanta la sesión». Lo hizo cuando Antonio Porro insistía en introducir un nuevo asunto para su votación por una presunta «pérdida de confianza» en el presidente, que se parapetó en el reglamento y además aseguró que no podía añadirse ningún punto adicional, máxime cuando no estaba presente uno de los seis consejeros del club.
A Díaz le insisten. Quieren votar. Pero el mandatario blanquiazul recalca que se marcha porque así además se lo han aconsejado sus abogados. La tensión es evidente. «A mí me ha elegido la Junta General, a usted no», espetó el presidente al consejero Porro, añadido al consejo por la vía de la cooptación. Esto es, elegido a dedo a la espera de que la asamblea ratifique su nombramiento.
El ambiente es de alto voltaje. Hace ya mucho tiempo que el consejo vive a golpe de burofax. Uno de los más recientes, de Heredia para pedir explicaciones porque nadie nada le ha contado. Ni el porqué de la desvinculación contractual de un futbolista (Waldo) el día antes de la última jornada, ni tampoco las razones para que dejaron ir a Fabio a cuatro semanas del final, ni la composición de la lista de altas y bajas, ni la de despidos previstos... «Si no hay información, hay una clara obstrucción a nuestra labor como consejeros», ha sido una de las quejas de Heredia, cuyo perfil garantista chocaba con el ala dominante. Sus últimas declaraciones habían enervado a Rayco, que viajó desde Madrid dispuesto a cortar cabezas. No pudo hacerlo con el presidente presente en la sala, sí después. Operación quirúrgica al Tenerife sin anestesia. Riesgo alto para la reputación. Rayco decide, Felipe accede.
Lo que dicen los Estatutos
Artículo 22. «La gestión, administración y representación de la sociedad en juicio o fuera de él, y en todos los actos comprendidos en el objeto social corresponde al Consejo de Administración, que actuará colegiadamente, sin perjuicio de las delegaciones y apoderamientos que pueda conferir».
Los plazos. «La gestión, administración y representación de El Consejo al constituirse o renovarse elegirá de su seno un Presidente, un Vicepresidente y un Secretario», puede leerse textualmente en el mismo epígrafe.
La Ley de Sociedades de Capital. Le corresponde al presidente «convocar y presidir las reuniones del consejo de administración, fijando el orden del día de las reuniones y dirigiendo las discusiones y deliberaciones».
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