Desafortunado también en la intrascendencia: el Tenerife pierde en Cartagonova

El equipo blanquiazul pierde por 1-0 un partido entre equipos descendidos después de una injusta expulsión de Landázuri en el minuto 17 y un gol de Luismi Cruz anulado en la pantalla. El Tenerife, que llegó a jugar un tramo con nueve futbolistas, mereció sumar.

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

Con el menoscabo añadido de ser un equipo ya descendido a Primera RFEF, el Tenerife compitió, buscó el triunfo, jugó con amor propio y no mereció perder en Cartagonova, pero no tuvo la suerte de su lado. La suerte o el respaldo de un arbitraje menos influyente. En suma, un relato ya conocido.

Ante el Elche, el Racing, el Burgos en el Heliodoro, el Deportivo... En todos esos partidos de la segunda vuelta del calendario, cuando trataba de acelerar para acercarse a los puestos de permanencia, el equipo blanquiazul se vio perjudicado por decisiones arbitrales. En Cartagonova, ya sin nada en juego, también. No por un gol anulado –que también lo hubo– o un penalti no señalado, sino por una expulsión con tarjeta roja directa a Anthony Landázuri al borde del minuto 18. El motivo, una supuesta falta del ecuatoriano sobre Álex Millán al ir al cruce con la intención de cortar un contragolpe. A simple vista, la de Moreno Aragón, así debió ser, porque el colegiado no se lo pensó dos veces. El atacante voló delante de Bam Bam y ahí las apariencias fueron engañosas. La duda estuvo en la intervención del VAR, o mejor dicho, en la pasividad de López Toca por no pedir a su compañero que revisara lo sucedido en la pantalla.

Cervera reaccionó desplazando a Aarón del medio a la zaga, ya con un cambio pensado, el de César por Cantero, que fue el jugador sacrificado para equilibrar mejor la alineación. Así, de repente, en un partido de ritmo lento y pocos relieves, el Tenerife tuvo que adaptarse al inconveniente de jugar con uno menos demasiado pronto –no fue el único revés arbitral–.

El gol del Cartagena

Y el Cartagena, que apenas se había estirado puntualmente aprovechando el costado defendido por el debutante Gabri Palmero, tuvo argumentos suficientes para seguir empujando hacia el que fue el único gol del partido, marcado por Álex Millán al cazar por alto un centro de Martín Aguirregabiria desde esa misma banda. El delantero saltó más que David Rodríguez, que se había tenido que acoplar al puesto de central, y dirigió la pelota a la red con un toque preciso, imposible para Salvi. Lo cierto es que el Efesé ya había merecido marcar jugando en superioridad. Por ejemplo, por medio de Luna en un mano a mano con Salvi mal resuelto. O del tinerfeño Óscar Clemente como protagonista con una volea desviada. También probó suerte Pepín Machín antes de que cayera el 1-0.

En esa etapa, el Tenerife había quedado reducido a su fase defensiva. Todo lo contrario que en la anterior a la expulsión de Landázuri. Porque los blanquiazules fueron los que consiguieron llevar la iniciativa de entrada. Con Aarón Martín y Diarra formando el doble pivote, Waldo y Cantero en los extremos, y Maikel Mesa y Jorge Padilla en punta. Una alineación inédita y abierta a múltiples novedades por la particular situación en la que ya estaba el Tenerife, descendido desde la jornada anterior. Era cuestión de repartir minutos entre los menos habituales, probar pensando en el nuevo proyecto...

Sin la tensión ni la energía de otras tardes, por no tener la necesidad ni la obligación de ganar, el equipo fue desarrollando su plan con más posesión que pegada ante un Cartagena que fue el primero en avisar con una clarísima ocasión de Millán, que no acertó a colar el balón en la portería con Salvi Carrasco batido, tras un centro de Pepín Machín desde un carril izquierdo demasiado desprotegido.

El Tenerife respondió con una pared de Sergio y Waldo que culminó Maikel con un golpeo raso que sacó Fuidias con firmeza (8’).

Y hasta ahí. Lo siguiente fue la expulsión de Landázuri y la ruptura de los planes de Cervera, que utilizó la ventana de cambios del intermedio para realizar ajustes. Quitó a Gabri y a Jorge para poner en el campo a Mellot y a Luismi.

La segunda parte

Con estos retoques, el Tenerife recuperó la cohesión y el balón. Empezó a notarse menos, o nada, la diferencia de efectivos en cada equipo y el partido volvió a jugarse en dos direcciones, pero con la tendencia de invadir la mitad del campo albinegra. Luismi aportó desahogo y liderazgo en el funcionamiento ofensivo y el equipo lo agradeció. El gaditano asumió responsabilidades y ejecutó una falta directa (49’) sin la puntería suficiente. Y en su siguiente intervención marcó el empate, pero su celebración quedó diluida por la irrupción del VAR, al fin estrenado para detectar una falta anterior de David sobre Óscar Clemente. Para colmo, el defensa fue castigado con una cartulina amarilla.

Lejos de desconectarse o bajar los brazos por pura impotencia, por chocar siempre con el mismo muro, los blanquiazules se tomaron el intento de remontada con la seriedad y profesionalidad de otras veces. Tanto, que rondaron el empate en más de una ocasión dando la sensación de que no les faltaba nadie en el campo, de estar en un once contra once. Lo tuvo Maikel con una volea en el minuto 57 y con un remate desde el punto de penalti que desvió Alcalá en el 78.

El Cartagena, centrado únicamente en defender, tuvo un pequeño respiro por otro giro de mala suerte del Tenerife, un golpe sufrido por César en la cabeza que dejó por unos instantes al equipo visitante con nueve futbolistas en el campo y con Luismi ejerciendo la función de lateral. El canterano intentó seguir, pero finalmente tuvo que ser sustituido por Teto. El Efesé quiso apretar en ese intervalo para sentenciar y acarició el 2-0 con un golpeo de Andy que salió cerca del palo, asistido por Ortuño.

Una vez solventada esta crisis, en la que Álvaro Cervera fue expulsado por protestar, el duelo siguió tal como estaba, con dominio tinerfeño y con el Cartagena mirando el cronómetro para endulzar su caída a Primera RFEF como colista. Los siete minutos de alargue no premiaron a los blanquiazules –Sergio González dispuso de la última oportunidad en el 96–, que vieron interrumpida su racha de ocho jornadas seguidas sin perder, consistente en tres victorias y cinco empates. Ya solo quedan dos paradas para despedir una temporada en la que casi todo ha salido mal. El próximo fin de semana ante el Oviedo en el Heliodoro y el siguiente, contra el Almería fuera.

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