El drama de repetir el descenso en el CD Tenerife

Ángel Rodríguez es el único componente de la plantilla blanquiazul que ya bajó una vez con el CD Tenerife (en 2010, de Primera a Segunda). Otros jugadores descendieron, pero con otros clubes; y también hay un puñado de futbolistas que lo hicieron en edades más tempranas y equipos filiales.

Ángel Rodríguez se lamenta de la derrota ante el Cartagena en casa en el partido de la primera vuelta.

Ángel Rodríguez se lamenta de la derrota ante el Cartagena en casa en el partido de la primera vuelta. / MARÍA PISACA

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Santa Cruz de Tenerife

No hay supervivientes en la actual plantilla del CD Tenerife del último descenso del representativo a Segunda División B, aunque sí hay muchos empleados de la sociedad anónima que lo vivieron (y sufrieron) en sus propias carnes. De hecho, algunos incluso fueron incluidos por la institución en el triste Expediente de Regulación de Empleo que se cobró más de una decena de despidos, si bien la justicia acabó por invalidar los efectos del infeliz procedimiento.

En el plantel isleño, sin embargo, sí hay un futbolista que ya estaba presente en la caída anterior, la que se produjo desde la élite a la segunda categoría un año antes, en junio de 2010. Es Ángel Rodríguez, a quien le tocó llorar en Mestalla hace ahora 15 años y ahora repite en el drama, solo que esta vez en el dolor añadido de que el club sale del fútbol profesional y las consecuencias del descenso son mucho más lesivas.

Experiencia traumática

Aunque un descenso es una experiencia tan traumática e indeseable que en muchos casos se padece una sola vez en la vida, en el representativo hay otra decena de jugadores que ya pasaron por esta calamidad con otros colores. Y algunos, incluso dos veces. Así, un veterano como Edgar Badia, que ya ha mostrado su pesadumbre a través de las redes, vivió el pasado fin de semana su tercer descenso tras los que lloró con Elche y Reus.

Otro jugador experimentado como Enric Gallego bajó con el filial del Espanyol y a continuación con el Huesca; Yann Bodiger, con Córdoba y Castellón; Maikel Mesa, con Osasuna B y Mirandés; Waldo Rubio, con el segundo equipo del Córdoba B y con el Real Valladolid, en una caída que facilitó su llegada a Tenerife; y Juande Rivas, con el mismo club pero en distintas categorías, pues primero bajó con el Atlético Malagueño y más adelante con el Málaga.

Con el filial

Cierto es que los descensos con un filial duelen menos, pues no existe el desgarro emocional de una gran masa social como el que sí hay en el Tenerife. Con un segundo equipo ya bajó también José León, en las filas del Real Madrid Castilla; Medrano con el Atlético B, Luismi Cruz con el Sevilla Atlético o Jorge Padilla en su cesión al Atlético Levante. Ahora bien, hubo descensos todavía más dolorosos e hirientes porque los ahora jugadores del Tenerife los vivieron en equipos que significaban mucho para ellos.

En este epígrafe cabe mencionar la caída del grancanario Fabio González con la UD Las Palmas, o la de Álex Cantero con el equipo de su vida, el Levante. También inolvidable, pero por el infausto recuerdo, fue para el ahora emblemático Aitor Sanz su descenso con el Real Unión de Irún. Mientras tanto, fuera de España tiene un cambio indeseado de categoría Marlos, que bajó con el Troyes en Francia.

La experiencia de bajar es nueva para Sergio González, David Rodríguez, Jeremy Mellot, Yussi Diarra, Aarón Martín, Salvi Carrasco, Teto o Landázuri. Sea como fuere, hay quienes ya han mostrado un compromiso para nada habitual en estas circunstancias y se ofrecen a quedarse para andar junto al representativo el camino de retorno a la Hypermotion. Las próximas semanas se antojan cruciales para saber cuántos se quedan para enmendar la catástrofe. Los que se vayan animarán desde fuera.

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