Álvaro Cervera carga contra los árbitros: «Yo también tengo hijos; y también lloran si me echan»

El técnico, harto de decisiones que cree injustas, manda un recado al colectivo

«El equipo ha hecho una temporada como para estar abajo, pero son muchas cosas y muy seguidas», lamenta

Álvaro Cervera, en el banquillo del Rodríguez López.

Álvaro Cervera, en el banquillo del Rodríguez López. / Arturo Jiménez

Santa Cruz de Tenerife

«Yo también tengo hijos. Y también lloran cuando me echan de un equipo por perder y me ven llegar a casa. Mis jugadores también tienen hijos. Hay que aceptar los riesgos que conlleva esta profesión», advirtió Álvaro Cervera en sala de prensa. Más molesto en los gestos que en su mensaje (insistió en reiteradas ocasiones en no poder decir lo que realmente pensaba), el míster tinerfeñista cargó contra el colectivo arbitral tras el gol anulado a Maikel Mesa en el empate frente al Eibar.

«Venía con la intención de no decir nada del arbitraje porque ya no sé qué decir. Si esto fue un empujón, ¿qué fue lo de Diarra en Coruña? Prefiero hablar del partido. Aunque no ha sido brillante, no es propio de un equipo que está tan abajo como nosotros», comenzó diciendo. 

Un problema que viene de atrás

Consciente del peligro de explotar si se daba demasiadas vueltas al asunto, el preparador trató de eludir la polémica, pero no pudo evitarlo. «Lo intentamos todo. No se puede reprochar nada, pero cada día está más difícil. Puedo decir una cosa y meterme en un follón, o decir solo la mitad. Entonces, mejor no digo nada».

De la indignación del Rodríguez López por el gol extrañamente anulado, el preparador explicó que se produjo «por todo lo antes» y no solo por la jugada frente al Eibar. «Son acciones en las que no hay división de opiniones, en las que todos opinamos en el mismo sentido. De verdad, puedes anular el gol. ¿Por qué no vas a mirarlo? Es que ni eso. Me dan ganas de decir muchas cosas. Muchas. Pero no voy a decirlas».

El vestuario, "indignado"

El vestuario, del mismo modo, pasó de la tristeza absoluta en La Coruña a la frustración más radical esta jornada. «Los futbolistas están indignados. El equipo ha hecho una temporada para estar abajo y hemos tenido fallos, pero son muchas cosas y muy seguidas. Sé que tenemos carencias, pero es que en todos los partidos pasa algo. Que lo expliquen si quieren. Si no, me da igual», replicó Cervera. 

Para el preparador, que consiguió disfrazar su enfado en una divertida ironía al menos por un momento, si el tanto de Mesa fue anulado, el empujón del portero del Deportivo a Diarra debió ser roja por agresión. 

Con la cabeza alta

Cervera, que dio por perdido el posible penalti sobre Bodiger en el ataque inmediatamente anterior al 0-1, («se lo regalo», llegó a decir), volvió a destacar la actitud de sus jugadores a pesar de lo poco esperanzadora que es la situación clasificatoria del equipo. «Un descenso nunca es dulce, pero es verdad que la gente ve a un equipo que se esfuerza y compite, por eso están orgullosos. Si tiene que pasar lo peor, lo haremos con la cabeza alta», concluyó.

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