Situación límite con una única salida para el CD Tenerife

El equipo blanquiazul necesita ganar los seis partidos que le quedan para tener opciones de evitar el descenso, empezando por el de este domingo (17:30) ante el Eibar

Luismi Cruz y Puertas en el Eibar-Tenerife de la primera vuelta.

Luismi Cruz y Puertas en el Eibar-Tenerife de la primera vuelta. / LOF

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

Ahora sí que no puede fallar. No debe. Se estrecha el círculo y se simplifican los cálculos. El CD Tenerife ya sabe que, a falta de seis jornadas para el cierre del calendario, no rebasará la cota de los 51 puntos. Para alcanzar a esa cifra está obligado a ganar todos los partidos. Y con 51 puntos tendrá claras opciones de salvarse. Pero necesitará un pleno. En el caso de no llegar a tanto y lograr cinco triunfos y ceder un empate, por reducir algo el nivel de exigencia, el botín final será de 49, probablemente insuficiente –el golaverage tampoco acompaña–. Menos que eso ya sería, en teoría, despedirse de Segunda. Y no es que el encuentro contra el Eibar en el Rodríguez López vaya a ser definitivo. Ni una derrota ni una igualada certificarán el descenso a Primera RFEF de manera matemática. Pero todo lo que no sea vencer, será luchar contra lo imposible.

Protesta por los arbitrajes

El panorama no sería tan desalentador si el Tenerife no se hubiera estancado con dos empates después de enlazar tres victorias. Seguramente habría sido pedirle mucho a un equipo realmente condicionado por su insuficiente primera vuelta del calendario. Esos frenazos, ante Burgos y Deportivo, dejaron la impresión de que los resultados no estuvieron a la altura del juego. La imagen y el rendimiento, ya consolidados en la etapa de Cervera, fueron mejores que el marcador. Pero esos dos 0-0 dejaron algo más, la indignación del tinerfeñismo, dentro y fuera del club, por los arbitrajes, una corriente que tendrá su reflejo en las gradas con una protesta con cartulinas negras organizada por la Federación de Peñas.

Aislados de los cálculos y de factores externos, si es que se puede en estas circunstancias, Cervera y sus futbolistas intentarán mantener el nivel competitivo con el convencimiento de que no bastará con jugar bien. Se trata de ganar como sea, derrotar a un Eibar que avanza sin agobios hacia la permanencia –tiene 48 puntos–, un objetivo secundario para un club acostumbrado a pelear por subir desde que cayó de Primera en 2021. Bajo la supervisión de Joseba Etxeberría, inició un curso que se fue atascando poco a poco y que incluyó un cambio en el banquillo a mediados de febrero. Ocupó el cargo Beñat San José, que logró nivelar el rumbo con nueve partidos consecutivos sin perder, todos los que ha dirigido:tres victorias y seis empates, pero no en ese orden.

Vuelven Sergio y Aitor

La racha del Tenerife tampoco es mala –solo Elche y Granada sumaron más puntos en las cinco últimas jornadas–, pero los blanquiazules ya no se pueden permitir el menor error. Para apurar las opciones, Cervera recupera a dos titulares habituales que faltaron en Riazor por la acumulación de cinco tarjetas amarillas, Sergio y Aitor –los apercibidos ahora son Bodiger y Diarra–. Se supone que el primero jugará de entrada formando la pareja de centrales con Landázuri. En ese supuesto, Mellot regresará a su puesto natural, el lateral derecho, y César será suplente, lo mismo que Aarón tras cubrir al capitán en La Coruña.

La duda en el once vuelve a estar en la delantera, la demarcación menos estable con Álvaro. Por ella han pasado los especialistas Gallego y, en menor medida, Ángel, pero también Maikel Mesa y Cantero. Para la ocasión se apunta, aunque sea como integrante de la convocatoria, Jorge Padilla, que es la tercera novedad de la lista junto a Sergio y Aitor. Cervera descartó a Juande, tiene la baja de Salvi por sanción y todavía no ve a Amo preparado para volver a competir.

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