CD Tenerife
Riazor, el escenario de la histórica promoción que cambió la vida del CD Tenerife en 1990
El representativo se impuso con un gol de Eduardo Ramos al equipo que entonces dirigía Arsenio Iglesias

Gol de Eduardo Ramos en Riazor. / Fototeca ACAN

De un escenario talismán a otro. Viene el CD Tenerife de quebrar su largo maleficio a domicilio en El Molinón, estadio casi siempre talismán para el representativo; y ahora va a Riazor, donde empezó a forjar el segmento más feliz de su centenaria historia. En Gijón ya ha ganado diez veces. Ahora bien, en LaCoruña la historia es bien diferente. Desde el triunfo memorable en la promoción de 1990 contra el Deportivo, ni una sola conquista más. El balance es de siete empates y siete derrotas en las últimas 14 visitas ligueras. En la Copa del Rey, eso sí, salió victorioso el representativo cuando aún estaba a los mandos Asier Garitano (2-3). Fue el resultado que permitió que se diese el último gran derbi ante Las Palmas en el siguiente cruce.
Al partido del 90 se le considera aquel que giró la historia de la institución. El choque del domingo (20:00)devuelve al Tenerife a la localización de una de las gestas que marcaron su vida. Ocurrió hace más de 30 años en una tarde de un domingo del mes de junio. Fue en el marco de una promoción de las que ya no se estilan –a ida y vuelta– entre un equipo que ya estaba en Primera y otro que pugnaba por aterrizar en ella.
El que defendía la permanencia en la máxima categoría era el Tenerife y el que empujaba por subir era el Dépor, a quien dirigía un técnico ya veterano entonces (Arsenio Iglesias) y que desconocía aún que iba a escribir con letras gigantes su nombre en la historia del fútbol nacional. Al representativo lo entrenaba el vasco Xabier Azkargorta, quien recuerda que en Riazor habían preparado una extraordinaria encerrona a los suyos. Desde impedirles el descanso la noche antes a recibir con una estruendosa pitada a Manolo Hierro, mariscal de la defensa insular.
De rojo
El Tenerife jugó de rojo. Nadie le daba por favorito después del decepcionante resultado del encuentro de ida (0-0 en el Heliodoro) y con el recuerdo reciente del temporadón que había firmado el Dépor en Segunda A, que así la llamaban (no tenía entonces nombre comercial). La trayectoria decreciente de los isleños en liga invitaba al desánimo y la sombra del descenso se ceñía sobre el proyecto que ya comandaba Javier Pérez. Entonces, surgió un héroe inesperado.
Nadie podía creerse cuando apenas se había cumplido el minuto diez que un tinerfeño de nombre Eduardo Ramos iba a marcar el gol que haría posible el giro de la historia. Fue la secuencia en la que cambió todo. El Tenerife se aferró con todas sus fuerzas a la categoría de oro -bendita promoción- y desde los despachos más altos del callejón del Combate (donde estaba ubicada la sede social del club chicharrero) empezó a edificarse el proyecto más ambicioso, brillante y glorioso de la vida blanquiazul. Recuerda Azkargorta que fue entonces cuando fue posible que viniesen los Redondo, Dertycia, y muchos más. «Nada habría sido posible sin ganar en Riazor», evoca el sabio técnico vasco. En La Coruña empezó a todo. Y a La Coruña vuelve este fin de semana el Tenerife para escribir otro episodio, esta vez con aroma a milagro, en un estadio que permite resucitar recuerdos felices.
Para los libros de historia quedaron las alineaciones que dibujaron el brujo de Arteixo y Azkargorta para aquel partido que permitió resistir al Tenerife en Primera. El preparador local eligió a Fernando como portero; Cayetano, Sredojevic, Martín Lasarte, Bilbao, José Ramón, Antonio, Aspiazu, Fran, Gil y Stojanov. También jugaron Francés y Hevia.
Por su parte, Azkargorta sorprendió con la siguiente alineación: Belza, Ferrer, Manolo Hierro, Francis, Luis Delgado, Toño, Isidro, Víctor, Eduardo, Rommel y Quique Estebaranz. El técnico vasco dejaba en el banco al brasileño Guina y al leonés Felipe Miñámbres, quien participó del partido durante los últimos minutos. do.Las crónicas publicadas al día siguiente reflejaron que no fue un gran partido de fútbol, pero sí un extraordinario ejercicio defensivo el que firmó el Tenerife para dejar a cero el portal de Belza.
Recuerdos del míster
«La Coruña estaba toda engalanada, convencida de que iban a subir. La gente estaba muy de uñas con el Tenerife y especialmente con Manolo Hierro,porque junto a su hermano había tenido un incidente con la afición de Riazor cuando estaban en el Dépor. Es ahí donde nosotros decidimos jugar nuestras bazas. Pusimos de capitán a Manolo, le hicimos bajar solo al césped... Hubo toda una parafernalia y una estrategia para que la gente se cansara de Hierro antes incluso de empezar. Yen un centro de Ferrer, llegó el gol. Fue un momento único», recuerda Azkargorta.
En conversación con EL DÍA, el entrenador de aquel partido celebra que la directiva apostase por su oficio y serenidad. «Yo creo que era un momento de mucho volcán y además se nosdio un problema importante, porque la Liga en Primera acababa 15 días antes que en Segunda. Ello suponía un importante desequilibrio en relación con el Deportivo en la disputa de la promoción. Nos quedábamos dos semanas sin competir y optamos por ir a Estella, sitio que conocía bien por haber ido con el Sevilla. Además, jugamos un partido amistoso en mi pueblo contra el Lagun Onak. Son episodios olvidados de la preparación tan minuciosa que hicimos», afirma el míster, quien cree que no se valora aún la dimensión de la proeza. «Imagínate, ellos tenían a Martín Lasarte, internacional con Chile».
- Una nueva zona de baño para Santa Cruz de Tenerife: un gran charco natural con zona deportiva
- Reyerta de más de 30 personas en el exterior de un campo de fútbol de Tenerife
- Varios heridos en un accidente con seis vehículos implicados en el norte de Tenerife, que obligó a cortar la circulación
- DIRECTO: Manifestación 18M en Canarias: horario, recorrido y reacciones
- Un hotel de lujo del sur de Tenerife, tomado por okupas
- Salchichas y salsas, en 'mal estado' para el Rastro de Santa Cruz
- Encuentran ocho cachorros abandonados al lado de un contenedor de basuras en Canarias
- Jeringuillas, sillas para camello y vajilla sin usar: el abandono de un zoo del norte de Tenerife