Crisis abierta

Las dos alas del consejo, a golpe de burofax

La reunión del miércoles se desarrolló en un clima muy poco cordial en el Heliodoro

El consejero Porro, junto a Álvaro Cervera. | CDT

El consejero Porro, junto a Álvaro Cervera. | CDT

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Santa Cruz de Tenerife

Cordialidad de cara a la galería, gritos y voces en la intimidad del consejo. El CD Tenerife no ha cerrado aún la crisis derivada de la «diabólica» redacción del contrato del sindicado –así lo definió Rosa Dávila– y los sorprendentes vuelcos acaecidos en las dos últimas juntas generales. Según las fuentes consultadas por este periódico, la reunión formal de directivos que tuvo lugar el pasado miércoles –previa a la presentación de Felipe Miñambres en la sala de prensa del Heliodoro– se desarrolló entre gritos y con algún exabrupto audibles por los empleados del club que a esa hora estaban en las dependencias del Rodríguez López.

La parte canaria del sindicado entiende que no se está respetando el pacto original y se siente traicionada por algunos de los actores principales del proceso (Garrido y Rayco), por cuanto no existe una representación «justa», esgrimen. Además, entienden que no se está trabajando en una sola dirección, sino desde una fractura indisimulable. No obstante, han optado por ofrecer señales de aparente normalidad de puertas afuera para no enturbiar el día a día del primer equipo y sus opciones de levantar el vuelo en estas jornadas finales. Ahora bien, «hay mucho por coser», coinciden las cualificadas voces que ha consultado este periódico.

Las señales más elocuentes de división tienen que ver con el lugar secundario que se le dio al presidente de la sociedad anónima, José Daniel Díaz, en un momento tan relevante como el regreso de Felipe Miñambres al club isleño. El exalcalde de Tacoronte ocupó una silla de las que habitualmente están reservadas a los periodistas en la sala de prensa del Heliodoro Rodríguez López. Ocurrió después de una tensa reunión del consejo de la que los empresarios isleños salen con una representación aún menor de la que ya tenían; y sin que exista la sensación de que el consejo es un bloque granítico. Más bien al contrario, las diferencias son ostensibles y las relaciones, muy mejorables. Tanto es así que las comunicaciones se producen en ocasiones a golpe de burofax.

El papel deslucido y casi humillante que se dio al presidente Díaz en la presentación de Felipe ha sido la última señal de desunión

Un momento relevante donde pudieron verse las costuras del actual equipo rector fue el inicio de las conversaciones para la renovación de Álvaro Cervera. Por un lado fue el presidente el que sondeó a solas al entrenador para conocer si estaría dispuesto a continuar, obteniendo en aquel instante una respuesta afirmativa. Y por otra parte, fueron solo tres los consejeros del club (Rayco García, Antonio Porro y Ayoze García) los que protagonizaron su propio acercamiento, que tuvo lugar sin la presencia de los otros dos directivos blanquiazules en un conocido restaurante ubicado en Tacoronte.

Además, ambas partes se acusan de la existencia de filtraciones. Por ejemplo, al ala de Rayco le molestó que se conociera el fichaje de Felipe una hora antes de su presentación. O que trascendiera el elevado salario de Ayoze (90.000 euros anuales). El otro ala del consejo se sintió atacada cuando se dijo que la no retribución de la presidencia había sido marcada por el segundo máximo accionista, cuando la realidad –según ha expresado José Daniel Díaz– es que fue una determinación voluntaria, no un imperativo. En este contexto donde se avecina la definitiva salida de Garrido, que busca vendedor para sus acciones. Rayco García admitió el pasado miércoles que persigue un acuerdo, y que además lo ve factible. n

Curiosidades: Un año sin tregua en el representativo

El tinerfeñismo ha sufrido durante toda la temporada los vaivenes de sus grandes accionistas. Desde el frustrado ascenso ante el Girona, casi todo han sido malas noticias para la institución. La dirección general pasó de Juan Amador a Santiago Pozas, de éste último a Nacho Abad –de forma provisional–, ahora es Antonio Porro el hombre fuerte en los despachos y a partir de julio lo será Felipe Miñambres.

«Ahora no hay ruido; eso ayuda, y mucho», precisó Yussi Diarra el pasado sábado tras el partido disputado en el Heliodoro frente al Burgos. No es el único futbolista que se ha expresado en términos similares. La semana pasada, Maikel Mesa aseguró que no ha sido «fácil de gestionar» para el vestuario la gigantesca crisis institucional, «porque resulta difícil aislarse». En la misma dirección, Waldo subrayaba el mes pasado que los cruces de declaraciones y la sucesión de asambleas «claro que condicionan».

Por lo pronto, es un alivio que no haya una asamblea a la vista. Si Garrido decidiera solicitarla, tendría que producirse como muy tarde 30 días después de su solicitud. La previsión de la directiva es llegar a la última jornada sin más sobresaltos institucionales. Pero nunca se sabe.

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