Aitor Sanz, el tercero en llegar al umbral de los 375 partidos

En la misma semana que el segundo máximo accionista del club daba por segura la continuidad de Aitor Sanz –«si el isquiotibial se lo permite»–, el centrocampista madrileño puede convertirse este sábado en el tercer futbolista de la historia blanquiazul en alcanzar los 375 partidos oficiales con la indumentaria del representativo. Paradójicamente, lo hará estrenando una camiseta que jamás ha lucido, la que conmemora el Centenario del Heliodoro Rodríguez López y que el club exhibirá por vez primera en el choque frente al Burgos. Otra circunstancia llamativa es que Aitor llegará a este registro en su reencuentro con Luis Miguel Ramis, uno de los entrenadores que más y mejor le marcó.

Sanz vive un momento dulce. El porcentaje de triunfos cuando está en cancha se eleva considerablemente respecto a las ocasiones en las que no juega, síntoma elocuente de su influencia en el funcionamiento colectivo. Hace unos meses se daba por hecha su retirada en junio; ahora, la opción de que continúe un año más queda reforzada por las manifestaciones de Rayco García, quien no dudó en interrumpir a Felipe Miñambres –recién presentado como futuro director general– para enunciar que Aitor se quedará, y además como futbolista de la primera plantilla.

El propio protagonista había querido aparcar este debate la última vez que se le preguntó por su porvenir profesional. Fue en El Sardinero, después de una de las derrotas más dolorosas de la temporada pero también en una fecha que tal vez marcase un punto de inflexión. Desde entonces han sido todo triunfos para el Tenerife, que ve revivir sus opciones de permanencia al refugio de un Aitor imperial en sus últimas comparecencias. De sus 374 partidos ya jugados con el club insular, aquel donde más años ha permanecido, la inmensa mayoría han sido de liga en Segunda División; pero los hay también de fase de ascenso (disputó dos) y en la Copa del Rey. En el mejor de los casos durante este curso ya menguante podría situarse en 382 encuentros, esto es, se quedaría a tres de los dígitos históricos que marcó Toño, otro ilustre. Ahora bien, la posibilidad real de una renovación hasta 2026 abre un nuevo escenario. Si acepta seguir, Aitor podría superar a Toño con creces y quedarse solo por detrás de Molina. El de San Agustín de Guadalix ya es un emblema.