El hilo de esperanza del CD Tenerife pasa por El Molinón

El equipo blanquiazul visita este sábado (20:00) al Sporting con la necesidad de ganar su primer partido a domicilio para continuar con opciones de permanencia

Luismi Cruz, en el Tenerife-Sporting de la primera vuelta (1-1).

Luismi Cruz, en el Tenerife-Sporting de la primera vuelta (1-1). / Andrés Gutiérrez

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

Dos victorias seguidas, algo nuevo en esta temporada, han sido suficientes para que se hayan dejado a un lado los vaticinios sobre la fecha en la que se podría producir el descenso del Tenerife a Primera RFEF y se hayan reactivado los cálculos que aún le dan opciones de permanencia.

Los blanquiazules salieron del mes de febrero con una desventaja de 17 puntos con el decimoctavo, el Zaragoza, y entraron en abril a nueve del mismo rival, sin contar el golaverage en contra. Sigue siendo mucho, pero entre las variantes de este fin de semana está la combinación ideal de resultados que dejaría la distancia en seis, con ocho encuentros por delante.

Ganar a domicilio

Para ello, el equipo de Cervera tendrá que seguir derribando barreras. Después de encadenar dos triunfos por primera vez, ante el Cádiz y el Granada en el Heliodoro, ahora le toca vencer a domicilio.

De momento, lo máximo que ha conseguido ha sido empatar, y solo tres veces, en los campos del Cádiz, Ferrol y Zaragoza, con Cano, Mel y Cervera, respectivamente. Son tres puntos de 48 que dejan al Tenerife como el peor visitante.

Con la mirada puesta en lo que pase un rato antes en el Cartagena-Eldense –los de Oltra tienen ocho puntos más– y con especial atención a lo que ocurra el domingo en el Zaragoza-Mirandés, los blanquiazules se agarran a un hilo de esperanza que pasa por El Molinón, un estadio en el que ya sabe lo que es poner en marcha el contador de triunfos lejos de casa.

Sin Anthony Landázuri

De hecho, hay cuatro precedentes, los de las Ligas 93/94, 97/98, 07/08 y 09/10. Pero más que la historia, podría influir el presente de un Sporting que lleva ocho jornadas seguidas sin ganar –seis igualadas y dos derrotas, en ese orden– y que se ha metido de lleno en un problema con el que no contaba, el de no comprometer su continuidad en la categoría –tiene 41 puntos–.

De lo contrario, si falla ante el Tenerife, casi se da por hecho que el entrenador Rubén Albés será destituido.

Por dinámicas llega mejor un Tenerife que pudo sacar adelante tres de sus últimos cuatro partidos –faltó el de Santander, condicionado por el arbitraje– y que tiene la baja de Landázuri, un jugador que se había afianzado como titular con solo cuatro actuaciones. El defensa ecuatoriano tuvo que viajar a su país para resolver un trámite burocrático y no estará en Gijón.

Sin José León, que sigue lesionado, la opción más clara para completar la defensa es la de Juande Rivas junto a Sergio González, a no ser que Cervera prefiera cubrir el hueco con un lateral –Mellot–.

¿Más cambios en el once?

Al margen de este cambio obligado, no es seguro que el técnico vaya a darle continuidad a su última alineación, entre otras cosas porque en los encuentros como visitante suele apuntalar el medio con un jugador más –Aarón o Fabio junto a los fijos Aitor y Bodiger–, poner a Diarra como interior y fiar el ataque a Waldo y a un delantero que no siempre ha sido el mismo: Maikel, Cantero... No tendrá opciones Jorge, descartado para este viaje, igual que Guerrero.

En el Sporting, que lleva sin ganar desde el 2 de febrero –2-0 al Burgos–, la novedad está en las altas. Vuelve Queipo –al Tenerife le ha marcado dos de los seis goles que suma como profesional– tras superar una lesión y también estarán disponibles Rubén Yáñez y Róber Pier, que no jugaron en Huesca –3-2– por estar sancionados. Rosas entró en la lista pero es duda. El peligro se concentrará en las botas de Dubasin y Juan Otero, los máximos anotadores del equipo con siete dianas cada uno.

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