CD Tenerife

Silencio en tiempo de crisis: el CD Tenerife adapta su comunicación a su situación clasificatoria

El club decide restringir sus comparecencias públicas, elimina los mensajes de sus carteles promocionales, anula entrevistas y aplaza la primera aparición en escena de su nuevo presidente

Maikel Mesa ajusta una camiseta a un niño.

Maikel Mesa ajusta una camiseta a un niño. / CD Tenerife

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Santa Cruz de Tenerife

Tal vez haya resultado casi imperceptible para el gran público, pero la política de comunicación del CD Tenerife ha experimentado grandes cambios durante esta temporada, primero por su evidente inestabilidad accionarial y, en última instancia, esencialmente por su precariedad clasificatoria y el peligro real de un catastrófico descenso a la tercera categoría del fútbol nacional.

Hace tiempo que el representativo parece haber abandonado la normalidad en la emisión de sus mensajes públicos. De hecho, todo parece condicionado al momento de luto deportivo que acompañaba los pasos del primer equipo hasta que el grupo de Cervera ha logrado al fin conectar dos triunfos consecutivos y los tropiezos de los rivales le han permitido soñar con la remontada.

Excepcionalidad

Los síntomas de excepcionalidad son numerosos. En primer lugar, se han restringido al máximo las comparecencias públicas de los protagonistas.

Empezando por los jugadores, que no dan entrevistas individualizadas desde el pasado mes de noviembre. El club decidió cortar el grifo dando algunas vagas explicaciones -como las estrecheces del calendario- y desde entonces, apenas ha habido apariciones de sus futbolistas para someterse al escrutinio de las preguntas de los informadores.

Hoy sí, mucho tiempo después habrá una rueda de prensa de un futbolista en las entrañas de la Ciudad Deportiva.

Apariciones puntuales

Más allá de alguna aparición puntual, como las de Teto o David en las páginas de este periódico tras participar de un acto eduativo en un colegio; o las de Edgar Badia, que atendió a dos preguntas de la televisión tras acudir a una firma de autógrafos.

Así, el papel de portavoz único de la institución ha quedado en exclusiva para Álvaro Cervera, que ha tenido que capear preguntas de toda índole.

Con un matiz. Cuando estalló el conflicto judicial protagonizado por el segundo máximo accionista, Rayco García, se avisó a los informadores de que el entrenador solo atendería cuestiones estrictamente deportivas. Y así fue.

Blindado

En los últimos diez años, este técnico es el único que no ha hecho la particular ronda de entrevistas por los medios de comunicación locales. Otra demostración de que está el Tenerife se ha blindado, como los países en tiempos de guerra.

El silencio institucional marca la vida del club. No se ha producido la tan esperada y anunciada comparecencia de Rayco, ahora mandamás de la sociedad anónima, pese a que advirtió hasta por dos veces que aparecería «pronto» en la escena y además para hablar «tan claro como nunca nadie» en la historia de la entidad.

Por extraño que parezca, tampoco ha habido una rueda de prensa del presidente después de ser nombrado. Los únicos mensajes que emite el club son a través de sus propios medios, bien medidos y editados, hasta el punto de que en alguna ocasión han tenido que suprimirse algunas respuestas que han dado los futbolistas o directivos a los propios canales oficiales de la entidad.

Silencio

Durante muchas semanas, el único mensaje ha sido el silencio. Hasta los carteles oficiales previos a cada partido se han ceñido a la línea oficial por encargo del propio club.

Cero palabras, solo imágenes icónicas y que estén exentas de cualquier interpretación polémica o controversia. Las más recientes, la del Heliodoro hecho caldera para promocionar el Tenerife-Granada; antes, la estampa del capitán Aitor Sanz, uno de los pocos componentes del plantel que no ha sufrido un daño reputacional alguno después de una campaña tan difícil. Y de tanto desgaste.

Sin palabras en los carteles y también en los tuits o en las publicaciones de Instagram. Por decisión del área de Comunicación, el club ha decidido incluir vídeos en los que puede verse emocionados a sus seguidores en las gradas del Heliodoro.

Y han desaparecido por supuesto las fotografías de celebración en el vestuario en caso de victoria (porque aún no hay nada que festejar) y en ocasiones, incluso la elección del mejor jugador de la jornada.

Comunicación en tiempo de crisis. El silencio como respuesta de club para evitar herir sensibilidades durante el tiempo que la situación era de absoluta debilidad. Ahora que el equipo vuelve a respirar y recupera las constantes vitales, tal vez la dinámica cambie y sí se decidan a hablar. Para compartir (y contagiar) su optimismo.

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