Exblanquiazul

Con la venta de Loïc empezó todo

Era el defensa más prometedor del representativo cuando José Miguel Garrido determinó su venta. Fue el primer indicio del verano de que el Tenerife necesitaba hacer caja. Un traspaso sintomático.

Loïc Williams, en un entrenamiento con el Granada. | EL DÍA

Loïc Williams, en un entrenamiento con el Granada. | EL DÍA

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Santa Cruz de Tenerife

Cuesta precisar el momento en que empezó el declive deportivo sin remedio del Tenerife, pero sí que hubo una primera señal a principios del pasado verano. Una noticia inesperada, una venta por sorpresa.

Fue el traspaso de Loïc Williams al Granada, por entonces se creía que presumible rival directo del representativo, el primero de los indicios de que el club blanquiazul necesitaba hacer caja. Vino luego la de Corredera, con el mercado ya cerrado, y entonces sí encendieron todas las alarmas.

Equipo no vendedor

Un Tenerife al que sus principales portavoces (José Miguel Garrido y Paulino Rivero) habían presentado a la opinión pública como un equipo «no vendedor» desmentiría el relato oficial con hasta tres operaciones en apenas unos meses. Primero Loïc, a continuación Corredera, solo unos meses después el canterano Aarón. En menos de un año, la confirmación de que las cuentas no estaban tan saneadas como quería hcaer ver el máximo accionista y la demostración de que su palabra valía cero.

«Lo que no compartiría en mi campo de responsabilidad sería vender activos que puedan ayudarnos a dar ese salto de categoría. El Tenerife no va a ser un club vendedor. Me atrevo a decir que en los próximos años no vamos a ser un club que se desprende de valor, o de futbolistas que puedan aportar nuestras opciones de subir. Eso no lo vamos a hacer. Vamos a utilizar otras vías que no pasan por la venta, o por la depreciación de valor de nuestra primera plantilla», fue el discurso de Garrido apenas unos meses antes de comenzar el carrusel de traspasos.

«Elegí dar un buen paso en mi carrera: mi objetivo es jugar a corto plazo en Primera División»

Loïc Williams

— Jugador del Granada CF

Buen negocio

«Porque al final los jugadores que vendes son los que aportan valor; y como nuestro objetivo es ascender, pues en esa línea estamos», había dicho el inversor madrileño, que no tuvo reparos en desprenderse de Loïc Williams a las primeras de cambio. Desde el punto de vista económico, sí parecía un buen negocio: ingresar unos 600.000 euros por un futbolista que había venido del Atlético Paso en una operación que no llegaba a las seis cifras. La plusvalía era indiscutible. Ahora bien, desde el prisma futbolístico la salida de Williams –sin debate el central con mejor proyección de toda la plantilla– era una ruina.

Por entonces ya estaba Loïc en los planes de la selección española Sub 21 e incluso soñaba con ir a los Juegos Olímpicos de París. Su nombre aparecía en las listas de los jugadores con mejor futuro de la Liga Hypermotion y no fue casualidad que el Granada se fijase en su talento.

Considerado por algunos medios andaluces como «el central de moda» por varios meses en la competición de plata, sus dígitos acreditan lo relevante que ha sido para los dos técnicos que han tenido los rojiblancos a lo largo de este curso. «Tuve la confianza del club desde que llegué. Me gusta trabajar hasta tener la oportunidad para estar preparado cuando llegue. En el fútbol hay momentos buenos y malos, y he estado esperando mi ocasión para aprovecharla», ha dicho el exblanquiazul, agradecido al Tenerife por dejarle crecer en una campaña crucial para su carrera.

«Si queremos subir, no podemos desprendernos de valor; no seremos un club vendedor»

José M. Garrido

— Accionista del CD Tenerife

Un talento físico

Llegó Williams al representativo presuntamente para el proyecto del B en Segunda RFEF, pero una primera conversación a solas con Garitano convenció al entrenador de que había que darle carrete. El jugador nacido en Guinea y criado en Valencia era un auténtico talento físico, pero además también un tipo absolutamente apasionado de su profesión y con una ambición sin límites.

«Quiero jugar en Primera», ha manifestado cada vez que ha tenido ocasión. «He elegido dar un buen paso en mi carrera», verbalizó cuando se anunció su acuerdo para ir al Granada. Un salario mejor, un contrato largo y las perspectivas de pelear por el ascenso de categoría. Su salida permitió a Loïc zafarse de vivir con el Tenerife el peor año de su centenaria historia. Pero en realidad fue también su traspaso la primera señal de que venían tiempos sórdidos.

Y en cuanto a Loïc, aunque ha empezado la semana al margen de sus compañeros y ha estado afectado por diversos problemas físicos, su protagonismo está fuera de toda duda. Veinte titularidades, 22 partidos jugados y más de 1.600 minutos. Un fichaje costoso, pero que salió barato.

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