Entrevista | Alberto Díaz, Teto Futbolista del CD Tenerife

Alberto Díaz, Teto: «Los momentos malos marcan más y te hacen más fuerte»

Partícipe de un coloquio sobre valores, Teto da una auténtica lección de saber estar, resiliencia y sentimiento en esta conversación que va más allá de su condición de deportista profesional

Teto, este miércoles antes de un coloquio sobre valores en el IEFP César Manrique de Santa Cruz.

Teto, este miércoles antes de un coloquio sobre valores en el IEFP César Manrique de Santa Cruz. / Pablo García Rodríguez

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Santa Cruz de Tenerife

¿Cómo cree que se le ve desde fuera?

Yo creo que soy un tío tranquilo y humilde, que transmite positividad y que lucha por sus sueños, también en los momentos malos como el actual.

¿Cuál es su primer recuerdo en torno a un balón?

Yo me acuerdo de empezar a jugar por un vecino que se llama Adrián, que jugaba en un campo de tierra. Su padre y él me insistieron mucho, empecé a cogerle el gusto y desde los tres o cuatro años ya jugaba con los mayores. Desde entonces me entusiasmó, me enganché... y hasta hoy.

¿Qué cambia cuando lo que era su afición se convierte en su forma de ganarse la vida?

En tu día a día dejas de hacer cosas que a lo mejor sí hacías en las categorías inferiores o en el filial. A lo mejor le prestas mayor atención a la recuperación, al descanso, a la alimentación... Hay que subir el listón en todos los niveles. No puedes tampoco llevarlo al extremo porque tienes que vivir, pero obviamente te centras un poco más cuando ya eres profesional.

Recuerdo una entrevista suya en la que confesó que su primer salario fue destinado a ayudar a su propia familia. Un detalle que dice mucho de sus valores y su forma de ser.

Lo veo algo normal. Uno empieza a ganar un dinero que antes no, y para mí es un orgullo en ese momento empezar a aportar en casa y darle a los míos cosas que quizás antes no te podías permitir porque te suben el salario.

¿Cuál es el mejor consejo que le han dado para ejercer esta profesión?

Que pase lo que pase, que venga lo que venga, que sea siempre feliz. Evidentemente hay problemas como los que estamos atravesando ahora, pero siempre los habrá más gordos y mayores que los que tenemos como futbolistas profesionales que somos. Al final, siempre hay algo que te va a sacar una sonrisa.

Si bajas los brazos y no das el 100% de ti mismo, eso te va a hacer mal; ahora toca dar la cara

Hace un par de años nos habló de su decisión personal de eliminarse las redes sociales. Dos años después, ¿fue aquella una buena determinación?

El tema de las redes es complicado, pero al final fíjate que casi todo el mundo sigue el mismo proceso. Mi compañero David, por ejemplo, se las quitó este año. Cuando te llega ese ruido, eres consciente de que hay gente de todo tipo. Respetable, por supuesto, pero pienso que las redes son un arma de doble filo. Cuando las cosas van bien, todo el mundo te quiere; cuando van mal, más allá de que gustes o no como jugador, te pueden faltar al respeto y te van a hacer daño. Al final miras lo que se dice de ti, o te llega, y bueno... es un proceso que tienes que aceptar. Cuanto antes lo superes, mejor, porque te hará fuerte. Hay que ser consciente de que eso está ahí, y hay que aceptarlo.

En este sentido, ¿qué importancia le da a la salud mental y a la importancia de contar con un buen terapeuta?

En el mundo profesional es una ayuda muy importante. El papel de la mente es crucial. Un día estás muy bien, pero otro puedes estar regular. La ayuda del psicólogo es esencial y soy partidario de que debería existir en todos los entornos laborales. Ahora tenemos un terapeuta en el club, cerca del primer equipo, pero nosotros [David y él] ya estábamos con otro fuera.

Hábleme de la situación actual. El equipo está muy abajo pero el entrenador no deja de destacar que se dejan la piel en el día a día. Y que el comportamiento en los entrenamientos no es el de un equipo que esté desahuciado o casi sin opciones.

Nuestro papel como profesionales es dar la cara y ofrecer nuestro 100%. Ya no solo por el escudo y lo colectivo, sino también por nuestro propio bien. Desde el momento en que bajes los brazos, eso te va a hacer mal.

¿Se aprende más de las malas que de las buenas?

Bajo mi punto de vista, sí. Lo malo es lo que más te marca. Cuando lo superas y te da la satisfacción de haber repuesto y haberte hecho fuerte, eso te hace mejor. Lo malo te marca más. Y te da un impulso.

Y ahora que la situación no es nada buena, ¿cómo hace para no llevarse los problemas a casa?

Yo particularmente sí que soy de esos, de los que se los lleva a casa. En la situación que estamos, hasta en los entrenamientos. La gente que no tiene culpa de que tu trabajo vaya mal, de que tu profesión vaya mal, de lo que te gusta paga mal... pues lamentablemente es quien lo paga. Lo paga mi novia, mis familiares, mis amigos. Soy consciente de que mi actitud ha cambiado respecto a ellos; a veces quieres estar solo, a veces no. Los momentos de desconexión a veces te viene un pensamiento malo a la cabeza. Pero es lo que te dije antes: hay problemas peores, hay situaciones más duras. Y lo que intento es no descargar nada en los demás.

Quería preguntarle por una secuencia reciente, la de esa carrera en la que sale al rescate de un compañero y acaba lesionado. Y la frustración de después, las lágrimas en el banquillo... ¿Cómo vivió aquello?

Pues mira. Se juntó todo: Cervera llevaba un partido, la situación estaba fatal, nos meten tres, me lesiono... Creo que afloraron las emociones y el estrés. Por algún lado tienes que explotar. En ese momento se dio así.

Y justamente tras aquel partido estuvo mucho tiempo en el dique seco. ¿Es de los que lleva mal el trance de estar lesionado? ¿Cómo se gestiona la impotencia de no poder ayudar desde el terreno de juego?

Yo soy bastante vinagre (ríe). Mi comportamiento es un poco raro con las lesiones. Soy el típico pesado que, si tiene un mes, ya a las dos semanas está pidiendo al readaptador hacer campo y demás. Que posiblemente es algo que no se debe hacer. Pero te reconozco que sí, que me cuesta mucho el tema de las lesiones. Es lo peor que llevo en el deporte profesional. Estás parado, no haces lo que te gusta, tienes que hacer gimnasio, se te junta todo lo que menos te agrada... En ese sentido, me cuesta. Pero entre los ánimos del cuadro técnico, los amigos y los compañeros, en este caso fui tirando adelante.

¿Se quedará el año próximo? Y llegado el momento, ¿se ve a sí mismo como un posible capitán para el CD Tenerife?

¿El futuro? A ver, tengo contrato. Y respecto a la capitanía, a mí lo que me gustaría es que fuera para mi amigo David. Me empezó capitaneando él en los filiales, nadie le ha ganado nada y está un escalón por encima de los demás (canteranos). Si me toca, por supuesto que sería un orgullo. A cualquier le enorgullece llevar un brazalete, y más si es en el equipo donde te has criado y te has formado.

¿Qué consejo le daría a las nuevas generaciones de futbolistas?

Que todo se consigue a través del trabajo. Unas personas lo tienen más fácil y otras menos; pero hay que pelear por los sueños que uno tenga.

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