En blanco y azul

La salida de Mauro abrirá un nuevo ciclo en el club

El consejo se reúne hoy para validar el acuerdo verbal para anticipar la salida del tinerfeño, cuyo contrato se extinguiría en junio por descenso

Mauro Pérez estrecha su mano con Paulino Rivero, expresidente del club.

Mauro Pérez estrecha su mano con Paulino Rivero, expresidente del club. / CDT

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Santa Cruz de Tenerife

Mauro Pérez y el CD Tenerife ya han alcanzado un acuerdo verbal para la rescisión anticipada del contrato que unía a ambas partes. Hoy, el consejo de administración se reúne para determinar si lo da por bueno y, por consiguiente, queda vacante su puesto para la posterior contratación de un nuevo director deportivo. Si bien el vínculo inicial con Mauro contemplaba tres temporadas (hasta junio de 2026), una cláusula establecida por escrito extinguía la relación con el profesional isleño en caso de que se produjese el ya casi virtual descenso a Primera RFEF. Lo que pretende el nuevo consejo es adelantar el momento de la salida de Pérez, que igualmente iba a producirse en tres meses.

Ahora, la prioridad pasa a ser la búsqueda de un reemplazante de garantías que acometa una profunda remodelación en el plantel del primer equipo. El sucesor tendrá que adaptarse a un austero presupuesto de unos cuatro millones para invertir en la parcela deportiva, con el propósito de lograr un ascenso exprés que devuelva al Tenerife al profesionalismo. De lo contrario, las consecuencias de la permanencia del club en el tercer escalafón del fútbol nacional serían muy lesivas, hasta el punto de comprometer la viabilidad de la sociedad anónima deportiva.

Poco se sabe de las intenciones de la nueva directiva respecto al perfil deseado para la dirección deportiva. El segundo máximo accionista de la institución y figura crucial en el órgano rector del club, con mayoría en el consejo de administración, prometió el día de la última Junta General de Accionistas una conferencia de prensa que aún no se ha producido. En realidad, a Rayco García se le espera desde hace meses para la presentación en sociedad de su proyecto y estrategias. De momento, solo se le ha escuchado en muy contadas ocasiones, lo mismo que a su consejero deportivo, Ayoze García, quien avaló a Mauro en su primera intervención pública. «Contamos con él», anunció.

Entonces, el portuense fijó el mercado de invierno como línea fronteriza para evaluar su trabajo y decidir. No obstante, el protagonismo del tinerfeño se ha visto muy difuminado en la comisión deportiva. Hace semanas que se determinó –por motivos económicos– que el ex de Lugo, Albacete y Getafe, entre otros clubes, dejase de viajar como jefe de expedición del primer equipo en sus desplazamientos a la Península. De hecho, el único representante del club en el último partido a domicilio fue el propio Ayoze. Pérez había llegado de la mano de José Miguel Garrido, si bien rompió amarras con el inversor madrileño el día que verbalizó públicamente que sí iría, si fuese aficionado del club, a una manifestación contra la ya entonces muy deteriorada administración del club. A Mauro se le obligó a matizar estas palabras al día siguiente, pero su relación desde aquel momento se vio muy dañada. Además, su conexión era inexistente con el anterior consejero deportivo, Juan Guerrero, que impuso algunas de sus decisiones en relación a los fichajes del primer equipo blanquiazul.

En el debe de Mauro quedan sus apuestas personales por hombres como Yanis Rahmani o Álvaro Jiménez en el mercado invernal correspondiente a la pasada temporada. Sus grandes apuestas fueron Roberto López el primer año y el traspaso de Maikel en el segundo. En todo caso, nunca tuvo plenos poderes, ni antes con Garrido ni ahora con Rayco. No fueron suyas las decisiones nucleares que han marcado este trienio, por ejemplo el fichaje de Óscar Cano, decisión a la que se opuso frontalmente. En la última ventana de fichajes, un acuerdo con la mediación de Paulino Rivero permitió la contratación de Fabio González, proveniente de la UD Las Palmas; y de su mano llegó Gabri Palmero para el filial. Él se ocupó de las desvinculaciones, que significaron un relevante ahorro para las arcas del club; y no fue quien propuso ni negoció por Landázuri, apuesta del accionista de referencia. Mauro había manifestado a sus allegados que fiaría su futuro al de Paulino Rivero. Ahora, ya sin el expresidente en su cargo, ha decidido adelantar los plazos.

Otros propósitos

El consejo de administración que preside Daniel Díaz tiene muchos retos por delante. Al fichaje de un nuevo director deportivo tendrá que unirse el de un CEO o director general, puesto para el que se manejan varios perfiles. Algunos de ellos, con conocimiento y vinculación con LaLiga; y otros, más locales y con alguna conexión con la política insular. Además, los primeros pasos de esta directiva han confirmado la necesidad de contar con un portavoz cualificado. También se busca jefe de márketing.

Los retos del nuevo consejo

A corto plazo está prevista una conferencia de prensa que Rayco García ha anunciado en dos oportunidades: primero, a su salida de los juzgados; y en segundo lugar, tras la última Junta General. «Hablaré pronto», apuntó el consejero del club.

El representativo se afana en buscar un nuevo director general que ponga orden en la estructura de la institución y un nuevo director deportivo. El consejo valora un sinfín de proposiciones. El gran anhelo siempre ha sido Felipe Miñambres, ahora libre.

Además, la sociedad anónima ha de decidir si firma a un nuevo responsable de Negocio y Márketing, por la salida voluntaria de Fran Roca. Tras solo tres meses en el club, se vuelve a su empresa de procedencia.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents