Málaga-Tenerife, con la obligación de seguir intentándolo

El Tenerife, situado a 14 puntos del decimoctavo, visita este viernes (19:30) al Málaga con la intención de ganar su primer partido fuera en la Liga 24/25.

Diarra, entre Enric Gallego y Waldo Rubio.

Diarra, entre Enric Gallego y Waldo Rubio. / Andrés Gutiérrez

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

Los resultados de los partidos del pasado fin de semana dejaron al Tenerife más lejos todavía de la salida de los puestos de descenso a Primera RFEF. La derrota en el Heliodoro ante el Córdoba fue demoledora. A falta de 15 jornadas para el cierre del calendario de Segunda División, quedó la sensación de que el destino del Tenerife ya estaba escrito. Y por si ese 2-3 no hubiera sido suficiente, no fallaron los equipos que merodean la frontera de la salvación, con lo que la separación con el decimoctavo clasificado creció en tres puntos y llegó a 14, la más amplia en lo que va de Liga en contra del Tenerife.

La reacción de Álvaro Cervera en caliente fue la de perseverar a pesar de todo y no firmar la rendición «Seguiremos, primero porque es nuestra obligación y segundo porque nos debemos a un club que no da nada por perdido». El amor propio, la resistencia a asumir un desenlace que parece irremediable y, claro está, la condición de profesionales, sostienen la maltrecha fe y la poco productiva energía de los blanquiazules en un quiero y no puedo agotador en todos los sentidos. Esa obligación de intentarlo hace parada este viernes en La Rosaleda (19:30). El anfitrión, el Málaga, vivió una situación similar hace dos años –en lo deportivo–. Nadie pensó que iba a verse involucrado en la lucha por no bajar y cayó a una Primera RFEF de la que logró salir en el menor margen posible. Ahora, en su regreso a LaLiga Hypermotion, avanza relativamente cómodo hacia el objetivo principal de la estabilidad. Es decimocuarto y tiene 35 puntos, 16 más que el Tenerife. En la primera vuelta, antes del 0-0 registrado en el Heliodoro entre estos dos equipos, la desventaja era de ocho.

Los números muestran que el de Sergio Pellicer es un conjunto particular:no gana muchos partidos (7) y pierde menos aún (6). Esto se traduce en el predominio del empate en sus estadísticas. Con 14, es el que más igualadas lleva. Dentro de ese perfil discreto pero eficaz, tampoco destaca por sus dígitos en ataque (28 goles a favor) pero sí por los defensivos (28). En suma, suele ser un rival que se presta a resultados cortos y es poco permeable a las derrotas :el estándar de los equipos de Segunda.

El Tenerife, ya se sabe, ha estado alejado de esa regularidad. Entre otras cosas, es el único participante sin victorias a domicilio. Ni una en trece intentos. El saldo es de tres empates, en Cádiz, Ferrol y Zaragoza, cada uno con un entrenador diferente, Cano, Mel y Cervera. Los blanquiazules están ante dos oportunidades consecutivas, primero en La Rosaleda, donde solo ha vencido una vez –al primer equipo–, en octubre de 1987 cuando el Málaga era Club Deportivo y no Club de Fútbol; y el lunes 3 de marzo en el campo del sorprendente líder, el Mirandés.

Para hacerlo todavía más difícil, Cervera se quedó para esta jornada sin dos jugadores que venían siendo titulares, el defensa Sergio y el centrocampista Fabio. Y ya sabía que tampoco iba a poder contar con Aitor Sanz ni con Amo. Los cuatro están lesionados. Tampoco viajaron Guerrero y Jorge Padilla. Sí lo hizo el último en unirse al grupo, el refuerzo incorporado al cierre del mercado de invierno, el ecuatoriano Anthony Landázuri.

Pellicer no tendrá tantas limitaciones para diseñar su alineación. Recupera al lateral Puga, después de cumplir una sanción, a los centrales Pastor y Monte, y al volante Luismi Sánchez. La duda está en si repetirá el once de la jornada pasada en Cartagena (0-1).

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