Más sombras que luces del VAR en los partidos del Tenerife

El doble de las intervenciones del videoarbitraje realizadas en partidos de Liga jugados por el Tenerife en la temporada 24/25, beneficiaron al equipo rival.

Waldo, tras ser expulsado en el partido Tenerife-Albacete.

Waldo, tras ser expulsado en el partido Tenerife-Albacete. / Andrés Gutiérrez

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

«Lo va a ver, va a la pantalla...». Es una expresión que ha llegado al fútbol moderno para quedarse. Ya se sabe, suena cuando el árbitro ordena que no se reanude el juego, atiende una orden que recibe por el auricular y se dirige al monitor situado entre los banquillos para revisar una jugada en la que se le pudo haber escapado algún detalle relevante. Y toma una decisión inesperada para alegría de unos y disgusto de otros, un penalti, un gol anulado, una tarjeta roja...

En el Elche-Tenerife del pasado domingo se vivieron dos de esos momentos. Ninguno le sirvió de ayuda al equipo de Álvaro Cervera. Con el primero, el VAR tomó partido para que se repitiera el penalti a favor del Elche cometido por manos de José León. Después de que Edgar Badia despejara el primer lanzamiento de Sory Kaba, González Esteban avisó a su compañero de que se había producido una invasión del área (Mellot). Miguel González Díaz pidió que se tirara de nuevo, esta vez con acierto por parte del delantero del Elche.

Poco después, el videoarbitraje intervino para anular un tanto de Maikel por un fuera de juego que no convenció a los blanquiazules. «Conseguimos marcar, pero nos quitaron el gol y no sé muy bien por qué», dijo Álvaro Cervera en la sala de prensa del Martínez Valero. El protagonista principal, Maikel, tampoco se lo explicaba. «Si ni ellos se ponen de acuerdo...», se limitó comentar refiriéndose al motivo del discutido desenlace.

No se sabrá qué habría pasado en un Elche-Tenerife sin VAR, una herramienta que se estrenó esta temporada en la trayectoria de los blanquiazules en la tercera jornada (2-2 en Mirandilla) para corregir o modificar jugadas que habían sido arbitradas de otra manera.

El primer giro en ese encuentro favoreció al Cádiz por un penalti de Rubén Alves a Chris Ramos que había pasado desapercibido para el colegiado. Gracias a ello, el conjunto anfitrión pudo recortar distancias en el resultado (1-2). Al rato, el videoarbitraje le quitó un tanto a Ocampo por fuera de juego, ya con el Cádiz llamando a la puerta de un empate que pudo lograr.

En la jornada posterior, la moviola futbolera dejó a Maikel sin un gol en el duelo con el Racing. La causa, un fuera de juego de Mellot. Habría sido el 1-0 en un enfrentamiento que terminó con 0-1.

La secuencia fue parecida en el Tenerife-Cartagena del 5 de octubre:celebración interrumpida después de que Marlos Moreno colara el balón en la portería por una falta previa por manos de Mellot. En esa ocasión, el inconveniente no impidió que los blanquiazules sumaran los tres puntos.

En la undécima jornada, el VARle echó una mano al Tenerife al detectar que Víctor García, del Málaga, le había hecho falta a Luismi en el área. Ais Reig lo comprobó y, tras dibujar en el aire la silueta de un rectángulo, dirigió el brazo al punto fatídico. Lo lanzó Enric Gallego y falló. Al final, 0-0.

Cuatro jornadas más tarde ocurrió lo mismo, pero en el Carlos Tartiere y con 2-0 en el marcador. A falta de cuatro minutos para el descanso, el VARle brindó al Tenerife la oportunidad de meterse de lleno en el partido. Milla Alvendiz se dio cuenta de que Sibo había rozado el balón con la mano dentro del área propia y se lo dijo a Cid Camacho para que señalara la pena máxima a favor de los visitantes. Tiró Luismi y no marcó (3-1).

Justo antes de las vacaciones de invierno, en el último partido dirigido por Pepe Mel, el videoarbitraje modificó una decisión de Pérez Hernández y el Burgos se quedó sin el tanto que había marcado Fer Niño en el minuto 45. Los de Luis Miguel Ramis siguieron insistiendo y terminaron venciendo (1-0).

En la etapa comandada por Álvaro Cervera, la influencia del VAR se ha concentrado en menos tiempo. La racha comenzó en el triunfo delLevante en el Heliodoro. Por un lado, entró en escena para no dar validez a un tanto de José Luis Morales en el minuto 34, y por el otro, para elevar al máximo el castigo a Luismi Cruz tras una dura entrada. El gaditano vio la tarjeta roja en el 56’. En ese momento, los valencianos ya iban ganando por 0-1. En superioridad ampliaron la renta ante un Tenerife descosido (0-3).

El VARvolvió a hacerse notar en el Tenerife-Eldense. El único gol, anotado por Javi Llabrés en minuto 50, no iba a valer por una supuesta falta por manos del anotador. Pero la revisión de la jugada en los monitores demostró que, en realidad, el mallorquín había orientado el balón con el abdomen.

Al cuarto de hora, esa misma noche, la afición blanquiazul festejó un penalti a favor de su equipo cometido por Sergio Ortuño al desviar con el brazo una volea de Waldo Rubio. Cuando Sergio González estaba preparado para lanzar desde los once metros, Gorostegui Fernández-Ortega llamó a Moreno Aragón para advertirle de que algo había pasado en el origen de la jugada, ni mas ni menos que un fuera de juego de Marlos. No hubo penalti y Tenerife cayó ante el equipo de José Luis Oltra (0-1).

En la serie de tres partidos seguidos en Rodríguez López, iniciado con la visita del Eldense a la Isla, el videoarbitraje volvió a perjudicar a los blanquiazules. Lo hizo para señalar un penalti a favor del Deportivo por manos de David Rodríguez. Era minuto 10 y el grancanario Yeremay lanzó alto. El Tenerife respiró aliviado, pero no fue capaz de sacar el encuentro adelante (0-0). Y en el partido con Albacete, la mirada a las pantallas aconsejó la expulsión de Waldo en el minuto 61. No lo consideró así inicialmente Muresan Muresan, pero rectificó al analizar la imagen congelada y sacó la cartulina roja de su bolsillo. El revés no impidió que Tenerife venciera, cómo no, con algún que otro apuro (3-1).

En definitiva, el representativo no se ha complicado tanto la temporada por la influencia del videoarbitraje, pero son más las decisiones en contra que a favor después de 26 jornadas celebradas.

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