Trayectoria deportiva

Obligados a cambiar

El partido ante el CD Eldense enseñó las costuras del representativo, ineficaz con balón y maniatado en su propósito de hacer daño ante el marco rival. Toca variar el plan para vencer a futuros contrincantes.

Enric se lamenta de una ocasión desperdiciada. | ANDRÉS GUTIÉRREZ

Enric se lamenta de una ocasión desperdiciada. | ANDRÉS GUTIÉRREZ

manoj daswani

Santa Cruz de Tenerife

En apenas unas semanas, el nuevo Tenerife de Álvaro Cervera se ha vuelto previsible. El plan del tercer entrenador de la temporada funcionó ante rivales habituados a proponer y a ser protagonistas. Así, se inquietó a Osasuna y se le hizo un gol en el duelo copero con que el equipo blanquiazul abrió el año 2025 en el Rodríguez López, se ganó con solvencia al Castellón y estuvo cerca la sorpresa en La Romareda, donde el representativo viajó de un ilusionante 0-2 al decepcionante empate final con el Real Zaragoza. Ahora bien, el plan pinchó en hueso de forma estruendosa el pasado sábado contra un rival directo. «Ese partido no podíamos perderlo», advirtió Cervera, quien desde el primer día apuntó que el Tenerife podría tener problemas severos cuando los rivales tuviesen una fisonomía diferente. Fue lo que ocurrió ante el Eldense de Oltra.

El partido disputado en casa el pasado sábado confirma que el plantel sufre ante oponentes que basan su estrategia en un férreo plan defensivo. «No voy a colgarme ninguna medalla, pero hemos puesto el acento durante toda la semana en esa faceta», destacó el técnico del Eldense, cuyo equipo se fue del Heliodoro con los tres puntos y sin apenas chutar a portería. Tampoco lo hizo el Tenerife, que se vio completamente «maniatado» durante los 90 minutos de la contienda. Los dígitos de posesión fueron claramente favorables al conjunto anfitrión (70-30%) pero las ocasiones claras del cuadro insular brillaron por su ausencia.

Lo que viene

El reto de los blanquiazules es dejar de ser previsibles. Y volver a sorprender. Con el desafío de afrontar tres partidos en la Isla en apenas nueve días –y con el agravante de que el primero ya se saldó con derrota–, es probable que Cervera deje de utilizar su alineación tipo (la ha repetido en los últimos tres partidos) y abogue por dar carrete a algunos elementos hasta ahora casi inutilizados.

Los cuatro primeros partidos ligueros del entrenador blanquiazul se han despachado con altas dosis de protagonismo para un puñado de futbolistas; y un ostracismo casi absoluto para otros. Así, son ocho los que han sido partícipes de todos los compromisos disputados en esta era, concretamente el arquero Badia, los defensas José León y Mellot y el mediocampista Diarra, que han sumado los 360 minutos de esta recién inaugurada etapa; amén de Bodiger, Waldo Rubio, Cantero y Enric, que también los han jugado todos. La otra cara de la moneda ha sido para hombres presuntamente relevante –al menos por caché o pedigrí– como Maikel Mesa o Ángel, éste último sin minutos contra el Zaragoza; y otros que igualmente cotizan a la baja como Gayá, Alves o el único refuerzo cerrado durante el mercado de enero, el grancanario Fabio González, que no ha sido titular aún ninguna vez. Los partidos venideros supondrán que se abra una ventana de oportunidad para algunos de estos hombres. El primero de ellos, este miércoles contra el Deportivo, otro rival directo en la pugna por la salvación (20:00); y el segundo, frente a otro equipo del hemisferio sur de la clasificación como es el Albacete, en idéntico horario el próximo domingo.

Desde dentro, uno de los grandes protagonistas del segmento más reciente de la temporada daba algunas claves para explicar lo acaecido en la hiriente derrota del sábado. «Nos costó tener fluidez con balón», diagnostica Aitor Sanz. «Ellos se encontraron con un regalo porque no hicieron nada para ganar, pero es verdad que defendieron bien tuvieron esa suerte», apostilló el centrocampista. En línea muy semejante se manifestó Cervera. «Habíamos jugado dos partidos contra rivales que proponían, como el Castellón y el Zaragoza. Conseguimos anularlos y utilizamos nuestras armas para hacerles gol. En cambio, hoy [por el sábado] era un partido distinto porque el rival metía muchos jugadores atrás y quizás no tuvimos la habilidad o la capacidad necesaria para crear ocasiones. Sabíamos que sería así, aunque no esperábamos perder de esta manera. No nos dejaron espacios y, sin espacios, tampoco hubo velocidad para generarles peligro. Es un escenario donde nos cuesta hacer», verbalizó. Toca buscar solución. n

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