Grave tropiezo del Tenerife ante un rival directo en el Heliodoro

El equipo blanquiazul pierde ante el Eldense de José Luis Oltra (0-1)

El VAR valida el gol del rival y le quita un penalti a los blanquiazules

Julio Ruiz

Julio Ruiz

El partido «más importante» de la temporada -así lo había etiquetado Cervera-, el primero de los tres seguidos en casa en un momento crucial y el que debía confirmar la reacción iniciada con el nuevo técnico tras el triunfo ante el Castellón y el empate en La Romareda -más que por el 2-2, por el juego-, fue el reflejo de un curso en el que todo sale al revés. El Tenerife sufrió un grave tropiezo, con aspecto de definitivo aunque todavía queden 19 jornadas. Perdió en casa ante un rival directo, el Eldense del debutante José Luis Oltra -será verdad que se le da bien el Heliodoro como visitante-, y dio otro paso hacia un descenso a Primera RFEF que va teniendo pinta de inevitable por números y por derrotas como esta.

Fue un 0-1 con protagonismo del VAR -el gol fue validado en la pantalla y el equipo local se quedó sin un penalti por el uso de esa herramienta– y propiciado en cierto modo por la actuación de un Tenerife que no se supo manejar con la responsabilidad de tener que llevar la iniciativa. Al Eldense le bastó con un único remate para ganar. Demasiado botín para unos, un duro castigo para otros. Nada nuevo.

Tal como se esperaba, Cervera se decantó por la misma alineación de las dos jornadas anteriores. Repitieron los que se habían enfrentado de inicio al Castellón y al Zaragoza. Ya había avisado el entrenador que no iba a preparar el encuentro con el Eldense pensando en el siguiente con el Deportivo por muy cercano que esté el segundo.

El Tenerife entró en escena intimidando con actitud e intensidad más que con balón o continuidad. El problema podía estar en la precipitación, en querer resolverlo todo rápido. La idea era marcar territorio pronto, demostrar que la necesidad aprieta, que era un ahora o nunca. Y el Heliodoro lo supo leer, mentalizado, participativo. Las bases estaban sentadas ante un Eldense que vivía al filo del error y se limitaba a aguantar el tipo en el estreno del recién llegado José Luis Oltra. Ya fue una buena noticia para los alicantinos que el pulso se fuera equilibrando poco a poco, que no sucediera nada relevante y que los minutos fueran pasando.

Los visitantes, ordenados y concentrados, se aplicaban a fondo para que el Tenerife no rompiera en velocidad ni ensanchara el campo con diagonales a los laterales o los extremos. Pero el peligro se palpaba cerca de Dani Martín. Iba a ser cuestión de insistir, de erosionar. La rescatada versión diferencial de Waldo empezó a ser una de las llaves. Incisivo y superior por la banda derecha, metiendo los primeros centros al área. El juego se volcó hacia su lado.

El Tenerife recuperaba una y otra vez, con voracidad, ahogando los intentos del rival de salir desde su área con el balón controlado. Apretaban todos. La pelota rodaba por la mitad del campo que ocupaban los blanquiazules, con intención pero sin el filo necesario para terminar de imponerse, sin un remate. Llegó el primero cerca de la media hora, pero se quedó a medio camino. Lo ejecutó Cantero tras una dejada de Gallego y una eléctrica combinación por la derecha.

Ese zarpazo dio paso a un tramo más trabado. Aitor Sanz perdió el balón en el centro del campo y forzó una falta para evitar un contragolpe que le costó una tarjeta amarilla. Sin una relación aparente entre una cosa y otra, el Eldense ganó en seguridad y se liberó de la pegajosa oposición de su adversario. La primera parte se fue apagando sin señales de que esa tendencia fuera a cambiar. Y sin trabajo para los porteros. El Tenerife se fue enredando en un quiero y no puedo, con la única vía de acceso de una banda derecha cada vez mejor defendida. Y al Eldense le valía con eso, con aguantar y estirar un 0-0 que tampoco le iba a venir mal, al contrario que a los de Álvaro, que recibió a sus futbolistas en el intermedio con la necesidad de hacer algo diferente para evitar ese desenlace. De entrada, no lo hizo. Mantuvo su apuesta.

En el duelo entre dos viejos conocidos como Cervera y Oltra, fue el valenciano el que, supuestamente, se decidió a pulsar el botón del ataque en el arranque del segundo tiempo. Como si de un guion se tratara y todo estuviera saliendo según lo previsto, el Eldense dio un paso adelante y se estiró. Lo hizo, además, con el premio del gol. El 0-1 cayó en el minuto 49 con algo de intriga. La jugada por el carril derecho, mal defendida por Sergio González en última instancia, fue anulada por Moreno Aragón. Al árbitro le había parecido que Javi Llabrés había controlado el balón con la mano antes de batir a Edgar Badia con un chut raso al palo más alejado. Pero la revisión en la pantalla demostró que, en realidad, no había habido falta.

Cervera reaccionó con un doble cambio, Luismi Cruz y Marlos Moreno por Aitor y Cantero. Más toque y talento para contrarrestar lo que estaba por llegar, un Eldense más replegado aún para defender su ventaja, esta vez sin la menor opción para contragolpear. Justo lo que peor le viene a este Tenerife, y con la necesidad de remontar.

El atacante gaditano se hizo notar enseguida, pero no por su conducción, sino por una falta directa con la que puso el balón en el lateral de la red, por fuera (60').

Ese acercamiento al gol subió las revoluciones del Tenerife y despertó el efecto Heliodoro justo antes de otro momento clave, un penalti a favor de los blanquiazules que Moreno Aragón pitó por manos de Sergio Ortuño tras una volea de Waldo, pero que no llegó a lanzar Sergio González. Con el cartagenero preparado y la pelota en el punto de los once metros, el colegiado recibió la indicación de que la ofensiva había comenzado con un fuera de juega de Marlos. Del sí se puede procedente de la grada, a la sensación de que todo estaba en contra. Todo:la suerte, el cronómetro, el fútbol, la cabeza... Porque el 1-0 y el no penalti descompusieron a un Tenerife que lo intentó con más ímpetu que claridad y que no logró desmontar a un Eldense cada vez más firme y convencido de que la victoria no se le iba a escapar. En ese proceso, Álvaro lo intentó con Fabio y Maikel por Waldo y Bodiger. Y el Tenerife tuvo el empate con un remate de cabeza de León en un córner (82'). Tampoco así. No estaba siendo el partido, no está siendo la temporada. n

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