Zaragoza-Tenerife: duro frenazo en un minuto
Un mejorado Tenerife se queda a un paso de lograr el primer triunfo de la temporada a domicilio. Se pone con 0-2 en el minuto 68, pero el Zaragoza empata en un instante (2-2).

Alineación del Tenerife en La Romareda. / LOF
El CD Tenerife lo estaba haciendo todo bien para poder encadenar dos victorias seguidas por primera vez esta temporada y estrenar su casillero de triunfos a domicilio. Un demoledor y convincente 0-2 a falta de 14 minutos para el final, invitaba al optimismo. Ya nada podía salir mal. Pero, de repente, el Zaragoza recortó diferencias con un tanto anotado en una jugada aislada a balón parado –el principal agujero defensivo del representativo– e igualó 60 segundos más tarde en un contragolpe y todavía con margen para completar una remontada que no se produjo.
Este 2-2 podría tener su valor en otra situación, pero como ya había avisado Álvaro Cervera, el empate en La Romareda no iba a ser suficiente. Solo hay que mirar la clasificación para darse cuenta. El Tenerife está un pasito más cerca de la puntuación salvadora de 50 –a 35 a falta de 20 partidos–, pero se ha alejado del puesto más cercano de permanencia –con una jornada pendiente–. Llegó al fin de semana a 10 del decimonoveno y ahora está a 12. Un brusco frenazo para un equipo que ya se veía en el escenario conveniente de firmar un seis de seis antes de enlazar tres encuentros en el Heliodoro, contra el Eldense, Deportivo y Albacete. Y no es que esté todo perdido, pero la sensación no es la misma por esta igualada con pinta de derrota. Eso sí, sin reproches. Al final, hasta pudo ser peor, porque el conjunto local estrelló el balón en el palo, por medio de Toni Moya, en una falta directa lanzada en el alargue.
Resultado aparte, este Tenerife es otro. No es un consuelo, dadas las circunstancias, pero ha pasado de ser un equipo perdido y entregado, a mostrarse competitivo. Y eso, en apenas tres partidos dirigidos por Álvaro Cervera –cuatro si se cuenta el de Copa contra el Osasuna–. La evolución es notable desde la eliminación copera y el tropiezo en casa con el Levante. El 2-0 al Castellón reforzó el mensaje y recuperó a futbolistas como Aitor Sanz –de vuelta tras su larga lesión–, Bodiger o Cantero, y la visita a Zaragoza, con la misma alineación, demostró que el Tenerife es un colista que ha tirado media Liga. Lo normal habría sido ganar.
El equipo tinerfeño no tardó en llevar el juego a su terreno. Y eso que el Real Zaragoza, reactivado por el estreno como local de su nuevo entrenador, Miguel Ángel Ramírez, salió decidido, dispuesto a resolver pronto, a demostrarle a su exigente afición que tenía la crisis controlada –menor, comparada con la del rival–, que lo de haberse descolgado de la lucha por el ascenso era algo pasajero. Con esta inercia, Azón llamó a la puerta de gol con un remate de cabeza con el que finalizó una eficaz combinación desde la banda derecha de su ataque, la defendida por David, entre Ager Aketxe y Luna. Rugió el público viendo venir una tarde feliz. Los locales dieron más motivos en una fase inicial de dominio. Eso sí, un dominio poco productivo delante de un Tenerife que se limitaba a defender en un bloque bajo y que apenas tocaba la pelota. Los de Álvaro Cervera querían precisamente eso, frenar el arranque de su oponente y esperar su momento. Y lo tuvo. En su primera aproximación al área de Poussin, Enric Gallego coló el balón en la portería, pero lo hizo después de comenzar la maniobra en fuera de juego tras un centro de Waldo Rubio. El latigazo del ariete no modificó el resultado, pero sí llenó de dudas al Real Zaragoza.
El Tenerife leyó a la perfección ese instante del encuentro y se animó a dar un paso adelante. Ya había avisado Cervera que el equipo tenía que ser ambicioso, que no le iba a valer el empate. Dicho y hecho. Sin tiempo que perder, los blanquiazules —esta vez de rosa—, pasaron a la acción como si fuera el último partido de la Liga y dependieran de ese desenlace. Atrás no tenían problemas. O muy pocos. Por ejemplo, Sergio y León se las arreglaron para anular una aventura en solitario de Azón (11’). Lo cierto es que la posesión había empezado a caer del lado visitante. De ahí, un chut de Cantero, sin pensarlo dos veces (13’), y otra irrupción de Waldo por el carril derecho tras una descarga de Enric (21’). La afición empezó a pedir explicaciones a base de silbidos. Y los nervios se trasladaron al césped dándole alas a un Tenerife creciente y que ya había blindado su portería, en la que Badia solo había tenido que intervenir para atrapar un tímido disparo de Luna (21’).
El Zaragoza hizo un amago de ruptura con una ocasión medio clara, con rebotes incluidos, que no consiguió definir Keidi Bare (31’). De camino al descanso, el campo se inclinó hacia el área local. Waldo tuvo mucho que ver, pleno de potencia y velocidad, como en sus mejores actuaciones. Al fin. Aprovechando esa tendencia, el Tenerife apretó en la búsqueda del 0-1. David lo tuvo en el 37’ al cazar un balón suelto en el área, pero su ensayo se perdió entre las piernas de los defensas. A la siguiente ya no hubo perdón. El protagonista fue Waldo, una vez más. El extremeño enriqueció un pase largo de Diarra, dejó atrás a su marcador, Nieto, entró en el área y batió a Puossin con un imparable remate al palo corto, directo a la escuadra. Gol y premio merecido para el Tenerife. 0-1 en el minuto 39, terreno abonado para el estilo de Cervera.
En medio de la impaciencia de los espectadores y el desconcierto del Zaragoza, el representativo trató de ampliar la ventaja antes del intermedio. Bodiger pidió penalti por manos después de rematar desde la frontal del área. Pero el árbitro del VAR no le dio la razón.
Lejos de conformarse, el Tenerife retomó el duelo con la misma actitud. Cabezazo de Sergio desviado para abrir el segundo acto y un posterior chut de Diarra para meterle miedo a un Zaragoza que no lograba despegar. El de Bamako, activo como volante ofensivo, insistió con otro remate en el 52’.
No había señales de reacción local. El Tenerife se aplicaba en defensa, compacto, sin conceder nada, y el tiempo corría a su favor con una desconocida capacidad para desesperar a su rival. Ysi no estaba siendo suficiente con todo eso, volvió a golpear para lograr el 0-2. Otro golazo, esta vez obra de Diarra al finalizar una elaborada jugada colectiva iniciada por Badia. El 0-2 en el 68’ pareció definitivo.
Pero el Zaragoza no podía rendirse. Aprovechó los cambios realizados por Miguel Ángel Ramírez para empujar. Y se aferró a un córner para poner el 1-2. Enrique Clemente estuvo más vivo que la defensa tinerfeña. Lo mismo que Azón, un minuto después (77’), para culminar un contragolpe.
El 2-2 rompió el encuentro. Como si de una eliminatoria se tratara, los equipos se lanzaron a por el tercer tanto. Diarra lo rozó un remate que salió cerca de la escuadra (80’). YToni Moya también en la ejecución de una falta directa que fue a parar al palo (91’). Al final, un 2-2 que sirve de poco y que deja peor a un necesitado Tenerife.
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