Apuntes

Maikel y La Romareda: el día del reencuentro

El día que se confirmó su repatriación por el CD Tenerife, Maikel ya sabría que llegaría el momento de volver a la que fue su última casa (Zaragoza) y que probablemente no sería bien recibido. El partido de su regreso se producirá este domingo. Nadie imagina ovación ni aplausos; más bien, todo lo contrario.

Maikel Mesa hace idéntico gesto con el CD Tenerife (izquierda) y con el Real Zaragoza.

Maikel Mesa hace idéntico gesto con el CD Tenerife (izquierda) y con el Real Zaragoza. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Maikel Mesa, en el centro del foco. Con el rol indeseado de suplente y en el contexto de una grave crisis en el club al que eligió volver, el futbolista lagunero regresa este domingo a La Romareda con la previsión de que le acompañe música de viento. Probablemente haya pitos para un jugador que en verano decidía voluntariamente dejar el Real Zaragoza, club con el que tenía contrato en vigor (por este año y otro más). Eso sí, por una razón de peso: su pretendiente principal era el CD Tenerife, el equipo donde siempre anheló jugar. «Es el club de mi vida», ha verbalizado en numerosas oportunidades.

La historia de Mesa con el representativo había sido la de un desamor acentuado por numerosos episodios en los que se sintió rechazado o despreciado en su propia casa. El Maikel niño había permanecido bajo el abrigo del Tenerife hasta su último año de infantiles. Lució orgulloso la blanquiazul hasta que le enseñaron la puerta de salida, aduciendo que tenía poco potencial físico y escasa estatura (luego daría el estirón). Paradójicamente, los mismos argumentos que ofrecieron para descartar al ahora barcelonista Pedri, con quien Maikel compartió durante sus días en la UD Las Palmas una historia de Instagram que causó un terremoto en Tenerife. Había rencor y un mensaje cifrado en aquellas palabras.

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Maikel Mesa con la elástica del Real Zaragoza. / ED

Ya entonces, Maikel se convirtió en un trotamundos en busca del sueño que se le alejaba. Él siempre quiso volver al Tenerife. Pasó por el Laguna, se aprovechó de un convenio entre los morados y el Madrid para recalar en la cantera blanca, se fue a préstamo al Guijuelo... y siempre, sin excepción, ofreció señales de que quería volver a casa. El deseo tantas veces exteriorizado –y otras veces no– de querer jugar en su isla se hizo realidad finalmente el pasado mes de julio.

El ahora 20 blanquiazul, antes aficionado del Tenerife que futbolista, había vibrado con las grandes proezas del representativo y soñaba con ser protagonista de ellas en primera persona. El crío que se fue a celebrar a la Plaza de España el gol de Huguito en Morales pretendía hacer realidad sus grandes anhelos blanquiazules. «Necesitaba estar aquí; no es mi segunda casa, es la primera», fueron los mensajes públicos más llamativos que emitió en su presentación.

Desde entonces, la realidad de su primer año (aún inacabado) en el primer equipo blanquiazul dista mucho de sus ambiciosos deseos. Sus números acreditan un pobre protagonismo con los tres técnicos que ha tenido el club durante esta campaña. Empezó sintiéndose relevante y hasta goleador con Óscar Cano, quien le arrebató la condición de titular precisamente en el partido que significó su destitución (la derrota en Éibar). Luego, Mesa se encontró probablemente con el último entrenador que había querido para su nueva etapa en la Isla, Pepe Mel, justo aquel con quien tuvo más fricciones y dificultades en Las Palmas. Y ahora, Cervera. Ha advertido el tercer entrenador de esta campaña blanquiazul de los horrores que la situación colectiva aún tiene remedio. La de Maikel, también.

«Es un jugador al que todo entrenador quiere tener en su plantilla. Se asocia muy bien con el gol, como ya se ha podido comprobar; ahora, hay que buscarle sitio, y eso es misión del entrenador, misión mía», ha dicho el nuevo técnico. Falta por ver si la oportunidad le llega en la capital de La Pilarica, sitio especial para el lagunero, o por si el contrario su momento debe esperar. Por lo pronto, su actitud ante el Castellón y las palabras del míster le reafirman. Un estímulo para confiar en que su historia blanquiazul cambie a tiempo y su sueño de niño no se convierta en una pesadilla.

Ángel, el otro exzaragocista

También Ángel regresa a un estadio donde marcó muchos goles y dejó unos excelentes números como zaragocista. Como Maikel, no tuvo una salida feliz. Unas polémicas declaraciones privaron al de Geneto de una despedida acorde a su rendimiento. En su caso, ya ha jugado más veces como visitante en La Romareda.

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