El año en el que naufragó el Tenerife: solo ocho victorias en los 40 partidos ligueros de 2024

El representativo, peor equipo del año natural en Segunda División, ha perdido la mitad de los compromisos que ha jugado

Incluso el Amorebieta, que descendió en junio, ha ganado los mismo partidos

Pepe Mel, en el banquillo del Rodríguez López antes del Tenerife-Mirandés.

Pepe Mel, en el banquillo del Rodríguez López antes del Tenerife-Mirandés. / Andrés Gutiérrez

Al 2024 se le despedirá en la noche del martes al miércoles. Habrá uvas, champán, comida en cantidades ingentes... y fiesta. Mucha fiesta. Como es habitual, algunos mirarán atrás con añoranza, deseando que el 2025 no empeore unos 12 meses provechosos. Otros, mientras, celebrarán el alivio de dejar atrás 365 días para el olvido. Hasta los años malos terminan en diciembre. 

Algo así deben pensar en el CD Tenerife. 2024 ha sido un drama absoluto. Un desastre. En lo extradeportivo, agitación, inestabilidad y críticas al modelo de gestión que encabezaba José Miguel Garrido, que se saldaron con la histórica moción de censura de la Junta General de Accionistas del pasado día 17, y en el campo, unos números de suspenso absoluto que en la 23/24 maquillaron el estupendo inicio de competición, pero que en la 24/25 han destapado todas las carencias del representativo, en este momento colista de Segunda División y se ha marchado con solo 11 puntos al parón. Incluso a estas alturas sigue resultando complicado determinar qué crisis empezó primero, si la del equipo o la de la entidad, o si unos problemas derivaron en otros.

En todo caso, y dejando a un lado los errores cometidos en la gestión (fundamentalmente la mala confección de la plantilla actual y la apuesta de Garrido y Juan Guerrero por un entrenador inexperto como Cano o la incógnita de qué hubiera pasado si la pasada campaña se hubiese optado por relevar a Garitano en lugar de aguantarlo hasta el final de curso a pesar del desplome en la segunda vuelta), los problemas han aflorado siempre abajo, en el césped. Porque el verde no miente y al representativo lo ha dejado en muy mal lugar. Tristemente, el que merece. 

Empezando por el total de la muestra, y teniendo en cuenta que sigue pendiente de recuperar los duelos frente a Levante y Deportivo de La Coruña (por ese orden), el equipo blanquiazul disputó un total de 40 partidos ligueros entre el 13 de enero (en el Rodríguez López, frente al Elche) y el 22 de diciembre, en Burgos. Los dos terminaron en derrota. No es casualidad. Al contrario, la peor forma de empezar y terminar el peor año posible. Sacando de la ecuación los duelos de Copa del Rey, competición apasionante pero que no mide las temporadas de los equipos –sobre todo de los de Segunda porque, tal y como dijo Álvaro Cervera hace apenas unos días, a esos no les toca ganar el torneo, sino completar el cupo de participantes– el representativo perdió 20 partidos, empató 12 y solo pudo ganar 8. Esto es, un 50% de derrotas, un 30% de igualadas y un pésimo 20% de alegrías. Demasiado castigo para una afición que nunca ha dejado solo a su equipo. De los 120 puntos en juego de la Liga ficticia del 2024, apenas se han sumado 36, un 30%. Como referencia, la media de permanencia en Segunda es de 48 unidades sobre 126 (las que salen en 42 jornadas), un 38%. 

A cola del 'ranking'

El Tenerife, de hecho, es el peor equipo del año natural en la categoría de plata. Aunque comparte el indeseado primer puesto de conjunto con menos triunfos totales con el Racing de Ferrol (los gallegos vencieron en 5 duelos entre enero y junio y en 3 entre agosto y diciembre), el elenco dirigido por Cristóbal Parralo ha perdido menos. Sus 16 empates le permiten irse hasta los 40 puntos en 42 partidos. Son dos duelos más que el Tenerife, de acuerdo, pero también un porcentaje ligeramente mayor de unidades sumadas (32%). En el equipo insular, los triunfos se reparten entre los 6 que se sumaron el pasado curso y los 2 del actual. 

En la zona baja de la tabla imaginaria estaría también el Cartagena, que solo ha ganado 4 citas de la 24/25, pero que la 23/24 la cerró con la notable cifra de 11 victorias. El Zaragoza, por su parte, se marcha a las 14 alegrías (5+8) y el Mirandés, de menos a más, alcanza las 16 (5+11). El Eldense, insuficiente pero regular, llega a 11 (6+5). 

Todos los anteriores guardan en común con el equipo blanquiazul que han competido en la Hypermotion durante los dos últimos cursos. Por contra, hay dos equipos que, aun no habiéndolo hecho, igualan sus guarismos. El Amorebieta, que descendió a Primera Federación, se impuso en 8 partidos durante la segunda mitad del pasado curso y el Castellón, que ha recorrido el sentido inverso del trayecto, ha sumado de tres en 8 de los 21 partidos que ha jugado en la 24/25. Sonrojante. 

La responsabilidad, eso sí, es compartida. Hasta tres entrenadores han comandado la nave tinerfeñista en el languideciente año actual. Por este orden, Asier Garitano, Óscar Cano y Pepe Mel. 

Asier Garitano

El vasco ostenta el privilegio de ser el único de los tres que pudo completar una temporada –aunque para muchos no debió hacerlo– y es el que más partidos pudo dirigir. Sus números no son buenos pero, aun así, son los mejores. O los menos malos. Garitano preparó 21 duelos ligueros entre el citado anteriormente 13 de enero y el 2 de junio. Al menos, en su caso, se despidió ganando (2-0 a un Valladolid ya ascendido). Con el de Vergara, la entidad capitalina cosechó 6 triunfos (29%), 7 empates (33%) y 8 derrotas (38%). Fueron 25 puntos en 21 partidos. Un 40%. Media de permanencia. En la estadística no cuentan, pero merecen ser mencionados, la victoria frente a la UD Las Palmas en Copa del Rey (el único día feliz de 2024 en el Rodríguez López) y la honrosa eliminación a manos del Mallorca –que acabó llegando a la final– en octavos de final en un partido que desequilibró Cyle Larin en el minuto 120. 

En la 24/25 (los 19 compromisos disputados entre agosto y diciembre) han intervenido Óscar Cano y Pepe Mel. El balance total, en Liga, es de 12 derrotas, 5 empates y únicamente 2 triunfos. Han sido 11 puntos del total de 56 en juego en 19 partidos. Esto es, un desolador 19%. La mitad que la media necesitada para mantenerse en Segunda (38%) y una diferencia que habría que recuperar de enero a junio sumando alrededor de 37 unidades (cerca de un 54%).

Empezó el granadino, pero duró muy poco. Fueron únicamente 5 experiencias y 4 de ellas se tacharon en rojo. Apenas un 2-2 en Cádiz para el 1 de 15 y un 6,6% del botín en juego. Con una muestra tan reducida y unos resultados tan malos sería hasta cruel profundizar más.

Pepe Mel y Óscar Cano

El relevo aterrizó a mediados de septiembre y dirigió 14 enfrentamientos. Tuvo algo de tiempo, pero también fracasó: 2 duelos ganados, 4 empatados y 8 con final fatídico para un 14% de alegrías, 29% de sinsabores y 57% de tristezas. 10 puntos de 42 en litigio, un 24% que también dista del ritmo necesario para alcanzar la barrera de los 48 y que empeora si se tiene en cuenta que ya recogió a un equipo en números rojos. 

El madrileño al menos puede mejorar algo la estadística en la Copa del Rey. Fueron dos eliminatorias que se saldaron con un triunfo (vía prórroga frente al Alfaro) y en empate (con clasificación en los penaltis contra el Zamora). 

Con todo, en la actual temporada los guarismos se reparten en un 10% de triunfos, un 26% de empates y un 64% de derrotas.

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