Aitor Sanz, primer 'fichaje' de invierno para Álvaro Cervera

El centrocampista madrileño, inédito esta temporada por lesión, tiene previsto volver a tener minutos en el mes de enero

Su regreso apunta a coincidir con el estreno de Cervera, con el que ya coincidió en el Tenerife y quien lo quiso llevar al Cádiz

Aitor Sanz salta al terreno de juego del Rodríguez López

Aitor Sanz salta al terreno de juego del Rodríguez López / Andrés Gutiérrez

Pendientes de una ventana de traspasos –la de enero– que debe ser clave, Pepe Mel anunció en la previa del doble desplazamiento a Huesca y Burgos que Aitor Sanz se quedaba en la Isla para concluir su periodo de recuperación. Si nada se tuerce, el centrocampista madrileño se estrenará este curso en el choque copero del día 4 contra el Osasuna. Fichaje anticipado.

Será pues, el 4, un día de retornos. El del capitán y el del entrenador Álvaro Cervera. Este último, claro, casi diez años después, una minucia si se comparan con los siete meses que lleva fuera Sanz, que cayó lesionado a finales de mayo de este 2024 y cuya reaparición, lastrada por varios altibajos en su proceso de curación, se ha prolongado muchísimo más de lo esperado inicialmente. 

De esta manera, se espera que el primer partido del año 2025 sea el escenario perfecto para que los caminos de Cervera y Sanz vuelvan a cruzarse. El ahora histórico futbolista del representativo es el único superviviente en la actual plantilla de todos cuantos dirigió el técnico durante su primera etapa en la Isla. 

En Aitor, el ecuatoguineano encontrará a un líder natural dentro del campo –fundamental en una situación tan delicada como la actual– y a un futbolista con una indiscutible ascendencia sobre la afición. El capitán ya no es el futbolista capaz de presionar sin cesar en campo contrario que enamoró a Cervera en la 13/14, pero sí un veterano inteligente, siempre bien colocado y que se equivoca muy poco. 

En cualquier caso, e independientemente de lo que pueda aportar el centrocampista –nunca resulta indispensable de primeras, pero una y otra vez acaba jugando más de lo previsto y renovando otra temporada más, que siempre parece la última pero nunca lo es–, el vínculo entre uno y otro va más allá de lo deportivo.  

Su 'no fichaje' por el Cádiz

La afinidad personal y la admiración mutua es máxima entre Álvaro y Aitor. Tanto que, durante la temporada 19/20, y con el Cádiz disparado hacia Primera División –acabó ascendiendo tras un inicio liguero arrollador–, el preparador solicitó al club andaluz la incorporación del que para ese entonces ya era capitán en el Tenerife en el periodo de traspasos invernal. El fichaje no se produjo –el que sí se marchó al Cádiz fue Filip Malbasic– porque el representativo pasaba por una situación clasificatoria complicada y no podría correr el riesgo de debilitarse. Baraja había recogido el testigo de López Garai y el cuadro insular se había marchado al parón en descenso. 

«El Tenerife requería de mi compromiso y tengo que devolvérselo, ya que siempre se han portado genial conmigo», apuntó Sanz poco después del cierre del mercado. «Álvaro Cervera es un entrenador con el que tengo una buena relación y no escondo que me gustaría volver a trabajar con él. Ha demostrado su enorme valía a lo largo de su carrera y es un técnico que te enseña cosas, algo que no es fácil de encontrar», explicó después. 

Era imposible de prever, por ese entonces, que casi cinco años después futbolista y entrenador volverían a coincidir en el Tenerife con el mismo rol. Del sueño del ascenso de aquel Cádiz, que se acabó cumpliendo, a la misión casi imposible de esta salvación, que ojalá acabe con final feliz. 

Entretanto, y con 363 partidos oficiales con la elástica blanquiazul en su haber, al capitán solo le quedan por delante los 385 de Toño Hernández y los 413 de Alberto Molina. El primer escalón se antoja inalcanzable, pero el segundo, a solo 22 compromisos, está todavía a tiro. 

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