CD Tenerife

Rayco García mejora su oferta por el CD Tenerife y el acuerdo final se acerca

Los reparos de Miguel Concepción, principal obstáculo para cerrar un gran pacto para salvar al club de una crisis institucional sin precedentes

El empresario tinerfeño Rayco García, junto al presidente de la AFA, Claudio Tapia.

El empresario tinerfeño Rayco García, junto al presidente de la AFA, Claudio Tapia. / El Día

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Rayco García Cabrera ya ha acreditado su solvencia económica ante José Miguel Garrido y además ha mejorado su oferta inicial (de doce millones de euros) por el lote accionarial del inversor madrileño. De esta manera, cobra fuerza la opción de un satisfactorio acuerdo para que el hombre de fútbol y negocios de Santa Úrsula se haga con el control del representativo en las próximas fechas. No obstante, todos los actores implicados en la operación se manejan con extrema prudencia y prefieren no dar el acuerdo por cerrado, por cuanto en ocasiones anteriores ya se desmoronaron intentonas emprendidas en estas mismas dirección y sentido.

El objetivo es alcanzar un pacto para salvar al CD Tenerife de una de las crisis más gigantescas de su centenaria historia. Paulino Rivero lidera el proceso para cambiar el timón en el conjunto blanquiazul antes de que sea demasiado tarde. Anoche, las posturas estaban próximas, aunque con un obstáculo severo: los reparos que ha puesto el expresidente del club, Miguel Concepción, que se resiste a renunciar a las prebendas que le garantiza el acuerdo primigenio con Garrido.

El papel de Rivero está siendo determinante, así como el empeño de Rayco en no dejar a medias su camino para enderezar el rumbo de la institución y modificar su grupo de gobierno. El presidente del actual consejo de administración se ha fijado por objetivo no dejar morir al club y hacerle un último servicio, después de salvar a la sociedad anónima de la desaparición en 2006 (en la llamada cumbre de La Ermita) y hacer lo propio en otras situaciones límite cuando ostestaba otros cargos de responsabilidad en la esfera política.

La situación actual atormenta y preocupa al mandatario blanquiazul, que se ha fijado un plazo de dos semanas para reflotar la situación. En este sentido, el pasado viernes ya se produjo un encuentro de emergencia para acelerar la posible venta del lote accionarial de Garrido al único comprador que sigue interesado en su adquisición, el inversor local Rayco García. La reunión no fue con el madrileño, sino con los empresarios locales, que tienen la llave para que cualquier pacto a este respecto pueda sustanciarse satisfactoriamente.

En las distintas tomas de contacto y conversaciones -telefónicas y presenciales- que se han sucedido en las últimas horas, entre los empresarios es Amid Achi el que está poniendo más de su parte para desbloquear la situación. De hecho, está dispuesto a ser parte de la solución y renunciar a todas las ventajas que pueda haberle garantizado el contrato confidencial que suscribió en su día con Garrido, y que reveló EL DÍA en su edición del pasado lunes. La publicación de los documentos ha significado un antes y un después, por cuanto ya la opinión pública conoce el detalle de los acuerdos -que dejan en una posición ornamental a Paulino Rivero o Mauro Pérez- y la afición señala directamente a los cuatro firmantes.

No obstante, frente al rol decorativo que el acuerdo reserva para el presidente en la parcela deportiva, en cambio en el contexto de un posible traspaso en el poder sí está teniendo Paulino Rivero un papel proactivo y determinante. Fue el exdirigente del Gobierno de Canarias el que aupó y animó en su día a Rayco García a entrar en escena, indicándole el camino para llegar al segundo puesto en el escalafón de grandes accionistas; y es ahora quien intenta que las partes lleguen a un acuerdo exitoso antes de que sea demasiado tarde.

Uno de los problemas nucleares es la posición maníquea de Miguel Concepción, quien sigue sin renunciar a las bonificaciones que el acuerdo inicial le garantiza. En total, cinco millones de euros en caso de un futuro ascenso a Primera División y pagaderos antes de la finalización del curso 2027/28. Su bloqueo a cualquier posible acuerdo está siendo uno de los grandes obstáculos que su sucesor en la presidencia y el presidente del Grupo Número Uno tratan de salvar de la mejor manera.

Todas las partes consultadas ayer por EL DÍA coinciden en que un posible giro de guion sería un revulsivo a todos los niveles, tanto para el entorno como para los propios futbolistas, sumidos en un bloqueo sin solución aparente y con unos resultados paupérrimos. Además, se da la circunstancia de que el segundo entrenador de la temporada, Pepe Mel, ha perdido la confianza del vestuario y corre serio peligro de destitución en las próximas fechas. A la situación no ha ayudado en absoluto la surrealista charla que dio Garrido a los futbolistas a 24 horas del partido. Lejos de un perfil conciliador como el que ofreció Rivero cuando se dirigió a ellos la semana antes, el máximo accionista adoptó un tono duro y agrandó la grieta que le separa del vestuario, al que no ofrecía explicaciones desde finales de octubre. Desde aquella secuencia, Garrido desapareció del mapa y se refugió en su residencia fiscal de Londres. Pasaron los meses y no tuvo contacto alguno con el equipo, tampoco para dar explicaciones sobre su decisión más controvertida, la de despedir al entrenador que él mismo había contratado en una determinación unipersonal, contraviniendo el criterio de la dirección deportiva y de su consejero de confianza.

Paulino Rivero, presidente del club.

Paulino Rivero, presidente del club. / CD Tenerife

El caso es que el Tenerife se presenta ante la Junta General de Accionistas en una situación deprimente y con el agua al cuello. Para su celebración puede haberse producido ya el cese de Mel, pero el partido más importante se juega contrarreloj en los despachos. Rayco ha elevado su oferta, Achi y Rivero empujan para que se haga efectiva la venta y el Cabildo aguarda a la espera de acontecimientos. La corporación amagó con no renovar el acuerdo de patrocinio plurianual que caduca en diciembre, pero finalmente rubricó una prórroga por tres años más para no ahogar todavía más al representativo. Horas cruciales para el futuro de la institución. El optimismo crece.

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