Paulino Rivero responde al llamado de Pepe Mel y acude al entrenamiento para animar a los futbolistas

Paulino Rivero responde al llamado de Pepe Mel. Al menos a medias. Tras la derrota en Albacete del pasado fin de semana, el entrenador no escondió su disconformidad con la falta de liderazgo que arrastra la entidad. Garrido en Londres, Mauro Pérez medio apartado, Juan Guerrero queriendo pasar desapercibido -aunque no lo consigue- y Paulino Rivero centrado en la faceta institucional, el Tenerife ha encontrado en su técnico a un portavoz solvente, pero indeseado. “Desde que llegué a la Isla solo hablo yo. Ruedas de prensa, entrevistas... todas las doy yo. Parezco el portavoz del club, a ver si llega ya el 2 de enero y se ponen Juan o Mauro aquí”, afirmó Mel contrariado poco después de ceder en el Belmonte.

Pérez y Guerrero no han dado el paso, pero Paulino Rivero sí. El presidente acudió al entrenamiento de este viernes para dirigirse a la plantilla y el cuerpo técnico del primer equipo y, después, atendió a los medios oficiales del club. No es lo ideal, pero es más que nada. "Cuando alguien importante para nosotros da el paso de venir y hablar un rato, se agradece. No solo yo, también los futbolistas. Eso siempre ayuda y se siente más el apoyo de una figura importante", explicó el técnico en sala de prensa.

Unos minutos antes, Rivero había asegurado animar a los futbolistas a que sigan trabajando y mantengan el "compromiso" que han mostrado hasta la fecha. "Esperemos que, aparte de su trabajo individual y colectivo, acompañe un poco la suerte. La tenemos que buscar porque tenemos condiciones".

Seguidamente, Rivero deseó más regularidad en el rendimiento del equipo. "Hemos hecho partidos buenos como contra el Sporting de Gijón o el Zaragoza, incluso perdiendo, y partidos como el de Mirandés, donde mostramos nuestro compromiso. Esperemos que esto tenga más continuidad. Los jugadores han demostrado que pueden hacerlo".

El dirigente quiso aprovechar la oportunidad para, aun destacando el compromiso del tinerfeñismo, solicitar un esfuerzo extra al “verdadero jugador número 12”. “Cuando la afición está entregada, lleva al equipo en volandas. Para que estén entregados hace falta que vean que el equipo está comprometido y hace su trabajo”. A las peñas y al resto de aficionados, eso sí, “solo hay palabras de agradecimiento”. “No hemos estado a la altura de lo que ellos esperan”, lamentó Rivero.