El que tiene boca se equivoca

Pepe Mel vive su momento más complicado desde que arribó al proyecto del Tenerife. No solo se le señala por sus resultados y decisiones; también por sus propios enredos y contradicciones. «Estoy todo el día hablando. Estoy toda la semana en programas: en la tele, en la radio... El que habla mucho, se equivoca mucho», se quejó el pasado domingo, consciente de que se ha convertido en el único portavoz de la institución ante el silencio elocuente de sus superiores.

Ni José Miguel Garrido, ni tampoco Paulino Rivero, Mauro Pérez o Juan Guerrero dan entrevistas ni comparecen en público ante la prensa. También ha restringido sus apariciones el director general, Santiago Pozas, que no hablará más antes de la próxima Junta. En el caso de Mel, está obligado a hacerlo. Pero desde que llegó, ya ha tenido que recular y matizar su mensaje en más de una ocasión. Propenso al enredo, esta semana ha optado por el silencio.

Desde el primer día

Ya llamó mucho la atención cuál fue su mensaje la tarde que aterrizó en Los Rodeos. «Lo primero que voy a hacer es reunirme con el jefe de la cantera», adujo Mel, quien subrayó que su plantilla no sería de 25 profesionales, sino de 50, contando también a los futbolistas del B, el C y el juvenil. En el club entienden que este mensaje no valió precisamente para exhibir confianza en los jugadores del primer equipo. Pero es que además el propio Mel ya ha caído en la cuenta de que no todos los futbolistas del filial eran seleccionables por una cuestión de edad. «Es algo que tendremos que resolver en el futuro», ha matizado después.

Grandes titulares

La misma semana que el club oficializó su regreso, Mel compareció en El larguero de la SER. «Si logramos meternos en la promoción, tendrían que darme un trocito del Teide», apuntó en su única referencia al sueño -ya imposible- de acariciar los puestos de privilegio. Después, verbalizó que el club tenía «peor» plantilla y recursos que la temporada pasada. Solo unos días más tarde, corrigió. «Me refería a que tenemos muchas bajas, como la de Aitor o la de Amo; con ellos seremos mejores», reculó. Aquellos a escala nacional fueron algunos de sus mensajes de mayor impacto. Y sirvieron para dejar claro que no estaba del todo feliz con los mimbres que tenía a su disposición.

Fichajes

Sin duda, el asunto sobre el que más veces ha tenido que rectificar es la reconfiguración del plantel en enero. Dijo Mel con suma precisión que necesitaba «un ocho y un nueve», a los pocos días asumió que había sido una equivocación haberlo dicho con tanta nitidez -porque podían sentirse agraviados los futbolistas que se desenvuelven en estas demarcaciones-, pero es que recientemente volvió a entrar de lleno en este asunto. «Necesitamos un refuerzo por línea», fue la actualización de su discurso en Televisión Canaria. Al día siguiente, volvió a recular. «Hablar de lo que va a pasar después de enero es un equivocación, y el primero que la cometí fui yo», declaró ante los micrófonos en la Ciudad Deportiva.

Contradicciones

En el mensje público del entrenador no solo ha habido matizaciones y enmiendas a su propio discurso; es que también ha habido numerosas contradicciones. En algunas ocasiones ha dejado entrever que la reforma invernal es imprescindible porque el nivel actual del equipo «no da» con lo que ya hay; en otras, que no cree que la ventana de enero vaya a ayudar «absolutamente en nada». «Ya lo he dicho en ese mercado no creo para nada», ha dicho también. 

Expresiones

Antes, Mel también tuvo que pedir «disculpas» por una serie de manifestaciones poco afortunadas, las realizadas tras la debacle de Granada (4-0). «Hemos luchado un transatlántico contra una patera», fue una de las frases que se le hicieron virales en las redes. Pero la que más sorprendió fue la que vino a continuación. «Tengo que meterles el dedo por el culo, a ver si...», dijo en relación a sus jugadores. A las pocas horas, admitió que había estado poco atinado. «No ha sido la vez que he estado más afortunado en las 8.000 ruedas de prensa que he dado», justificó Mel. 

Suscríbete para seguir leyendo