Cuando el fútbol pasa a un segundo plano

Domingo sin fútbol para el CD Tenerife. Su partido ante el Levante UD se jugará más adelante. No es la primera vez que una causa de fuerza mayor abre un paréntesis en el calendario de competición del equipo blanquiazul: desde el accidente de avión del Málaga en 1956 a la crisis del coronavirus.

Minuto de silencio en el Heliodoro en el partido Tenerife-Mirandés.

Minuto de silencio en el Heliodoro en el partido Tenerife-Mirandés. / Andrés Gutiérrez

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

Un accidente de avión, huelgas, lluvias intensas, el fallecimiento de un futbolista... El recorrido del Tenerife por las competiciones nacionales incluye varios aplazamientos de partidos, días en los que el fútbol pasó a un segundo plano como ocurre ahora por la Depresión Aislada en Niveles Altos que dejó tan graves consecuencias en la provincia de Valencia y zonas de Castilla La Mancha.

En el Levante, rival del Tenerife en el partido que se iba a jugar esta tarde en el Heliodoro –todavía sin nueva fecha–, no están para competir. Su estadio, el Ciudad de Valencia, se ha convertido en un almacén de productos de primera necesidad para las personas afectadas y en el club se han volcado en las ayudas. Desde su presidente, Pablo Sánchez, a su entrenador, Julián Calero, pasando por los jugadores, se han implicado en las ayudas a pie de barro.

Este es un repaso de algunos de los casos más llamativos de aplazamientos de partidos del Tenerife.

El avión del Málaga. El domingo 30 de septiembre de 1956 se iba a disputar un Tenerife-Málaga en el Heliodoro Rodríguez López correspondiente a la cuarta jornada de Segunda División, pero un accidente aéreo provocó que se tuviera que pasar al martes siguiente. El avión en el que viajó el equipo andaluz, desde Sevilla, tuvo que realizar un aterrizaje forzoso a su llegada al aeropuerto de Los Rodeos. El aparato, de seis motores, terminó estrellándose con una vivienda cercana a la pista después de cinco horas de viaje. No se registró ninguna víctima entre los pasajeros, pero sí falleció una persona que se encontraba en ese momento en la casa con la que impactó la nave. Pese a lo ocurrido, los futbolistas del Málaga pudieron salir al césped del estadio tinerfeño para cumplir con su trabajo. El Tenerife, entrenado por Diego Lozano, venció con dos goles de Antonio Pedrero (2-0). Con el susto en el cuerpo, la expedición malaguista tomó la decisión de volver a la Península en barco.

La niebla de Anduva. Comparado con lo ocurrido en 1956, el aplazamiento del encuentro Mirandés-Tenerife de la temporada 78/79, en Segunda B, fue anecdótico. El balón llegó a ponerse en movimiento en Anduva, pero el árbitro Díaz Gutiérrez se vio obligado a detener el juego como consecuencia de la espesa niebla que se había concentrado en el recinto deportivo de Miranda de Ebro. Aquel 14 de enero de 1979, la nube a ras de suelo provocó que no se pudiera ver a pocos metros de distancia. “Desde mi posición no se percibía el área contraria. Además, el campo estaba encharcado y embarrado”, recuerda Manolo Domínguez, portero blanquiazul en un enfrentamiento que empezó un domingo y terminó el lunes posterior a mediodía, ya sin niebla. Olimpio Romero, entrenador del Tenerife, alineó a Domínguez, Manolo, Julio Durán, Aparicio, Navarro, Paco, Alberto, Román, Abad, Belmonte y Larrañaga, que fue el autor del único tanto visitante, poco antes de que el Mirandés estableciera el 1-1 definitivo.

El derbi de la gota fría. Diez años más tarde, fue la lluvia la protagonista de la suspensión de un partido del Tenerife, y no de uno cualquiera, sino del derbi programado en el estadio Insular el domingo 19 de febrero de 1989. Aquel clásico todavía se recuerda como el de la gota fría. Las previsiones aconsejaron esperar un par de días para que se disputara el encuentro. Y así fue. Las puertas del antiguo estadio de la Unión Deportiva se abrieron el martes con motivo de un duelo de máxima rivalidad en el que el Tenerife logró sumar un punto gracias a un gol de Quique Medina en el minuto 93. «Ese día me equivoqué. Fue una falta lateral que sacó Isidro. No había subido a rematar, me había quedado en la línea de medios. Cuando rechazó la defensa, el balón le llegó otra vez a Isidro y ahí sí empecé a correr. Él me miró y al recibir delante del área, controlé con la rodilla y, sin dejarla caer, le hice la vaselina a Lopetegui. Fue un gol bastante bonito, de buena ejecución. Y lo que significó. De un estadio Insular repleto de gente cantando el pío-pío, a un silencio sepulcral», rememora Quique, que selló un 2-2 en el que también habían participado Alexis Trujillo (1-0), Nino Lema (1-1)y Andrés (2-1). Fue un empate valioso El Tenerife de Benito Joanet cogió impulso y avanzó hacia un ascenso a Primera que conquistó en la promoción ante el Real Betis.

Gastroenteritis atlética. Ya en la máxima categoría, el Tenerife tuvo que esperar unos meses para poder enfrentarse al Atlético. El motivo, la petición de club madrileño de no jugar el sábado 25 de enero de 1997 por un brote de gastroenteritis que afectó a diez jugadores de la plantilla entrenada por Radomir Antic. No fue nada fácil encajar el partido en el calendario, ya que los dos equipos estaban compitiendo en Europa –el Tenerife de Jupp Heynckes alcanzó las semifinales de la Copa de la UEFA–. Los dos conjuntos se pusieron al día en Liga el 15 de mayo de 1997. Los rojiblancos vencieron por 2-3. Jokanovic y Kodro marcaron para los locales, y Pantic, Esnaider y Diego Pablo Simeone para los visitantes.

Diluvio en San Sebastián. En esa misma campaña, el Tenerife se vio perjudicado por otro desajuste puntual del calendario, en esta ocasión generado por las inundaciones que se produjeron en San Sebastián el domingo 1 de junio de 1997 a causa de la lluvia. Tal fue el chaparrón, que el estadio de Anoeta quedó encharcado y el colegiado Andradas Asurmendi no pudo llegar a tiempo al partido entre la Real Sociedad y el Tenerife. No hubo otra opción que dejar el encuentro para el martes. El Tenerife tuvo que alargar su estancia en la capital guipuzcoana y volvió a la Isla con un rotundo 3-0 –un gol de Javi de Pedro y dos de Mutiu–. Era la antepenúltima jornada de Liga y esa derrota alejó por completo al equipo tinerfeño de la carrera por acceder a una competición europea, la Copa de la UEFA, por tercera vez en su historia.

Paro de controladores. Con el paso de los años volvió a ser noticia el aplazamiento de un partido del Tenerife, en este caso, en la parte central de la temporada 2010/11 en Segunda División, la de su último descenso de categoría, a Segunda B. El problema estuvo en la huelga de controladores aéreos que se organizó a comienzos de diciembre de 2010. El paro impidió que el Granada, rival de los blanquiazules en esa fecha, pudiera viajar a la Isla a tiempo. El partido se cambió para finales de enero y fue dirigido desde el banquillo local por Antonio Tapia, el sustituto de Juan Carlos Mandía, que habría estado en ese mismo cargo en la fecha original, la de diciembre.

Tapia debutó con un 2-2 ante el Granada el 26 de enero de 2011 –Mandía había sido destituido tres días antes tras un 1-1 con Las Palmas en el Rodríguez López–. Los goles de Julio Álvarez y Antonio Hidalgo no fueron suficientes para que el representativo iniciara la nueva etapa con un triunfo. Fue una señal de que no iba a ser tan fácil esquivar un descenso que terminó siendo inevitable.

Huelga del Aaragoza. De regreso a Segunda División de la mano de Álvaro Cervera, después de una temporada de toma de contacto, el Tenerife de la Liga 14/15 logró su primer triunfo a domicilio en una undécima jornada que incluyó un aplazamiento, el del partido de los blanquiazules en La Romareda. De nuevo, como en 2010, la clave estuvo en una huelga, concretamente de los empleados del Real Zaragoza por medio de su comité de empresa. No se disputó el domingo 2 de septiembre, sino el lunes 1. Ese contratiempo no frenó a un Tenerife que consiguió vencer por 2-3. Diego Ifrán celebró un doblete y Vitolo aportó un gol de penalti (2-3).

Alerta máxima en la Isla. Tres temporadas después, un cambio de planes afectó a un Tenerife-Lugo previsto para el 25 de febrero de 2018 en el Rodríguez López. La declaración de situación de alerta máxima a causa de fenómenos meteorológicos adversos, llevó al Tenerife a publicar un comunicado en el que se informó de que, «agotadas todas las vías posibles», el partido se iba a pasar al día siguiente. Al final, apenas llovió en la Isla y se retomó la normalidad el lunes 26. Frente a frente, el Tenerife de Joseba Etxeberria y el Lugo de Francisco Rodríguez. Los locales, lanzados con el nuevo entrenador, se impusieron por 3-1: Samuele Longo, Juan Villar y Leuko en propia puerta.

El fallecimiento de Reyes. La siguiente suspensión también coincidió con un enfrentamiento entre tinerfeños y lucenses, pero con el Anxo Carro como escenario y en la Liga 18/19, dentro de una penúltima jornada a la que los dos equipos llegaron con la intención de dar un último paso para sellar una apurada permanencia en Segunda División. La conveniencia de sumar un punto por parte de ambos hizo el resto;un 0-0 para evitar sustos. Esa fecha del calendario quedó ensombrecida por el fallecimiento del futbolista del Extremadura José Antonio Reyes en un accidente de tráfico. El Lugo-Tenerife no fue el único encuentro que se aplazó por el luto que guardó el fútbol español en recuerdo del exjugador de la selección española, Sevilla, Arsenal, Real Madrid, Atlético, Espanyol, Córdoba y Extremadura, equipo que competía en ese mismo curso en Segunda.

La crisis del coronavirus. El posterior bloqueo no condicionó únicamente al Tenerife y a su rival, ni al fútbol en general. Fue una crisis mundial. Ni más ni menos que la del coronavirus. El 8 de marzo de 2020, con el virus convertido en una amenaza creciente, el equipo blanquiazul se enfrentó en el Rodríguez López con total normalidad a la Ponferradina –1-0, Nikola Sipcic–, sin imaginar lo que iba a pasar unos días más tarde. El partido siguiente, fijado para el segundo fin de semana de marzo, no se jugó hasta el 12 de junio de 2020. Se disputó sin público en el campo del Fuenlabrada, el Fernando Torres.

El sábado 14 de marzo, el Gobierno había decretado el estadio de alarma y ordenó el confinamiento para evitar los contagios.

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