Fútbol | CD Tenerife

Las destituciones en el CD Tenerife, el eslabón más débil de la cadena

Como Etxeberria en la Liga 18/19, Cano cae en la quinta jornada. Los dos estuvieron una jornada más que Arconada en la campaña del último descenso a Segunda B.

Óscar Cano.

Óscar Cano. / Arturo Jiménez

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

Tres años y diez meses después de ordenar el último despido de un entrenador, aquella vez con Miguel Concepción como presidente y Juan Carlos Cordero en el cargo de director deportivo, el Tenerife dio el paso de rescindir el contrato de su primer técnico. Si en noviembre de 2020, el profesional saliente fue Fran Fernández y el revulsivo, Luis Miguel Ramis, el que pierde el trabajo ahora es Óscar Cano y el que entra en la rueda es Pepe Mel.

La del granadino ha sido una de las estancias más cortas en el banquillo blanquiazul, sin contar a preparadores interinos que ejercieron de enlace. Solo cinco partidos, los iniciales, y únicamente un punto, el logrado en el tercer intento gracias a un 2-2 en Cádiz. De resto, todo derrotas, fuera ante el Eldense y, el pasado sábado, el Eibar, y en casa frente al Almería y el Racing. Además, un balance de tres goles a favor y siete en contra. Como resultado de todo eso, la última posición en la clasificación.

El Tenerife llevaba tres campañas seguidas sin dar un giro de este tipo. Tanto Ramis como Garitano estuvieron de principio a fin. El tarraconense llegó en noviembre de 2021 y completó los dos cursos posteriores, mientras que el guipuzcoano cumplió su contrato en el ejercicio 23/24. Tiempos de estabilidad que contrastan con otros no tan lejanos en los que las decisiones drásticas fueron comunes.

De hecho, desde el regreso del Tenerife a Segunda División, de la mano de Álvaro Cervera en 2013, a la etapa liderada por Ramis y Garitano, se produjeron siete destituciones, incluyendo la del artífice de ese ascenso. Cervera fue relevado por Raúl Agné después del vigésimo tercer partido de la Liga 14/15. El de Mequinenza recibió el encargo de guiar al representativo hacia la permanencia y lo logró a falta de una jornada para el final. De esa manera se ganó su continuidad, pero en la temporada posterior apenas aguantó once encuentros de Liga. Agné hizo las maletas con el Tenerife situado en los puestos de descenso, cuarto por la cola. El club se puso en las manos de un exjugador blanquiazul sin experiencia como entrenador, José Luis Martí. Y acertó. Con el mallorquín, el equipo no solo se despegó del peligro, sino que fue madurando hacia un objetivo más ambicioso, el de una lucha por subir a Primera División que se esfumó en la final de la promoción del ejercicio liguero 16/17, en Getafe.

Martí lo volvió a intentar en la campaña posterior, pero los resultados no fueron los mismos y acabó perdiendo la confianza de los dirigentes. Su cese se anunció en febrero de 2018, ya con el sustituto elegido, Joseba Etxeberria. El actual técnico del Eibar lanzó al Tenerife en la clasificación, pero esa inercia solo sirvió para que el final del ejercicio fuera tranquilo. El club optó por entregarle el siguiente proyecto, el de la 18/19. Una apuesta carente de paciencia, dado que Joseba apenas llegó a dirigir los cinco primeros encuentros de esa Liga (3 puntos de 15). Para avanzar sobre terreno seguro, los dirigentes llamaron a José Luis Oltra, el técnico del último ascenso blanquiazul a Primera. Pero el valenciano tampoco pudo finalizar la temporada. A falta de cuatro jornadas para el cierre del calendario, con el equipo amenazado por el descenso, fue relevado por Luis César Sampedro. El gallego firmó por ese corto margen, el Tenerife se salvó y en los despachos hicieron borrón y cuenta nueva bajo la supervisión del director deportivo Víctor Moreno.

La constante búsqueda del técnico ideal condujo al Tenerife a Aritz López Garai en el verano de 2019. Su fútbol abierto tuvo luces y también algunas sombras que metieron al equipo en la parte baja de la tabla. El trayecto se cortó tras el decimosexto partido. JuanJosé Sesé Rivero, director del área de fútbol base del club, se puso al frente de la plantilla en dos encuentros –triunfo ante el Sporting y derrota frente al Almería– y Rubén Baraja cogió el testigo. El vallisoletano completó la Liga del coronavirus y decidió no continuar.

Juan Carlos Cordero, en este caso, se concentró en intentar dar en la tecla y se decantó por Fran Fernández con vistas a la temporada 20/21.Pero el almeriense no consiguió que el Tenerife funcionara y amplió la lista de técnicos despedidos en la historia reciente del club. Fernández había sido el último en pasar por esa situación, hasta el cese de Óscar Cano, con solo cinco encuentros dirigidos, uno más que los que estuvo Gonzalo Arconada en la campaña 10/11, la del descenso a Segunda B, una temporada que tuvo dos destituciones más: Mandía y Tapia.

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