Freno a las aspiraciones del Tenerife
El equipo blanquiazul vuelve a perder en casa contra un rival directo, como le pasó ante el Elche. Corredera adelanta a los blanquiazules y el Sporting remonta con goles de Otero y Queipo

Partido de Liga CD Tenerife-Sporting /

Copa aparte, enero le había ofrecido al Tenerife la oportunidad de meterse de lleno en el pelotón de cabeza, de reafirmar su condición de aspirante al ascenso. Dos partidos seguidos en el Heliodoro contra rivales directos, Elche y Sporting. El balance no pudo ser peor. Ni un punto. 0-1 ante los ilicitanos y 1-2 frente a los gijoneses. En el más reciente, los blanquiazules no fueron capaces de sacar adelante un encuentro que llegaron a encauzar con un gol de Alexandre Corredera en el minuto 22. A partir de ahí, se jugó más a lo que quisieron los de Miguel Ángel Ramírez. Empataron al borde del descanso con un potente disparo de Otero –y la fortuna de que Gaspar desvió la trayectoria– y redondearon una notable segunda mitad con un golazo de Queipo. En el tránsito, los locales se perdieron en el camino. No hubo una reacción eficaz ni en el campo ni en el banquillo. El Tenerife fue de más a menos y terminó diluyéndose.
El resultado no hace sino confirmar una racha deficiente a partir de la décima jornada, fecha en la que el Tenerife fue líder. En los trece encuentros posteriores, solo dos victorias, en el campo del Eldense y ante el Alcorcón en casa. El saldo en esa etapa es de diez puntos de 39. En el peor de los casos, la distancia con el sexto clasificado será de siete unidades.
Lo mejor para los anfitriones quedó concentrado en el arranque. El 1-0 no fue producto de una cascada de ocasiones ni de una presencia constante en el campo del Sporting, pero sí de una dinámica cocinada a fuego lento, a golpe de constancia y la conquista de pequeños duelos. Un goteo en forma de avisos que alcanzaron su momento cumbre en el minuto 22, instante en el que, al fin, cristalizó una combinación redonda de los blanquiazules, con la intervención de Yanis por el costado izquierdo y la ayuda de Medrano con un pase a la frontal del área pequeña, lugar en el que irrumpió Alexandre Corredera, llegando desde atrás, para empujar y marcar. Imposible para Yáñez. El centrocampista no había anotado en el Rodríguez López. Llevaba sin marcar desde el 2 de octubre de 2021, en Huesca. El gerundense sabía que podía aportar algo más en ataque y, por fin, consiguió ampliar su repertorio con un gol.
El Tenerife se había ganado esa ventaja parcial a pulso. A diferencia del anterior encuentro de Liga, ante el Elche y también en el Heliodoro, el equipo había iniciado el partido con la activación y la intensidad necesarias para ser competitivo ante un Sporting que fue cediendo terreno poco a poco y se limitaba a inquietar con algún amago de presión alta o con la velocidad de Hassan. Poco a poco, con más circulación que ruptura, el equipo de Asier Garitano fue tomando el mando. En el minuto 7, Ángel no acertó a conectar un remate tras un pase de un participativo Yanis, debutante como titular. Al rato (16') fue Roberto López quien lo intentó al cazar un balón suelto procedente de un choque entre el portero Yáñez y Ángel. Y a la siguiente cayó el gol de Corredera, un acierto que tuvo un lógico efecto estimulante en los locales. El Tenerife trató de aprovecharlo para abrir brecha y dispuso de una doble ocasión en el 34', con disparos de Luismi, tapado por la defensa, y Yanis, fuera. El Sporting salió sin más daños de ese tramo de turbulencias y dio un paso adelante con el propósito de igualar antes del descanso, objetivo que logró con un potente remate de Juan Otero desde fuera del área, a la altura del pico del área. Soriano, que ya había despejado con dificultades un chut de Gaspar en el 38', no pudo impedir que la pelota entrara en la portería después de que se desviara unos centímetros tras rozar en el sportinguista Gaspar (44'). La jugada había tenido su origen en un mal despeje del arquero blanquiazul. 1-1 al borde del intermedio y vuelta a empezar con la sensación de que al Tenerife le había costado mucho más que al Sporting ver portería.
Las señales en la reanudación fueron preocupantes para los locales. El Sporting salió mejor. Con más ritmo y profundidad. El Tenerife llegaba tarde casi siempre a la presión, apenas tenía el balón y cuando lo recuperaba, lo hacía demasiado lejos de la portería. Soriano ya tuvo que aparecer en el minuto 46 para sacar un remate escorado de Campuzano. Acto seguido, Pablo García ejecutó con poca energía una volea en el área.
Las alternativas del Sporting se iban ampliando y los contragolpes empezaban a emerger como principal amenaza. Como cuando Gaspar chutó al palo en una acción que no valió por fuera de juego.
A esas alturas, en el 61', Asier Garitano se había animado a introducir los primeros cambios, Teto por Roberto López y Gallego por Ángel. El partido estaba pidiendo a gritos la ayuda externa para evitar un desenlace que se terminaría confirmando cerca del final con el 1-2. Porque el Sporting siempre estuvo más cerca de marcar que el Tenerife en la segunda parte.
Los blanquiazules dependían de acciones individuales, básicamente de la inspiración y el talento de Luismi Cruz. En su última aportación antes de ser sustituido, el mediapunta cedido por el Sevilla buscó el palo más alejado con un remate desde la frontal del área. La pelota salió fuera por poco (64'). Fue una forma de recordar que el Tenerife también tenía argumentos para generar peligro. De la manera que fuera. Pero podía inquietar a un Sporting que respiró aliviado al ver que otro chut, esta vez de Teto, no cogía camino en el 69'. El siguiente paso de Garitano fue refrescar las bandas con Waldo y Álvaro Jiménez.
Pero el Sporting siguió enchufado al partido. Tenía muy claro cómo poner en aprietos a su rival. El centro del campo era suyo y contaba con espacios para correr. ¿Qué más podía pedir?Solo un gol. En un partido que ya se había roto, Hassan remató pegado al palo en el 76' y Alvaro Jiménez obligó a intervenir a Yáñez por primera vez en el segundo acto (77'). En el intercambio de golpes, el Sporting también fue superior. Lo demostró Queipo al resolver con brillantez una conducción en la frontal del área que finalizó con un ajustado disparo fuera del alcance de Soriano (85'). Golazo para premiar a un Sporting que no se había conformado con el empate. Y tampoco un Tenerife que quiso llegar a ese resultado con torpeza, a trompicones, sin la lucidez ni la claridad de ideas de su oponente. A la desesperada, Enric Gallego cabeceó de espaldas a la portería (89'). Pero no hubo más. El Tenerife inició la segunda vuelta con un 0 de 6 en el Rodríguez López que frena sus aspiraciones.
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