El CD Tenerife busca una prueba de vida ante el Sporting

De vuelta a su cruda realidad liguera, el CD Tenerife se enfrenta esta tarde en el Heliodoro a algo muy parecido a una prueba de vida. Si vence, confirmará que mantiene intactas sus constantes vitales; si no lo logra, subrayará su crisis de resultados y probablemente se descuelgue de los puestos cabeceros.

En caída libre desde que acarició el liderato en la jornada diez, el representativo muestra dígitos propios de candidato al descenso desde el pasado noviembre: solo ha ganado dos partidos (al Alcorcón y el Eldense) y se ha mostrado incapaz de superar en su propio feudo a algunos de los equipos más endebles del campeonato (Villarreal B o Cartagena). Tampoco lo hizo contra el Elche y aquel tropiezo ubica al límite a los de Garitano, que afrontan el duelo de hoy con inequívoca sensación de necesidad y urgencias.

Solo 96 horas después del duelo copero en el Heliodoro, el Tenerife vuelve a cambiar de chip para afrontar su cuarto choque seguido en casa y con la necesidad de mudar su gris versión liguera de las últimas veces. Impotente frente al Elche, incapaz de generar ningún peligro a su oponente y lejos de las coordenadas que le vistieron de aspirante en las primeras jornadas, el equipo blanquiazul naufragó de principio a fin; y acabó a cero. No ocurrió lo propio ante el Mallorca en la Copa y justamente la buena imagen ofrecida entonces se ha convertido en un motivo para la esperanza. Y en un estímulo para mirar al futuro.

Hoy el rival será un Sporting con severos problemas de gol y que viene de desperdiciar una ocasión de oro para instalarse en puestos de ascenso directo (igualó a cero contra el Huesca). El cuadro de Miguel Ángel Ramírez es inabordable en casa, donde se mantiene imbatido; pero sufre mucho más cuando sale de El Molinón, donde ha marcado igual número de goles de los que ha encajado: diez.

Obligado a mejorar sus prestaciones como visitante y a salir del bucle de empates (cuatro consecutivos) si quiere mantenerse arriba, el cuadro sportinguista comparece con la necesidad de puntuar para no verse rebasado por sus perseguidores. Había dudas respecto a su técnico canario, pero las ha ido disipado Ramírez a base de resultados y fiereza defensiva (solo 17 tantos en contra y diez porterías a cero).

En el Tenerife, las dudas tienen que ver más con la deprimente imagen del partido liguero anterior que con las consecuencias del largo y reciente esfuerzo copero. En su once y esquemas hay interrogantes, como descifrar la cuota de protagonismo para los nuevos refuerzos (Rahmani ya ha sido inscrito); y hay certidumbres, tales como la apuesta por la pareja Sergio-Corredera en la sala de máquinas. Ausentes por sanción Aitor y Bodiger, las opciones para elegir se constriñen a la mínima expresión en el mediocampo.

Son más numerosas en ataque, donde Waldo vuelve a estar disponible y en el puesto de ariete el debate es el de siempre: ¿Ángel, Enric o los dos? Los ensayos y antecedentes invitan a pensar que el Tenerife empezará con uno solo, aunque los problemas de gol acucian y lo de hoy sea una prueba de vida.