Garitano y Aguirre, con tendencia al empate

Los dos únicos enfrentamientos entre los entrenadores del Tenerife y el Real Mallorca terminaron con el mismo resultado: 1-1

Javier Aguirre y Asier Garitano.

Javier Aguirre y Asier Garitano. / LaLiga

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Santa Cruz de Tenerife

Asier Garitano y Javier Aguirre son dos entrenadores con recorrido en el fútbol español. Sobre todo el segundo. El mexicano debutó en septiembre de 2002 al frente del Osasuna. En esa misma temporada, el guipuzcoano vivió sus últimos meses como futbolista en activo, en concreto, con el uniforme del Alicante y en Segunda B.

El de Bergara sumó 127 encuentros en Primera, una categoría a la que quiere volver con el Tenerife. El de Ciudad de México ya va por 448 en esa misma competición desde su citado debut con el Osasuna hasta su etapa presente en el Mallorca, con el paso intermedio por el Atlético, Zaragoza, Espanyol y un Leganés que une a estos dos profesionales. Asier subió a la ahora llamada LaLiga EASports al club de Butarque en 2016 y lo mantuvo entre los mejores dos temporadas. Javier ocupó ese cargo en noviembre 2019 como solución de emergencia en una campaña que se había torcido y que terminó con el regreso de los madrileños a Segunda. En ese ejercicio fueron rivales por primera vez Garitano –como míster del Deportivo Alavés– y Aguirre. En Mendizorroza se registró un 1-1 y en Butarque se produjo el mismo desenlace. Cuatro temporadas más tarde, sus caminos se vuelven a cruzar con motivo de la eliminatoria de los octavos de final de la Copa del Rey entre Tenerife y Mallorca. Tienen un desempate pendiente en este duelo imprevisto.

El primer Garitano-Aguirre tuvo lugar en Vitoria el 13 de diciembre de 2019. Como se suele decir en estos casos, fue especial para Asier por su reencuentro con el equipo en el que ha amasado más éxitos. En cualquier caso, ya lo había tenido como adversario en el curso anterior, estando en el banquillo de la Real Sociedad. Aquel Alavés-Leganés midió a dos conjuntos que luchaban por seguir en Primera. Los pepineros, penúltimos, lo tenían mucho peor que un Glorioso que tenía nueve puntos más. Aguirre, que llevaba solo cuatro jornadas en el Leganés y había logrado su primer triunfo unos días antes frente al Celta, pudo arañar un 1-1 en Mendizorroza. El 0-1 fue obra de Braithwaite –esa misma campaña, en enero, fichó por el Barcelona– y el 1-1, de Joselu Mato, ahora en el Real Madrid.

La asimetría del calendario quiso que Asier y Javier se volvieran a enfrentar en febrero de 2020, esta vez, en un espacio muy familiar para el actual entrenador del Tenerife, Butarque. La situación clasificatoria era más o menos la misma. En esta ocasión, fue el equipo vitoriano el que golpeó antes gracias a un acierto de Lucas Pérez. Guido Carrillo se encargó de impedir la derrota de los madrileños.

Aunque el Alavés no llegó a ocupar puestos de descenso, Garitano fue despedido a falta de solo cuatro partidos para el cierre de ese ejercicio. Dejó a su equipo cuarto por la cola, con un margen de seis puntos con el antepenúltimo. Los vitorianos, con López Muñiz como sustituto, navegaron hacia una permanencia más o menos tranquila. Aguirre sí llegó al final. Mejoró considerablemente la imagen y la producción del Leganés, pero nada de eso bastó. Se quedó a un punto de salvarse.

Ahora las circunstancias son otras. El tiempo ha pasado. Pero los dos únicos antecedentes dan a entender que la pugna por conquistar una plaza en los cuartos de final de la Copa del Rey, este martes en el Heliodoro, será más pareja de lo imaginado entre un equipo de Segunda y otro de Primera.

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