2023, el comienzo de una nueva era
Se apaga el primer año de mandato del consejo de administración presidido por Paulino Rivero. Doce meses con las despedidas de Ramis y Carlos Ruiz, la contratación de Garitano, los regresos a casa de Mauro y Ángel...

Santiago Pozas, Mauro Pérez y Juan Guerrero. / Carsten W. Lauritsen

Pasó rápido, pero se hizo notar. 2023 dejó cambios en el Tenerife. Fue el primer año completo del consejo de administración presidido por Paulino Rivero. También fue un tiempo de despedidas, las de Carlos Ruiz y Luis Miguel Ramis, y de regresos a casa, los de Ángel Rodríguez y Mauro Pérez. En estos doce meses se festejó un 4-1 a la UDLasPalmas, nació un nuevo proyecto, con Asier Garitano como entrenador elegido para comandarlo, se acumularon las lesiones de futbolistas, la Copa del Rey se encargó de que la temporada incluyera un derbi canario...
El primer trimestre fue de tanteo, de preguntas y pocas respuestas, de intentar saber quién iba a ser el director deportivo, si Ramis iba a renovar, si estaba cercano el final de la carrera de Aitor Sanz... El mercado de invierno tampoco sirvió para agitar la escena blanquiazul. El plazo de enero se saldó con los fichajes de Kike Salas y Durmisi, dos actores secundarios, principalmente el lateral danés. Y en Liga, el equipo avanzaba como un competidor de media tabla.
Aunque el equipo no se comportaba como un verdadero aspirante a luchar por el ascenso, tuvo algún pico de rendimiento colectivo cercano a las expectativas que había generado con triunfos como el del 18 de marzo en el Heliodoro. Especialmente ese. Un histórico 4-1 a la UD Las Palmas con un fulminante y espectacular doblete de Enric Gallego, y los tantos de Waldo Rubio y Nacho Martínez. Tras esa victoria, el equipo de Ramis se quedó a diez puntos del sexto a falta del mismo número de jornadas para el final. La Unión Deportiva acabó subiendo.
A falta de alicientes relacionados con la competición, el día a día empezó a animarse en otros ámbitos. El futuro ya se estaba cocinando. Para empezar, el 2 de abril se cubrió una vacante esencial, la del responsable en materia de fichajes. El club se decantó por Mauro Pérez. Después de su paso por el Rayo, Getafe, Albacete y Lugo, el tinerfeño volvió a la Isla para asumir el reto de diseñar un Tenerife candidato a ascender a Primera y, de paso, tinerfeñizar la plantilla.
Las dudas que seguían en el aire se fueron despejando poco a poco. Ya había un director deportivo. ¿Y el entrenador? El secreto a voces de la decisión de Ramis de no continuar dejó de serlo en una rueda de prensa rutinaria, previa a un partido de Liga. El 22 de abril, dos días antes de visitar al Huesca en Liga, el tarraconense deshojó la margarita. «No le veo más recorrido en lo deportivo y doy un paso a un costado para que busquen aquí nuevas ilusiones», explicó antes de aclarar que no tenía ningún compromiso con otro club. De hecho, no volvió a la actividad hasta el 6 de noviembre, cuando aceptó la oferta del Espanyol. Antes de desligarse del Tenerife, recibió de manos de Paulino Rivero el distintivo de Leyenda Blanquiazul. Se marchaba como el segundo técnico con más partidos del Tenerife, 124 (36 menos que José Luis Oltra).

Paulino Rivero y Ramis. / Carsten W. Lauritsen
El homenaje de la afición se produjo al día siguiente, el 20 de mayo, coincidiendo con el último partido del equipo blanquiazul en Heliodoro en la temporada 22/23. Fue un día de emociones fuertes para Ramis y también para Carlos Ruiz, todo un emblema del tinerfeñismo que colgaba las botas después de diez temporadas y 286 partidos en un club al que continúa vinculado como director de formación en el área de base.

Carlos Ruiz, en su despedida. / María Pisaca
El entrañable final de curso dio paso a la apertura de una nueva era. El primer paso fue nombrar a un entrenador. Y no fue necesario esperar mucho. El 29 de mayo se confirmó una de las noticias más esperadas. El cargo iba a quedar cubierto por Asier Garitano, un preparador que ya había recorrido el camino que conecta la Segunda con la Primera, al frente del Leganés, y que tenía experiencia en la máxima categoría. En su presentación, el 13 de junio, Asier expuso sus intenciones: «Intentaré pasarlo bien, molestar poco y trabajar mucho para llegar a lo más alto».

Asier Garitano. / Carsten W. Lauritsen
Las piezas fueron encajando poco a poco a modo de refuerzos y de renovaciones de contratos. El listón quedó muy alto el 23 de junio, fecha elegida por el club para hacer oficial el retorno de Ángel Rodríguez. La relación de altas se fue ampliando con Roberto López (26 de junio), Álvaro Romero (29 de junio), Tomeu Nadal (30 de junio), Fernando Medrano (3 de julio), José Amo (12 de julio), Luismi Cruz (25 de julio)y Yann Bodiger(1 de septiembre). Ocho incorporaciones para una plantilla en la que se hicieron un hueco jugadores como Loïc Williams, fichado del Atlético Paso, o los canteranos Jesús Belza, Alassan Gutiérrez y Pablo Hernández, este último como profesional (17 de agosto).

Ángel, en el 2-0 al Racing. / Carsten W. Lauritsen
El club trabajaba con dos frentes abiertos, el de las altas y el de la continuidad de los futbolistas que ya estaban en nómina. Las renovaciones fueron tan bien recibidas por el tinerfeñismo como los fichajes. Ya se habían sentado las bases en mayo con la presencia de Aitor Sanz en la plantilla un año más. La undécima temporada del capitán. Las firmas de otros compañeros fueron consolidando la estabilidad del proyecto:José León, Alexandre Corredera, Sergio González, Nikola Sipcic, Jérémy Mellot,Waldo Rubio y Enric Gallego. La única tarea pendiente que quedó fue la mejora del contrato de Juan Soriano, y no porque el club no se la ofreciera. En realidad, el portero prefirió esperar. Su relación laboral con el Tenerife se extinguirá el 30 de junio de 2024, a no ser que acepte la ampliación.
También se comprometió por más tiempo, hasta junio de 2026, el centrocampista Javi Alonso. El suyo fue un caso especial. Con este gesto, el Tenerife quiso que el jugador se sintiera respaldado después de que sufriera una grave lesión, la segunda de su carrera, una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que acusó en un entrenamiento de principios de agosto. Por delante, meses y meses de rehabilitación, casi toda una temporada perdida.
El de Javi no fue el único percance que condicionó al equipo de camino al inicio de la Liga y también a lo largo de la primera vuelta del calendario. Ángel Rodríguez en verano, Aitor Sanz en el partido inaugural... La enfermería se fue llenando con el paso de las semanas. También entraron en ella José León, Waldo Rubio, Luismi Cruz, Mo Dauda, José León, Elady, Fer Medrano, Enric Gallego, Jérémy Mellot... La racha fue tal, que a Garitano se le llegaron a acumular ocho bajas en un partido.
El inconveniente se acentuó justo después de que el Tenerife tocara techo en lo que va de Liga. Tras iniciar la temporada con siete victorias y tres derrotas, el representativo se situó líder con 21 puntos de 30 posibles. En ese momento, nadie imaginó que la tendencia iba a cambiar de repente. Porque en el tramo del calendario posterior, hasta el cierre de la primera vuelta, los blanquiazules solo pudieron añadir dos victorias más a su clasificación. El balance en los once encuentros posteriores fue de 10 puntos de 33. Y el resultado de la suma de estas dos etapas dejó al equipo en el noveno puesto, con 31 puntos, dos menos que el sexto, el Racing de Santander.
Esto en Liga. En la Copa del Rey tocó gira gallega, primero a Santiago y luego a La Coruña, contra un equipo de Segunda RFEFy otro de Primera RFEF, dos históricos venidos a menos. El 1 de noviembre, los blanquiazules superaron la primera ronda tras derrotar al Compostela en San Lázaro gracias a un gol de Ángel (0-1), y el 6 de diciembre protagonizaron una emocionante eliminatoria contra el Deportivo en Riazor:2-3 con un gol de Sergio González en el minuto añadido de la prórroga, y dos anteriores de Nacho y Romero.
Una vez en dieciseisavos de final, el Tenerife se garantizó disputar una ronda más, pero contra un rival de Primera División, exceptuando a los cuatro de la Supercopa de España, y en el Rodríguez López. El sorteo barrió para casa y quiso que la temporada no terminara sin un derbi. El 12 de diciembre sonó la campanada:Tenerife y Las Palmas frente a frente con el acceso a los octavos de final como premio. Duelo a partido único en el Heliodoro el 7 de enero (21:00).
Ahí, la vida deportiva del Tenerife se solapó con la institucional. Aunque, en general, no gustó que los dirigentes decidieran cobrar entrada a los abonados para el encuentro con Las Palmas, la respuesta en la venta de entradas demostró el alto interés por asistir a este duelo de rivalidad regional. En las juntas ordinaria y extraordinaria del 12 de diciembre, Paulino Rivero ya dejó caer que todos los asistentes al Heliodoro iban a tener que pasar por taquilla con motivo del enfrentamiento copero.
Pero la cita anual con los accionistas dejó una novedad mucho más relevante, de mayor calado a largo plazo, la aprobación de la ampliación del capital social de la entidad por un importe total de unos 3,5 millones de euros. El 18 de diciembre comenzó la primera fase de un proceso que, básicamente, aumentará de manera considerable el margen del club para invertir en la primera plantilla a partir del mercado de enero que se inaugurará el 2 de enero.
- Una cadena hotelera compra dos edificios en Tenerife para dar techo a su plantilla
- Cierra el restaurante de Tenerife que llevó durante más de 50 años la familia de Pedri, la estrella del FC Barcelona
- Seis valencianas se sorprenden al llegar a Canarias: '¿Esto es Tenerife o el Polo Norte?
- Un conocido biólogo marino carga contra el alcalde de Adeje, en el sur de Tenerife: '40 años destruyendo el patrimonio del municipio
- Dani Alves, pillado en el Heliodoro Rodríguez López
- El malestar de los vecinos crece mientras se eterniza la huelga del tranvía
- El millón del Euromillones cae en Tenerife
- Muere un hombre al ser arrollado por varios vehículos en la autopista del Sur de Tenerife