Punto de mejoría del Tenerife en Butarque (1 - 1)

El CD Tenerife ofreció en Butarque una versión que se ajusta más a la de un candidato a competir por el ascenso que la que mostró el pasado domingo en La Malata. Se llevó un punto del campo de un rival directo, el líder Leganés, después de adelantarse en el minuto 56 con un gol de Teto y de que el equipo local igualara de la misma manera, en un saque de esquina, gracias a un potente remate de Sergio (83’).

En teoría, no es un mal cierre de la primera vuelta –y también del año–, nada malo; aunque quedó la sensación de que el Tenerife, por su rendimiento general y por el desarrollo del encuentro, tuvo en sus manos y mereció la victoria.

En el regreso al estadio del club con el que consiguió su principal éxito, un ascenso a Primera, Asier Garitano se decantó por una alineación difícil de acertar, principalmente por la ausencia de un Corredera que había sido titular en casi todos los encuentros de Liga –solo fue suplente en Eibar–. La pareja de volantes estuvo formada por AitorSanz y Bodiger. También sorprendió el técnico al sentar a Sipcic después de que enlazara tres jornadas jugando de inicio, y al ocupar el carril izquierdo con dos laterales, Medrano y Nacho. Con Teto en lugar de Luismi por la derecha, la propuesta original pareció tener un corte más defensivo. El plan funcionó enseguida.

En el arranque no hubo un dueño claro. Desde la perspectiva del Tenerife, tampoco fue mala señal. El equipo de Asier evitó una salida potente de un Leganés que, siendo líder, había llegado a esta cita tras cinco jornadas seguidas sin ganar. Las sensaciones de los de rosa fueron prometedoras. Mucho mejores que en La Malata. Empeorarlas o igualarlas, habría sido inquietante. Los visitantes fueron haciéndose un sitio en Butarque a base de una presión bien afinada, concentración y dos elementos esenciales, más intensidad y decisión con el balón que en Ferrol.

Si bien las posesiones empezaron siendo inofensivas por parte de ambos, el Tenerife logró encontrar antes que su rival las vías para hacer daño. Por ejemplo, Buñuel puso un par de centros desde la derecha dando valor a la ayuda de los laterales en ataque, tan necesaria para crear superioridad. Y otro detalle:Teto supo mezclarse con Roberto y apareció más que otras veces, como cuando forzó una falta al borde de la media luna del área que pareció diseñada, precisamente, para Roberto (11’). El zaragozano asumió la responsabilidad, pero el balón salió alto.

Una vez confirmada la tendencia creciente, los blanquiazules fueron a por más, deseosos de borrar la mala imagen dada en La Malata. Cada vez que podían, enfilaban el camino hacia la portería rival. Al cuarto de hora, una recuperación de Bodiger propició un pase peligroso de Medrano al área poco después de que Ángel pidiera penalti por un aparente derribo en carrera, después de una preciso golpeo de Roberto López (21’).

En el otro extremo del campo, nada de nada. Al Leganés le costaba casi lo mismo que al Tenerife elaborar en estático. Se animaba con un juego más directo que no hallaba destinatarios claros y se perdía en medio de la superioridad de la defensa tinerfeña. Su única alternativa se reducía a algún error de entrega aislado, en ningún caso con recorrido suficiente para inquietar a Soriano, que apenas tuvo que intervenir en una primera parte en la que el Leganés no tiró ni una vez a puerta.

En cambio, el Tenerife sí pudo estirarse. Lo hizo en el minuto 39 con una eléctrica combinación por la banda izquierda protagonizada por Williams, Nacho y Medrano, y finalizada por Teto con un remate que se convirtió en córner. Antes del intermedio, Ángel probó suerte con un chut desde la frontal del área. El balance estaba siendo significativo. Tres remates tinerfeños y ninguno del Leganés, cuatro saques de esquina para los de Asier Garitano, ninguno para los de Borja Jiménez. Sin alardes, el Tenerife había sido mejor que el líder en la primera mitad. Le quedaba perseverar y tener un poco más de acierto en la finalización.

Ese ingrediente distintivo no tardo en aparecer. El encuentro se reanudó con la misma dinámica, puede que con el Leganés dispuesto a ser más profundo, pero con la misma falta de ideas y recursos que antes. Yel Tenerife siguió a lo suyo. Se sentía cómodo y competía con personalidad. Tanta, que no dejó de tocar en la puerta del gol. Ángel obligó a Conde a realizar la primera parada del partido, fácil para el portero, tras dar continuidad a un centro de Nacho (48’). Acto seguido, el Leganés tuvo una tibia respuesta para que Soriano atrapara sin problemas una especie de globo de Diego García desde la frontal del área.

Ycayó el 0-1. En su quinto córner, el Tenerife tiró de estrategia para sorprender a un Leganés que solo había encajado seis tantos como local esta temporada. Nacho ejecutó raso al primer palo, López tocó en diagonal hacia atrás y Teto emergió para colar la pelota en la portería (56’). El Tenerife pudo verse beneficiado por la decisión del asistente de no señalar fuera de juego de Bodiger en la acción previa al saque de esquina. No fue una jugada revisable por el VAR.

Independientemente de este detalle, el 0-1 estuvo a la altura de los méritos de los tinerfeños.

De ahí en adelante, lo esperado, el arranque de amor propio de un Leganés menor, neutralizado por el orden y la solidez del Tenerife. Con tiempo suficiente para cualquier cosa, pero con la impresión de que el representativo tenía la situación totalmente dominada, justo donde más fuerte es: con ventaja en el resultado, pequeña pero muy valiosa;una capacidad protectora muy fiable esta vez; y la posibilidad de sentenciar con algún contragolpe.

El reloj corría a favor de los tinerfeños, que mantenían lejos de la zona de influencia un Leganés desesperado por encontrar alguna fisura en el armazón visitante. Ureña asustó con un par de incursiones por el lado derecho, pero no pudo llevar sus jugadas a término:en una mandó Juan Soriano y en otra lo hizo Nacho para enviar el balón a córner. El Tenerife sufría menos de lo imaginado frente al líder.

Pero el partido no estaba cerrado. Y el Leganés se aferra a cualquier jugada a balón parado para golpear. Le basta con un saque de esquina, como demostró Sergio González en el 83’ para batir a Soriano con un potente cabezazo.

Ahora sí, a tan poco para el final, el Leganés había desbloqueado su oportunidad. Empujado por su público, se lanzó a por la victoria ante un Tenerife que soportó el impacto y tuvo la capacidad de no encerrarse en su campo. Prueba de ello fue el remate de cabeza de Sergio González, ya en el tiempo añadido y también en una jugada a balón parado. Conde agarró el balón con dificultades para anular el remate limpio del cartagenero.

No hubo margen para mucho más. El Tenerife respondió con entereza tras el 0-1 y sumó en Butarque para completar la primera vuelta con 31 puntos, dentro de los márgenes de un aspirante a luchar por subir. Así es otra cosa.