CD Tenerife-Villarreal B, un partido anticrisis

Aviso de crisis, bache, mal momento... Le pasa a todos los equipos en mayor o menor medida, sea cual sea su objetivo. En el caso del CD Tenerife, viniendo de donde venía hace un mes, de ser líder tras la décima jornada, la producción de solo dos puntos en los cuatro siguientes partidos –empates con el Mirandés y el Levante y derrotas en Elche y Valladolid–, sabe a poco. La cuestión está en abrir el caudal cuanto antes. Y lo cierto es que, en teoría, el calendario le brinda una oportunidad ideal para volver a levantar el vuelo y no correr el riesgo de descolgarse de un pelotón de cabeza que no espera.

Los blanquiazules reciben en el Heliodoro (17:30) a un rival que lleva cuatro jornadas sin sumar. Para el Villarreal B también es un partido anticrisis. La propia competición se ha cansado de demostrar que es imposible saber si eso es bueno o malo para el equipo supuestamente favorito, pero los números están ahí por algo. El Villarreal B, en su segunda temporada seguida en LaLiga Hypermotion, completó el primer tercio del calendario empatado a puntos (13) con el puesto más alto de los que conducen a Primera RFEF. En realidad, no empezó tan mal el curso. Por ejemplo, derrotó al Espanyol en La Cerámica el 9 de octubre. Pero desde ahí, nada de nada. Perdió ante el Burgos y el Leganés fuera y con el Mirandés y el Sporting en casa –las dos, por 0-3–. De momento, los de Miguel Álvarez no han vencido a domicilio. En la clasificación general, además de ser el séptimo equipo con más tantos a favor –19, cinco más que el Tenerife–, es el más goleado –25, más del doble que el Tenerife–.

Pero, tal como recordó el viernes Garitano, su condición de filial hace que se tome la Liga de manera diferente. Tener tan cerca los puestos de descenso no es un escenario ideal para el Villarreal B, pero tampoco es un drama. Lo suyo es coger rodaje en una categoría profesional y nutrir, si hiciera falta, a un primer equipo que sí se ha metido en un lío en Primera División. De hecho, acaba de cambiar de entrenador por segunda vez tras la destitución de Pacheta.

El Tenerife, claro está, vive ajeno a todo eso. Ya tiene suficiente con centrar sus esfuerzos en volver a ganar después de cuatro intentos seguidos fallidos –en Liga, pero no en Copa–. Y también con ir tapando los huecos que se producen por las lesiones. En esta ocasión, el problema está en los extremos, porque a las bajas de Dauda y Luismi Cruz se ha unido la de Waldo; las tres, por dolencias musculares. Los únicos especialistas sanos dentro de la nómina de profesionales son Elady, que se esfuerza por recuperar su mejor versión, y Álvaro Romero, que no ha debutado. También están los canteranos Alassan y Jesús Belza; y Teto, que se adapta a todo. O quién sabe, la opción de atacar con dos delanteros, Enric Gallego y Ángel; que Roberto López ejerza de interior, como en Valladolid; o ese giro de Asier que casi nadie espera.

Pero no todo son ausencias –habría que añadir las de José León y Javi Alonso–. Sipcic entró en la lista anterior y repetirá con más garantías, José Amo regresa tras cumplir una jornada de suspensión y vuelve Medrano, ya recuperado de la rotura muscular que sufrió el 14 de octubre en Anduva.