El Club Deportivo Tenerife no ha salido beneficiado en el reparto de horarios de LaLiga durante la parte inicial de la temporada. A estas alturas, ya está más que asumido que los partidos no siempre caen en sábado o en domingo. De hecho, a las puertas de la primera jornada programada entre semana, la novena, los blanquiazules han competido tres lunes (Oviedo, Huesca y Espanyol), tres sábados (Zaragoza, Albacete y Eibar) y dos domingos (Andorra y Sporting). Lo dicho, el día ya es lo de menos. La cuestión está en que en ese baile de fechas se produce un desequilibrio en los márgenes de descanso de cada participante. Habría que ver si es evitable o no.
El del Tenerife es un ejemplo claro. En cuatro de los siete encuentros disputados a partir de la jornada inaugural –no se cuenta el del Real Oviedo del lunes 14 de agosto, ya que se supone que ambos llegaron frescos de la pretemporada–, los rivales pudieron preparar sus enfrentamientos con los blanquiazules durante más tiempo; o lo que es lo mismo, contaron con más horas de descanso que los futbolistas de Asier Garitano.
El Tenerife debutó el citado 14 de agosto, mientras que su siguiente adversario, el Huesca, lo hizo un día antes. En la fecha posterior, la tercera, la desventaja fue todavía mayor. El Zaragoza tuvo más de una semana para pensar en el asalto al Heliodoro, mientras que el anfitrión contó con apenas cuatro días. Los aragoneses habían jugado el duelo de la segunda fecha el viernes, mientras que los insulares lo hicieron el lunes.
La secuencia fue parecida con vistas al Tenerife-Albacete del sábado 9 de septiembre. Los de Rubén Albés tuvieron su partido el viernes 1 y los de Asier, el domingo 3. Lejos de atenuarse, la tendencia empeoró recientemente con los tres días de ventaja con los que se manejó el Eibar. De nuevo, LaLiga puso en los extremos los compromisos de dos conjuntos que debían cruzarse en la fecha siguiente: el Eibar salió a escena el viernes 22 y el Tenerife, el lunes 25. Casualidad o no, el pasado sábado Garitano introdujo seis novedades en la alineación y Etxeberria solo realizó un cambio por la lesión de Ager Aketxe. El rodaje de cada formación pudo tener su influencia.
Tomando con referencia las jornadas séptima, octava y novena, los guipuzcoanos acabarán jugando tres partidos en 14 días, mientras que los tinerfeños cumplirán con ese mismo tramo del calendario en apenas 9. Mucha diferencia.
Los blanquiazules también salen perdiendo en la comparación con su adversario de este martes, un Real Racing que se enfrentó al Leganés el viernes en Butarque, la víspera del 3-0 encajado en Eibar.
Hasta ahora, el representativo ha partido en las mismas condiciones de cara a los duelos con el Sporting y el Espanyol, y tuvo un día más que el Andorra para preparar la visita al Principado.
Se supone que todo se irá compensando con el paso de las semanas. De hecho, octubre no castigará tanto al Tenerife. El Burgos se presentará en el Rodríguez López el próximo domingo con un día menos de reposo que los blanquiazules. Luego, Mirandés y Tenerife se medirán a la par el sábado 14 de octubre. La moneda caerá de cara en los posteriores encuentros, ya que para el Levante y el Elche, las semanas serán más cortas que para el Tenerife cuando les toque enfrentarse a finales de mes.