Ni un solo empate. El Tenerife sigue reñido con la X en la quiniela, un resultado que el año pasado repitió hasta en 15 oportunidades en liga y que, al menos de momento, no se ha dado en ninguna de las ocho primeras comparecencias del representativo en el campeonato de plata. El cuadro de Asier Garitano estuvo muy próximo a la igualada en su visita al Sporting, pero entonces un tanto en la prolongación hizo que los blanquiazules se volvieran de vacío de El Molinón. En el resto de sus compromisos cosechó victorias o derrotas, en ningún caso un solo punto. En el caso del partido de ayer, el equipo insular mantuvo virgen su marco durante los primeros 45 minutos, pero en la segunda mitad encajó y además tres veces en 35 minutos.
La larga racha sin partidos empatados del Tenerife abarca ya ocho semanas, cuando durante el curso pasado la más grande fue de solo tres.Hay que remontarse a la campaña anterior (21/22) para hallar un periodo así de extenso sin una sola igualada: fue entre las jornadas 4 y 13, cuando el representativo concatenó ocho triunfos y una derrota, pero ningún partido acabado en tablas.
Una de las explicaciones que encuentra la tendencia del representativo a no empatar tiene que ver con la propia inercia de la competición de plata, donde el promedio de igualadas se ha reducido a solo un 23% respecto al 33% del curso anterior. Los compromisos que han registrado empates a cero son rara avis. Las excepciones a la regla son solo tres: Andorra-Sporting, Sporting-Oviedo y Racing-Huesca. Entretanto, en Primera División los empates también cotizan a la baja y suponen un 25% del total si se atiende a los datos correspondientes a las cinco primeras fechas del campeonato.
La tendencia a igualar poco también forma parte del ADN de Garitano. La X fue el resultado que menos veces se ha dado en los encuentros dirigidos por el preparador vasco a lo largo de su vasta trayectoria en Segunda División. En 140 encuentros dirigidos, contabilizando el de ayer en Ipurua, sus equipos ganaron 55 veces y cayeron en 45 ocasiones, así que el empate solo se dio en 40 oportunidades, lo cual representa un exiguo 27%.
Otro de los rasgos de este nuevo Tenerife es su fiabilidad defensiva, si bien ayer en el campo del Éibar el cancerbero Juan Soriano recogió hasta dos balones de su propio marco, ambos después del descanso.
El andaluz había firmado cinco porterías a cero, dos de ellas a domicilio (en Huesca y Andorra), pero tanto en Gijón como este sábado en tierras vascas no tuvo un día afortunado. En una mala tarde de todo el equipo, los golazos armeros hicieron esfumarse toda opción de puntuar. Lo que no cambia es la llamativa alergia al empate. Ocho jornadas y ni uno solo en el casillero del Tenerife.