Los primeros duelos entre CD Tenerife y RCD Espanyol (antes Español) tienen una historia casi centenaria. Desde la invitación de los catalanes al homenaje a Baudet hasta los cruces más recientes en Segunda, los dos únicos que se produjeron en la categoría de plata y que se saldaron ambos con empate.
A las cuatro y media de la tarde del jueves 10 de septiembre de 1925. Ahí comienza a escribirse la historia de los Tenerife-Español (es relativamente reciente escribir en catalán el nombre del equipo periquito), que contempla tan solo cuatro triunfos del representativo, el último de ellos en Primera División, categoría que fue contexto de estos enfrentamientos la inmensa mayoría de las veces que se produjeron.
En 26 duelos oficiales, el Tenerife ganó por última vez el 14 de marzo de 2010, con José Luis Oltra y Mauricio Pocchettino en los banquillos; y con un festival de goles que disfrutó un Heliodoro lleno, como lo estará también el lunes (20:00 horas). Marcaron Nino dos veces, Alejandro Alfaro y Richi, que abrió la cuenta. Para el mítico ariete almeriense fue su primer doblete en Primera y el gran derrotado del día fue el camerunés Kameni, que recogió hasta cuatro balones de sus redes.
No obstante, más historia e interés tiene la primera visita espanyolista, la de 1925, en el anunciado como adiós del cancerbero Baudet. Que en realidad no fue una despedida, según escribió el periodista Luis Padilla en EL DÍA. Aquel portero comparte con Gilberto Cayol en los libros de historia blanquiazul la consideración de mejor portero de la centenaria vida blanquiazul. «Nacido en Santa Cruz en 1905, fue el único de sus hermanos (cuatro varones y dos chicas) en aficionarse al football, que entonces se daba a conocer entre la sociedad chicharrera. Y aunque el joven destacaba en los equipos escolares del colegio San Ildefonso en la peculiar posición de goalkeeper, su salto a la fama se produjo de forma casual».
El caso es que en 1925 se anunció como partido de despedida para Baudet la visita del «afamado» Español «en su último partido en Canarias», tal y como puede leerse en el cartel de la contienda, que por cierto su protagonista no jugó por una indisposición. Las entradas, a precio de oro: cuatro pesetas la de Tribuna sin asiento, dos pesetas y media la de General, sin derecho a butaca. En el rival, jugó Zamora, que se convirtió ese día en uno de los arqueros más emblemáticos en visitar la Isla.
Desde entonces y hasta ahora hubo muchos otros duelos entre los dos equipos que se reencuentran el lunes. Jugaron en Primera, en Segunda y en la Copa del Rey, competición en la que aún dura a muchos seguidores chicharreros el enfado (lógico) por un penalti indescifrable que le señalaron a Jorge Sáenz fuera del área –sin VAR– y que sirvió a los catalanes para apear al Tenerife, al que dirigía José Luis Martí.
Desde la primera victoria oficial del representativo (en el curso 90/91, con tantos de Redondo y Toño) han transcurrido más de tres decenios. Buen momento para reeditar un duelo que no se produce desde la última vez de los pericos en Segunda, hace ahora tres años. Empataron en Cornellá (1-1) y en el Heliodoro (0-0). La quinta contra el Espanyol aún se resiste.