Asier Garitano, a por un ciclo largo

José Luis Oltra, Álvaro Cervera y Luis Miguel Ramis, últimos técnicos que han logrado firmar etapas trascendentes | José Luis Martí también duró más de una temporada

José Luis Martí, durante su estancia en el representativo.

José Luis Martí, durante su estancia en el representativo. / E. D.

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Aunque ha rubricado un contrato que contempla inicialmente una sola temporada, evidentemente el gran objetivo de Asier Garitano es firmar un ciclo no efímero y sí trascendente en la historia de la institución. Desde el comienzo del nuevo siglo, hasta cuatro técnicos blanquiazules han logrado inscribir su nombre en el escalafón de profesionales con más partidos dirigidos en la vida centenaria del club: José Luis Oltra, el que más; Álvaro Cervera, José Luis Martí y Luis Miguel Ramis, que deja el club desde el segundo lugar del podio con 124 comparecencias oficiales al frente del Tenerife.

Desde la primera etapa de Oltra, el club ha buscado siempre acercarse a la estabilidad que tuvo durante el ciclo largo (y exitoso) del valenciano, que conquistó un ascenso a Primera División –el último hasta la fecha– y un descenso triste pero no traumático, del que el entrenador no salió marcado negativamente. Al club casi siempre le costó la elección de un buen sucesor para los técnicos que dejaron mayor huella en la feligresía del Heliodoro. De ahí la dificultad de buscar ahora un profesional de garantías que cubra el vacío grande que deja Luis Miguel Ramis, venerado por buena parte de la afición local y que dejó su propia impronta con el recuerdo feliz del casi ascenso.

Luis Miguel Ramis charla con Álvaro Cervera en un Albacete-Cádiz. | | E.D.

Luis Miguel Ramis charla con Álvaro Cervera en un Albacete-Cádiz. / E. D.

Errores pretéritos

Tras decidir la no renovación de Oltra, el club se equivocó estrepitosamente con la llegada de Gonzalo Arconada, uno de los técnicos de etapa más corta en la historia del club insular, con resultados funestos y un despido exprés. Tan rotundo fue su fracaso que le siguió una catarata de ceses –el de Mandiá vino a continuación– hasta dar con los huesos del equipo blanquiazul en Segunda B. Aquella cuesta abajo se llevó por delante incluso a una figura tan consolidada como la de Santiago Llorente, el secretario técnico del último ascenso a Primera.

Tampoco hubo demasiada suerte con el sucesor del exitoso Cervera, un Raúl Agné que salvó los muebles al cierre de su primera temporada –logró el propósito de la permanencia– y fue despedido pronto en la segunda. A toro pasado, ha significado que vivió «problemas personales» que le impidieron estar completamente centrado en el reto del ascenso, del que se quedó muy lejos.

José Luis Oltra, técnico de la historia blanquiazul con más partidos dirigidos al Tenerife. | | E.D.

José Luis Oltra, técnico de la historia blanquiazul con más partidos dirigidos al Tenerife. / E. D.

Respecto al relevo de Martí, el primer entrenador en llevar al club a la promoción de ascenso en su formato actual, el problema no fue tanto el rendimiento de Joseba Etxeberria como sí la falta de paciencia en su manual de estilo. El preparador vasco llegó con la intención clara de modernizar el área deportiva y con un afán reformista en muchas parcelas, pero apenas le dejaron hacer. Su primer curso en la Isla trajo consigo incluso un récord de triunfos consecutivos en casa y el equipo hasta se permitió soñar con los playoff; lo horroroso fue el ejercicio siguiente, con su despido a la quinta jornada cuando aún había visos de mejoría.

Una curiosidad: entre los últimos 20 entrenadores fichados por el representativo, cuatro (contando con el recién anunciado Asier) han sido vascos. Y otro dato elocuente: aunque hay excepciones llamativas, la mayoría de los contratos suscritos por el club fueron inicialmente por un año, como ocurre en el caso de Garitano. Esta tendencia se quebró en la negociación de Cordero con Ramis, quien pidió expresamente una vinculación más larga para poder tejer su proyecto e implantar su estilo. José Miguel Garrido, máximo accionista de la sociedad y quien ha tenido la última palabra en el proceso de contratación, ha explicitado en EL DÍA que la duración de la relación laboral con el guipuzcoano «es lo de menos».

«Ya puedes firmar a un entrenador por diez años que, si en diciembre vas el último por la cola, te van a pedir su cese», ejemplifica. Sea como fuere, el reto es de altos vuelos para el nuevo técnico. Ya no es solo borrar el recuerdo de Ramis, sino acercarse desde el comienzo a un objetivo al que el consejo y la propiedad le ponen palabras en sus respectivos discursos: «Estar peleando hasta el final por al quinta o sexta plaza», ha dicho el propio Garrido. Y aunque nadie lo vaya a admitir públicamente, la presión se duplica por el ascenso reciente de Las Palmas, vecino y eterno rival.

Sea como fuere, la etapa Garitano comenzará marcada por el estilo de su antecesor en el cargo, la conveniencia de una mayor sintonía del banquillo con la comisión deportiva –no la había con Ramis– y por supuesto su implicación en los fichajes firmados (Tomeu Nadal, Álvaro Romero y un lateral) y los que están por venir (Ángel). De hecho, también ha sido él quien ha dado luz verde a renovaciones como la de Aitor Sanz y a intentar otras en las que ya se trabaja, tales como la de Corredera, Sipcic, José León o Soriano.

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