El techo de la octava posición

El Tenerife tiene la oportunidad de terminar la temporada en el puesto más alto de la tabla de todos los que ha ocupado en la Liga 22/23. Su mejor registro, el noveno lugar.

El Tenerife fue noveno tras ganar al Albacete en el Heliodoro.

El Tenerife fue noveno tras ganar al Albacete en el Heliodoro. / Carsten W. Lauritsen

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Aunque deportivamente no le vaya a servir para gran cosa, el Tenerife podría ocupar en la última jornada de Liga su mejor posición en la tabla desde que comenzó la competición el 13 de agosto con la derrota en Ipurua. Sería algo así como un final en alto pero insuficiente para lo que se propuso en el origen, es decir, para repetir o mejorar su papel en la campaña pasada, en la que disputó la final del playoff.

Después de 41 partidos jugados, el equipo blanquiazul estableció su límite en la novena posición, espacio en el que habitó solo una vez, en la vigésima sexta fecha. Antes de la visita de este viernes a La Romareda, con la que completarán el calendario regular, los de Luis Miguel Ramis parten justo desde el escalón inferior, el décimo, pero podrían subir dos más si ganan y no lo hacen ni Andorra ni Cartagena. Los del Principado –tienen los mismos puntos que el Tenerife y el golaverage ganado– recibirán el sábado al Villarreal B y los de Cartagonova –dos más y el golaverage perdido– archivarán el curso el domingo en El Sardinero. Ninguno de ellos tiene nada en juego; es decir, ya están salvados y no entran en las ecuaciones del ascenso.

Ser séptimos, imposible. Lo que ya queda fuera del alcance del representativo es el séptimo puesto. Lo posee un Oviedo que le saca tres puntos al Tenerife y que ganó en el Heliodoro e igualó con los de Ramis en el Carlos Tartiere. El empate múltiple a 59 puntos –podría ser incluso de cuatro equipos– tampoco favorecería a los isleños.

No más abajo del doce. Si el techo se sitúa en el octavo lugar, el suelo está en el duodécimo. De ahí no pasará. Los blanquiazules solo podrían verse rebasados en la tabla por el Burgos –recibe al Lugo y tiene dos puntos menos– y el Leganés. La desventaja de los madrileños, que terminan la Liga este sábado en Granada, es de tres unidades.El teórico empate a 56 puntos tendría que romperse con el coeficiente general de goles a favor y en contra. El Tenerife lo tiene en positivo (+5) y el Leganés, en negativo (-3). En definitiva, es muy poco probable que los pepineros adelanten a los tinerfeños en la tabla.

Efecto en el presupuesto. El desenlace no servirá únicamente para cuadrar los números que quedarán reflejados en la clasificación final del club blanquiazul en Segunda División 22/23. También tendrán su efecto en el presupuesto del próximo ejercicio, dado que la posición de cada equipo influye en el reparto del dinero procedente de los derechos audiovisuales. Entre acabar octavo y duodécimo, hay una diferencia.

Cuando fue noveno. En el repaso de la trayectoria descrita por el Tenerife en la temporada que termina este viernes, los extremos se sitúan en los puestos vigésimo y noveno. Los blanquiazules pisaron la zona de descenso una semana, en una fase embrionaria de la competición. Después de perder en Eibar, empatar en casa con el Lugo y caer ante el Levante, el equipo tocó fondo al ser vigésimo. En el caso contrario, su mayor éxito fue colocarse noveno en la vigésima sexta fecha después de un 1-0 al Albacete y de enlazar ocho partidos sin perder. Tras ese estirón, su distancia con el sexto clasificado fue de ocho unidades.

Dentro de ese margen (9º y 20º), los datos indican que el Tenerife no fue un equipo de la mitad alta de la tabla. De hecho, los puestos que más veces ocupó fueron el decimocuarto, decimoquinto y decimoséptimo (6). En esa franja pasó casi la mitad del calendario. Con todo esto, si es capaz de irse de vacaciones con un triunfo en Zaragoza y le favorecen los resultados del Andorra y el Cartagena, tocará el techo de la octava plaza y batirá su récord en esta Liga.

Suscríbete para seguir leyendo