Mauro, "obsesionado" con "tinerfeñizar" al Tenerife

En su presentación como nuevo director deportivo del Tenerife, se muestra partidario de que Ramis renueve. Espera que el equipo emocione e ilusione por aspirar al ascenso a Primera.

Mauro Pérez.

Mauro Pérez. / Carsten W. Lauritsen

Julio Ruiz

Julio Ruiz

El primer día de Mauro Pérez como director deportivo del Tenerife, ya en contacto con nuevos sus compañeros de viaje y también con los medios de comunicación, fue un verdadero regreso a casa. «No estoy ni nervioso», reconoció en un momento de la larga rueda de prensa que ofreció, junto a los consejeros Santiago Pozas y Juan Guerrero –con sonrisa cómplice de quien ha acertado con una decisión–, y con su padre, el exjugador blanquiazul Mauro, y su madre como testigos. No sorprendió que admitiera que estaba viviendo el día «más feliz» de su carrera deportiva. Una conclusión normal para alguien que es tinerfeñista de cuna, que pasó por la cantera del club, que empezó «desde abajo» y que ha regresado para ocupar un cargo de tanta relevancia, con un contrato de tres años, después de arriesgar en su etapa peninsular –Rayo, Getafe, Albacete y Lugo–.

En su puesta en escena, Mauro compartió un mensaje convincente y cargado de coherencia. Asumió el reto de aspirar al ascenso, aseguró estar preparado para soportar la presión –«me encanta la exigencia», dijo–, transmitió su deseo de ofrecerle a la afición un «equipo que emocione» y confesó que tiene la «obsesión de tinerfeñizar» la plantilla. En cuanto a sus planes a corto plazo, se limitó a opinar que Ramis debe ser la primera opción para el banquillo de la campaña venidera. Para lo demás, renovaciones de futbolistas y fichajes, ya habrá tiempo. Lo primero será sellar la permanencia.

Precisamente, su punto de vista sobre la situación del técnico fue de los más esperados de la comparecencia, no solo porque Ramis no ha desvelado si quiere continuar o no en el cargo, sino porque ambos coincidieron en el Albacete y terminaron su relación profesional antes de lo previsto por orden del tinerfeño. Mauro quiso aclarar que tiene una relación «cordial» con Luis Miguel y aprovechó par advertir que nunca llegó a manifestar su arrepentimiento de despedir tarde al técnico: «Hice unas declaraciones en las que cogieron solo una parte y se armó la bola».

 Zanjado ese asunto, reconoció que le ha recomendado al consejo la renovación de Ramis. «No tengo toda la información, pero sé que hubo un acercamiento y que el míster aplazó esa reunión a cuando se consiga el objetivo mínimo de la permanencia, pero creo que debe ser la primera opción», explicó antes de añadir que en el club están «abiertos a muchas cosas».

Con o sin Ramis, Mauro apuntó que el Tenerife de las próximas temporada no será solo suyo, sino de todos. Lo que sí espera es que el equipo que diseñe consiga que «la gente salga del estadio contenta o enfadada porque el resultado ha sido bueno, malo o regular, pero orgullosa de los jugadores». En definitiva, sueña con un Tenerife «que emocione» por su respuesta en el campo y que «ilusione» por su lucha por objetivos ambiciosos, es decir, por el ascenso aPrimera. «Dentro del presupuesto que manejemos, tendremos que hacer la plantilla más competitiva posible, que llegue a las diez últimas jornadas con opciones de disputar el playoff;la gente tiene que estar ilusionada con algo», continuó Pérez, consciente de que en el fútbol no hay garantía de éxito: «Si lo hacemos mejor, fantástico;y si lo hacemos peor, suspendemos».

En su declaración de intenciones, Mauro no añadió nombres de jugadores, ni de los que podrían sumarse ni los que están pendientes de renovar –Aitor Sanz, Carlos Ruiz, Shashoua–, ya que son asuntos que se irán desbloqueando, o no, cuando el Tenerife garantice su permanencia en la categoría. Pero sí expresó su voluntad de reforzar el plantel con jugadores tinerfeños. «Una de mis obsesiones va a ser tinerfeñizar al equipo, y eso se puede hacer subiendo jugadores de la base y repatriando a otros, aunque habrá que ver cada circunstancia», comentó abriéndole la puerta a la «malgama de futbolistas canarios» que están compitiendo fuera de las Islas.

En esa línea, apoyó públicamente la apuesta del presidente Paulino Rivero por una plantilla con más canteranos, pero añadió que se trata de un proceso que necesita su tiempo. «Sí podemos hacerlo a medio plazo y debe conseguirse a largo», calculó. «Tenemos que seguir trabajando al máximo con la cantera, sabiendo que ni nuestros pibes ni los de otros clubes están preparados para jugar en el primer equipo hasta que no juegan.Si vamos a esperar a que estén preparados, no los pondremos nunca. A todos se les ha dado su oportunidad, un margen de crecimiento, sus seis partidos para que se puedan desarrollar», explicó poniendo el ejemplo de Teto.

Sin salir del futuro de la base, se mostró partidario de ser «meticulosos» con la elección de los destinos de los canteranos cedidos, ya que «un tinerfeño no rendirá igual en el Córdoba que en el Barakaldo, hay que buscar los entornos adecuados para un mejor desarrollo».

La cantera acabará teniendo su peso en un club que espera manejar un presupuesto que será «bastante competitivo» y que variará en función del puesto que ocupe el equipo en la tabla. Al respecto, Mauro recordó que «entre quedar el octavo y el décimo, igual hay algún fichaje interesante en medio con el dinero de la televisión».

Pérez se moverá dentro de esos parámetros en sintonía con un consejo de administración que ha introducido un modelo de gestión sin precedentes en el Tenerife, con un accionista principal –José Miguel Garrido–, un consejero que es director general –Pozas– y otro que supervisa el área deportiva –Juan Guerrero–. Después de trabajar en el Rayo, Getafe, Albacete y Lugo, Mauro señaló que, «al final, todo se consensúa» a la hora de cerrar un fichaje. «Si tenemos un grupo de trabajo en el que Juan (Guerrero) es el responsable máximo, ¿qué más da? No hay nada distinto a otros clubes. Los que se juegan la pasta son los consejeros. Yo no me juego dinero, pero tengo que justificar el por qué y ellos, autorizarlo», reflexionó el dirigente.

En el plano personal, remarcó que está «en el mejor club del mundo» y admitió que el conocimiento del entorno tendrá sus ventajas. «Si las cosas van mal, me van a dar, porque esto funciona así, y si van bien, como somos pasionales y atlánticos, seré un fenómeno», expuso Mauro, para quien será conveniente «mantener un equilibrio emocional en las buenas y en la malas». Dicho esto, no dudó de que su día a día ya no será el mismo. «Ahora voy a salir de mi casa y cualquiera me va parar por la calle y me va a decir, no veas lo que trajiste o vaya fichajazo... Eso, todos los días, conmigo y con mi familia», declaró Francisco Mauro Pérez Gorrín (1/5/1973, Santa Cruz de Tenerife), justo en el «mejor día» de su vida «a nivel deportivo».

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