Mauro, la apuesta del Tenerife

El isleño Mauro Pérez Gorrín (Santa Cruz de Tenerife, 1973) se convertirá en el próximo director deportivo del CD Tenerife –el primer canario en ejercer esta responsabilidad desde Quique Medina– en cuanto lo apruebe el consejo de administración que preside Paulino Rivero. De este modo quedará cubierta la vacante que dejó Juan Carlos Cordero con su partida en enero al Real Zaragoza.

Un encuentro en Madrid, celebrado en la noche del martes y con la presencia del máximo accionista del club, José Miguel Garrido, sirvió para cerrar los detalles del acuerdo, que será por dos años. Si todo avanza según lo previsto, Pérez podría ser presentado el martes a mediodía en el Heliodoro Rodríguez López y asumir el mando, aunque sin plenos poderes como sí los tuvieron algunos de sus antecesores en el cargo.

Antes de desembarcar en el club de su isla natal, trabajó para Albacete y Lugo, entre otros equipos profesionales. Mauro, con el fútbol en las venas, inició su etapa en los banquillos con solo 23 años. Luego, dejó muestras de su destreza como profesional de los despachos desde el departamento de análisis táctico del Rayo Vallecano y estuvo adscrito a la dirección deportiva del Getafe CF.

El conjunto blanquiazul cambia de modelo en busca de una estabilidad que se le resiste en los últimos años en un puesto clave como es la dirección deportiva. Ni tan siquiera los últimos gestores que firmaron un ascenso de categoría (Santiago Llorente, de Segunda a Primera; y Quique Medina, de la categoría de bronce a la de plata) tuvieron una travesía larga en un puesto alta responsabilidad, de muchos vaivenes, que Cordero abandonó por decisión propia tras 1.054 días en el cargo.

El cargo en cuestión ha tenido muy diversas nomenclaturas a lo largo de los años. Lo dejó en 2006 el representante de futbolistas Olaf Bonales (ahora es agente de Mauro), presentado por el consejo de administración de Víctor Pérez Ascanio como asesor deportivo. Arribó entonces Alfonso Serrano, recomendado justamente por quien sería su sucesor, Santiago Llorente; y ambos tuvieron la consideración de secretario técnico y director deportivo en sus distintas etapas en la institución. Tras subir a Primera al cabo de una temporada de ensueño, el posterior descenso a los infiernos trajo consigo el cese de Llorente y el fichaje de Juanjo Lorenzo, que no funcionó.

La estadía del ahora asesor del Cádiz fue más efímera de lo previsto (apenas 148 días en el club) y se produjo entonces un acontecimiento absolutamente inesperado: el acercamiento del expresidente Concepción a Quique Pina, que le sugirió contratar a Pedro Cordero. Por aquel entonces nadie podía presagiar que el joven gestor cartagenero iba a ocupar el mismo despacho que luego sería para su hermano Juan Carlos. En todo caso, el segundo tuvo mucho más el primero, cuyo proyecto para sacar al Tenerife del fútbol no profesional (Segunda B) se truncó con una eliminatoria de funestos recuerdos ante la Ponferradina.

El doloroso final con derrota en el Heliodoro trajo consigo cambios urgentes. Concepción citó a un consejo de sabios (César Gómez, Martín Marrero...) y le recomendaron tirar de ADN canario y producto isleño. Quique Medina acertó en casi todo: la elección del entrenador (Álvaro Cervera), la repatriación de jugadores que habían emigrado, la apuesta por la cantera (Ayoze Pérez, que luego dejó dos millones de euros en las arcas blanquiazules) y la configuración de un plantel de éxito que subió por la vía rápida.

Algunos de estos parámetros son los que se buscan ahora en la apuesta por Mauro, que habrá de convivir con el consejero Juan Guerrero y dos futbolistas retirados en el último decenio, como Ricardo León y Suso Santana. Se encontrará con mucho trabajo ya avanzado en varios flancos, uno de ellos la búsqueda de un nuevo entrenador. Justamente su muy mejorable relación con Luis Miguel Ramis hace pensar que el tarraconense no renovará su contrato. Para este cargo el club ya se ha reunido con cuatro candidatos y se decanta, por este orden, por Asier Garitano y Jon Pérez Bolo como principales alternativas de futuro.

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