El revulsivo favorito

Con cierta frecuencia insiste el entrenador del CD Tenerife, Luis Miguel Ramis, en que son tan importantes los futbolistas que cumplen con su misión desde inicio que aquellos otros capaces de desnivelar la balanza cuando salen desde el banquillo. Entre éstos últimos, podría decirse que su revulsivo predilecto está siendo Borja Garcés.

El jugador nacido en Melilla y proveniente del Atlético de Madrid llegó con el deseo de adoptar otro rol en el representativo –no en vano, fue traído por Juan Carlos Cordero con la etiqueta de titular– pero su misión ha sido casi siempre la de desatascador.

En 32 jornadas ya disputadas, el delantero del dorsal nueve es el componente del plantel insular con más apariciones desde el banquillo: con la del derbi canario del pasado sábado, cuando irrumpió para cubrir la baja forzosa de Elady por lesión, son ya 13 las veces que ha irrumpido en escena con la vitola de revulsivo.

Garcés cumplirá contrato en junio y volverá entonces a su club de origen. Ya en invierno se especuló mucho con la cancelación anticipada de su préstamo, pero Ramis le transmitió plena confianza en sus servicios y le dio carrete con un par de titularidades. Su gol providencial en Cartagena, que valió para sumar uno de los dos triunfos a domicilio que lucen en el casillero tinerfeñista, acalló las especulaciones y confirmó su continuidad. Ahora bien, su posición en el proyecto no ha cambiado lo suficiente para instalarle de nuevo en la titularidad. Tal vez la disfrute hoy, a tenor de las numerosas bajas en ataque.

El profesional melillense suma tantas presencias en el once como participaciones como suplente. Ahora bien, casi siempre sus apariciones desde el banquillo han sido par largos ratos. Excepto ante la Ponferradina (9'), todas las veces que Ramis tiró de él fue para darle más de un cuarto de hora, o incluso para más de medio partido, como ocurrió contra Las Palmas (54') en el victorioso clásico de la semana pasada.

Se da la circunstancia de que dos de sus goles vinieron en partidos en los que fue reserva, ante el Albacete, en un día que disputó 22 minutos de competición; y contra el Mirandés, que jugó 26. Tras Garcés, los siguientes futbolistas con más irrupciones desde el banquillo son Elady Zorrilla y Mo Dauda, con 11 cada uno; mientras Teto se queda en 10 y Javi Alonso en nueve. A estas alturas también llevan más apariciones como suplente de las habituales en ellos Álex Corredera y Sam Shashoua, porque su proceso de puesta a punto tras ser operados –solo concluído con éxito en el caso del catalán– trajo consigo una incorporación gradual a la competición para ambos futbolistas.

Mientras salir desde el banquillo es misión para la que están acostumbrados y que conocen a la perfección algunos hombres que repiten en tal faceta casi todas las veces que juegan, para otros es una faceta prácticamente desconocida. De hecho, jugadores como Nacho Martínez o Mellot apenas han pasado un puñado de veces por esta experiencia en la que Garcés, hasta la fecha, sigue siendo el gran especialista.

Suscríbete para seguir leyendo