CD Tenerife

Bolo y Asier Garitano, opciones a tiro para el CD Tenerife

El club ya rastrea el mercado de entrenadores libres, en el que sobresalen estos dos técnicos con experiencia en Segunda

Jon Pérez Bolo.

Jon Pérez Bolo. / LaLiga

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Los últimos indicios que ha ofrecido Luis Miguel Ramis a los dirigentes del CD Tenerife apuntan a que no continuará en el cargo, así que la comisión deportiva ya explora alternativas con la intención de contar con un entrenador de garantías para el proyecto venidero 2023/24. El objetivo para la nueva temporada será, como mínimo, abrochar una plaza de las que dan derecho a disputar la promoción; y así se le transmitirá a los distintos candidatos al puesto que quedará vacante si finalmente Ramis declina la oferta de renovación (por dos temporadas) que ya tiene encima de la mesa.

El club ha empezado por rastrear el mercado de entrenadores libres, centrándose en aquellos que pudieran encajar en las ambiciosas pretensiones del representativo y, sobre todo, priorizando a los técnicos que tienen suficientes experiencia y conocimiento de la categoría. Entre los profesionales en paro y con trayectoria en Segunda sobresalen dos nombres que cuentan ya con pretendientes: Jon Pérez Bolo, ex de la Ponferradina y Real Oviedo; y Asier Garitano, que entrenó -entre otros- a Real Sociedad, Leganés y Deportivo Alavés.

En la entidad blanquiazul tienen muy claro el perfil que buscan. Y también que le darán al profesional escogido voz y voto en las decisiones relacionadas con la configuración del proyecto, como así se lo ha prometido también a Ramis (si renovase). No obstante, el tarraconense ha optado por congelar las negociaciones, como así ha revelado él mismo y confirmado recientemente el primer accionista de la institución, José Miguel Garrido, quien ha fijado para finales de abril el plazo máximo para resolver el asunto, crucial en la preparación del curso siguiente. Antes, obviamente toca cerrar la permanencia de la mejor manera.

En cuanto a Ramis, ha sorprendido su cambio de discurso. En un primer momento aseveró que esperaba «una llamada» del Tenerife y que esperaba que la de su renovación fuese una cuestión «de confianza». Días después, una vez ya le formularon una oferta (a través de su representante), optó por priorizar y poner delante «los resultados» por delante de cualquier otra disquisición.

Llegados a este punto, el actual jefe del banquillo pretende esperar unas semanas más antes de tomar una determinación definitiva, que apunta a salida. En cambio, en el club quieren tener atado al nuevo técnico a corto plazo para así empezar a configurar con su ayuda la plantilla para el curso 23/24, para la cual ya hay nombres atados y otros por los que se han iniciado conversaciones. Uno de ellos Ángel, como publicó EL DÍA.

Por parte del club, la búsqueda de un líder para el vestuario ya ha comenzado. Por el camino se han descartado las opciones inasequibles (Pacheta, Calleja o Paco López). Otras son harto difíciles: son técnicos con contrato en vigor.

Déficit de 17 puntos con el curso pasado

El déficit del Tenerife con su versión del curso pasado es ya de 17 puntos. El cuadro blanquiazul contaba la temporada anterior a estas alturas con 16 triunfos y siete empates en su casillero, un bagaje que le permitió encaramarse a la cuarta posición recién comenzado el mes de marzo. El representativo tenía 55 puntos, por 38 ahora; y soñaba con clasificarse para la promoción de ascenso por segunda vez en su historia.

Tras el tropiezo ante el Eibar, en el Heliodoro ya empezó a asumirse que repetir presencia entre los mejores era una completa quimera. Habría que acercarse a la perfección en las jornadas que faltan, pues harían falta unos 27 o 28 puntos de los 33 que quedan por jugarse. En la odiosa comparación con el ejercicio previo, un dato llama poderosamente la atención: en su temporada de casi ascenso, el equipo solo había marcado 43 goles en 31 jornadas. Este año, suma 27.

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