Horas decisivas para el futuro de Juan Carlos Cordero, a quien en el club, y a día de hoy, ven más fuera que dentro. El conjunto blanquiazul ya conoce de las intenciones del profesional cartagenero, quien en varias ocasiones se ha dirigido a sus superiores para explorar un posible acuerdo para su salida. Su destino sería el Real Zaragoza, de la misma categoría que el representativo, que ansía cerrar la operación de forma inmediata.

Tal y como ayer informó EL DÍA, el contrato de Cordero está blindado, porque así lo quiso el todavía presidente del club, Miguel Concepción, ya completamente desprovisto de capacidad ejecutiva. Toda vez que el próximo 14 de diciembre se producirá un relevo en el consejo de administración, las decisiones de peso ya las toma el nuevo primer accionista, José Miguel Garrido.

La cuantía que habría de pagar el Real Zaragoza por liberar a Cordero de su vinculación actual con el Tenerife rebasa con creces los 500.000 euros, pero es de prever que la directiva blanquiazul entrante se conformaría con esta cifra e incluso aceptaría un cobro a plazos. El curso de los acontecimientos ha convencido a todas las partes implicadas en que lo más higiénico y saludable para la institución es la salida de un director deportivo que, si se quedase, lo haría a disgusto.

Tanto los gobernantes actuales como los que tomarán posesión de sus cargos el próximo mes son conscientes de las intenciones del cartagenero, que ya ha cerrado los pormenores de su presumible desembarco en Zaragoza, que contempla tres cursos y la incorporación de dos ayudantes.

Entretanto, en el Tenerife están previstos todos los escenarios. Los accionistas de referencia consultados por EL DÍA subrayan que Garrido está preparado para asumir un posible sustituto con la temporada comenzada. Eso sí, a Cordero se le pediría claridad en su pública exposición y que sea él quien exponga públicamente su intención de marcharse. Quedaría así a medias un proyecto emprendido hace dos años –relevó a Víctor Moreno– y que tenía por fecha de caducidad el mes de junio de 2025, una vez Concepción le firmó un nuevo contrato (a razón de 300.000 euros anuales) hace tan solo unos meses. Para el cargo que quedaría vacante, los nuevos gestores descartan que el elegido sea Mauro Pérez. Con frecuencia se ha insistido en las últimas semanas en esta posibilidad, tal vez por la intención de apostar por profesionales isleños que se le presume a la directiva entrante. Pero el ex de Lugo y Albacete está descartado, al menos en estos momentos, por su nula relación con el actual entrenador. «Mi gran error fue no destituir antes a Ramis», llegó a decir Mauro en una entrevista concedida tras su salida del club manchego.

Tampoco recurriría el equipo de Garrido a Juan Guerrero, exdirector deportivo del Castellón y que trabaja para el inversor madrileño. Su cometido en la nueva estructura está muy claro: será el enlace entre el consejo de administración y la parcela futbolística, pero no el recambio de Cordero si éste último acaba marchándose. Por varios motivos, esta semana se antoja crucial para definir si saldrá. Por un lado, por las prisas del Real Zaragoza, que quiere un reemplazo inmediato para el destituido Miguel Torrecilla con vistas al venidero mercado invernal.

En el Tenerife, el fichaje de un sucesor para el actual director deportivo se produciría con casi total seguridad después de la reforma de enero, que traerá consigo varias incorporaciones (se buscan un lateral izquierdo, un central y un hombre de perfil ofensivo); el cambio de ficha para Teto, ya con contrato profesional, y al menos una salida. Entretanto, el que será nuevo presidente permanece informado por Garrido de todos los movimientos acaecidos en el apartado deportivo, ahí donde las competencias son todas para el máximo accionista del club.