Muchas de las miradas irán hoy al palco VIP del Gran Canaria, donde Miguel Concepción Cáceres vivirá su último gran duelo isleño desde la presidencia, que abandonará el próximo 14 de diciembre para dar paso a Paulino Rivero. Entretanto, la del expresidente del Gobierno regional –asiduo a estos clásicos– será una de las ausencias más destacadas. Tampoco estuvo en la reinauguración de la Ciudad Deportiva Javier Pérez, pues prefiere guardar silencio y permanecer en un discreto segundo plano hasta que llegue el momento de comparecer y enunciar su discurso de presentación, lo cual ocurrirá dentro de dos semanas.

En cuanto a Concepción, aspira a que su ciclo de derbis (23 con el de esta noche) se cierre con una victoria. El primero de sus clásicos acabó con empate en 2006; y los más recientes se corresponden con la histórica disputa de una semifinal de la promoción de ascenso contra el acérrimo enemigo. Hace tan solo unos meses, ambos duelos –el del Heliodoro y el del Gran Canaria– finalizaron con triunfo blanquiazul. Entre los vividos bajo mandato del jerarca palmero, uno de los más aplaudidos y recordados por la feligresía tinerfeñista fue el de la primera victoria del representativo en el coliseo de Siete Palmas, con gol de Alejandro Alfaro.

Cuando se le ha preguntado por sus recuerdos de estos clásicos al presidente más longevo de la historia blanquiazul, siempre responde que «la rivalidad es especial pero sana». Y no olvida posiblemente el que haya sido su derbi más amargo, el del descenso a Segunda B con una gran representación de canteranos en el grupo entonces dirigido por David Amaral. Defendieron el escudo en el clásico de la mofa, pues la afición amarilla no olvidaba aquel día «el pasillo» pronosticado por Concepción, y que nunca vio la luz. Con el de esta noche, superará el presidente los derbis de José López: 22.