eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Héroes en territorio amarillo

El murciano Alfonso Fernández y el vizcaíno Gonzalo Díaz Beitia fueron los pioneros en los primeros clásicos disputados en Las Palmas, en las temporadas 53/54 y 62/63

Tres de los momentos de mejor recuerdo para la afición del Tenerife en derbis jugados en Las Palmas, sin contar el 1-2 en el

José Antonio Barrios, Agustín Lasaosa, Quique Medina, Bruno Marioni, Alejandro Alfaro, Maxi Pérez, Suso Santana, Enric Gallego... Son algunos de los blanquiazules que lograron marcar con el Tenerife en el Insular o en el Gran Canaria y que entraron en la historia de los derbis. El clásico de mañana les abre las puertas a nuevos protagonistas.

La huella de los goleadores en los derbis en territorio amarillo. Algunos de ellos, convertidos en héroes blanquiazules. De Alfonso Fernández a Enric Gallego. Del primer punto sumado en el campo vecino, en diciembre de 1953, a la clasificación para la final de la promoción de ascenso a Primera del pasado mes de junio. El Tenerife ha disputado 34 partidos oficiales ante la UD Las Palmas en Gran Canaria, los doce últimos en el nuevo estadio y los anteriores, en el Insular. En dieciocho de esos clásicos, el equipo tinerfeño pudo marcar, al menos, un gol. Muchos de esos tantos quedaron en el olvido. No sirvieron para gran cosa. Otros, sin embargo, ocupan capítulos destacados en la centenaria historia del club. Una historia animada por los derbis, por unos enfrentamientos abiertos a la inclusión de nuevos protagonistas. ¿Quién tendrá esa suerte mañana?

El último héroe blanquiazul en suelo grancanario fue Enric Gallego. El ariete catalán firmó un doblete en el antecedente más cercano, el que metió al Tenerife en la final del playoff para intentar subir a Primera hace cinco meses (1-2). Antes que él, los éxitos blanquiazules en la Isla vecina estuvieron ligados a nombres de futbolistas como Suso Santana, Maxi Pérez, Alejandro Alfaro, Pablo Sicilia, Martín Posse, Bruno Marioni, Quique Medina... Pero el pionero fue Alfonso Fernández, un centrocampista murciano que tuvo un breve paso por el representativo tras jugar en el Hércules y el San Andrés. Participó en veinte partidos de Liga de la temporada 53/54 (Segunda División) con el Tenerife y marcó dos goles, uno al Mestalla en el Heliodoro y otro a Las Palmas en el Insular (1-1).

. Protagonismo para Marioni (derecha), Alfaro (arriba) y Suso.

Diez años más tarde, en el tercer derbi de Segunda División en Gran Canaria, los blanquiazules volvieron a festejar un tanto, esa vez para mejorar el resultado anterior. En marzo de 1963, el Tenerife se impuso por 0-1 gracias a un acierto de Gonzalo Díaz Beitia. El atacante vizcaíno había sido uno de los refuerzos en el debut del club en Primera (61/62). Tras el descenso, siguió un año más y contribuyó de manera notable a la conquista del primer triunfo en el estadio Insular.

A partir de ahí, a mediados de los 60, se fueron separando los caminos de los dos equipos canarios. Mientras que la Unión Deportiva se consolidaba en Primera, el Tenerife quemaba etapas en Segunda, Segunda B e incluso en la Tercera de aquellos tiempos. Los derbis quedaron reducidos a las coincidencias en las dos Copas, la de España y la de la Liga, casi todos resueltos a favor del conjunto grancanario. El simple hecho de marcar un gol en el Insular ya se asumía como un éxito. El Tenerife llegó a enlazar siete visitas sin anotar. Hasta que en noviembre de 1979, Salvador Mesa rompió la sequía con una diana que, sin embargo, no permitió al equipo pasar de ronda en la Copa del Rey (2-1). Finalmente, José Antonio Barrios sí rompió la tendencia con dos goles (2-2) que encarrilaron la clasificación de los tinerfeños en el torneo del KO en la temporada 1980/81. El 2-1 posterior en el Rodríguez López, lo confirmó.

Tras el doble zarpazo del Tigre, Las Palmas y Tenerife se enfrentaron en Segunda División en 1984. En la penúltima jornada de esa Liga, una Unión Deportiva sin nada en juego recibió a un Tenerife obligado a sumar los dos puntos para no bajar. Con gritos de tongo, tongo en la grada, Gilberto y Lasaosa se alzaron como héroes blanquiazules para atenuar aquella necesidad.

Héroes en territorio amarillo

La historia de los derbis volvió a entrar en otra etapa poco productiva para los tinerfeños. Al menos, hasta que llegó el enfrentamiento de la gota fría, el que se aplazó por una amenaza de tormenta en Gran Canaria y se celebró el 21 de febrero de 1989, con los de Benito Joanet convertidos en inesperados candidatos al ascenso a Primera División, situados al frente de la clasificación, y los de Álvaro Pérez tratando de engancharse a esa misma carrera. En el duelo de la vigésima segunda jornada, el Tenerife neutralizó la ventaja local en dos ocasiones. Primero fue Lema el que logró el empate, tras el tanto de Alexis Trujillo, y luego fue otro central, el tinerfeño Quique Medina, el encargado de silenciar a los pío, pío del Insular (2-2) con un remate a media distancia en el minuto 90. Ese empate relanzó a los tinerfeños hacia su regreso a la máxima categoría.

Si el de 1989 fue el derbi de Quique Medina –con permiso de Lema–, el de 2002 fue el de Marioni. En la única convivencia de los dos clubes en Primera, la penúltima fecha del calendario deparó un clásico vital para no descender. El Tenerife debía vencer para mantener sus escasas opciones. A Las Palmas le valía con ganar para depender de sí misma en la fecha definitiva. El encuentro se decidió con un único tanto del Barullo, con voltereta incluida en su festejo (0-1). Una semana después, los dos equipos se marcharon de la mano a Segunda.

En una etapa más reciente, el elenco de héroes blanquiazules en Gran Canaria creció con Martín Posse, por su golazo –desde el centro del campo– en el primer derbi jugado en el recinto de Siete Palmas; con Pablo Sicilia, por un certero cabezazo que quedó minimizado por el posterior tanto de Marcos Márquez en el tiempo extra; y, sobre todo, por Alejandro Alfaro. El de 2008 fue otro clásico jugado en Las Palmas que encumbró a un tinerfeñista. El onubense batió a Santamaría (0-1) y llenó de confianza a un equipo que acabó subiendo a Primera con Oltra como técnico.

Los dos siguientes goles de jugadores del Tenerife en el Gran Canaria llevaron la firma de Maxi Pérez y de Suso Santana, en ambos casos suficientes para lograr sendos empates (1-1). El uruguayo niveló un derbi al que la Unión Deportiva llegó como favorita, mientras que el tacuense pudo vivir la deseada sensación de marcar en un clásico. Aprovechó un penalti de los que se pitaban antes, cuando no existía el VAR, para cumplir ese sueño.

Compartir el artículo

stats