La Copa, en dos sorbos. Un gol de Alassan nada más comenzar la contienda y otro de Elady Zorrilla (en el segundo penalti consecutivo que anota en dos partidos) valieron al Tenerife para abrochar el objetivo de la clasificación sin margen para sobresaltos ni complicaciones. No fue un partido brillante del representativo, pero sí lo suficientemente aseado para que el pase a la segunda eliminatoria no peligrase en ningún momento. En medio del aluvión de equipos de Segunda que se han quedado por el camino, cobra valor la victoria frente a un voluntarioso Lealtad, que dejó una muy buena impronta y vendió cara su derrota.

Tal vez advertido por lo ocurrido el día antes con Ponferradina, Leganés o Lugo, equipos de su misma categoría que fueron arrollados el sábado a las primeras de cambio, el representativo pisó al acelerador para asegurar pronto el objetivo y luego se dio el capricho de sestear cuando ya la victoria parecía en la mochila. Quizá dejase la pelota demasiado tiempo en posesión de su adversario y no creciera lo suficiente con el cuero para intimidar y sentenciar antes, pero poco importa cuando ya el objetivo está conseguido. En Langreo, el trámite para los blanquiazules se solventó con más eficacia que brillo.

La superficie sintética sobre la que se disputó el partido y la tendencia a la complacencia (si no a la relajación) en este tipo de envites eran los principales enemigos para los de Ramis, que quiso ahuyentar la laxitud con un chute de savia nueva. La competitividad y las ganas de fútbol estaban garantizadas con nombres como los de Javi Diaz o David, únicos a los que el entrenador confirmó la titularidad antes de viajar y que tenían ganas de lucirse.

Lo mismo otros poco habituales en liga y que debían de hallar en el torneo copero el escaparate para mostrarse y el rodaje necesario para salir del paro. En este sentido no hay casi nadie de los llamados a reivindicarse que salga fortalecido, sí el grupo, que hilvana (aunque ésta sea en otra competición diferente)su segunda victoria consecutiva del curso y una inyección de energías para afrontar lo que viene.

El partido trajo consigo la mejor noticia posible nada más comenzar. Una buena acción de Andoni López habilitó al voraz Alassan para citarse con el gol y no desaprovechar la ocasión de estrenarse. Fue el canterano el gran triunfador de la mañana. Era su tercer partido a escala profesional y el primero donde acude al rescate del equipo con un tanto anotado con la punta del pie, en boca de gol y con la involuntaria ayuda del portero, que anduvo poco fino.

El paisaje cambiaba para el Tenerife hasta arrimarse el partido ahí donde quería Ramis. Lo llamativo fue que no optasen los blanquiazules por seguir apretando hasta hallar el 0-2, que ya sería definitivo. Tardó 82 minutos, los que tardó Elady en marcar de penalti;y no es que el cuadro isleño sufriera un asedio, ni mucho menos, pero sí fue desesperante verle jugar persiguiendo al rival, dueño y señor de la pelota, gobernando aparentemente el partido durante largo rato.

Tanto fue así que el Lealtad se lo creyó, dio un paso adelante, asumió riesgos y se plantó con cierta frecuencia ante Javi Díaz, que salvó a los suyos en alguna ocasión peligrosa;en las otras, fue la falta de puntería local la que evitó la igualada. Así que el duelo se fue al descanso con pronóstico incierto, muy abierto, esperando de la reanudación una mejoría ostensible en las prestaciones del Tenerife.

Una versión más decente del representativo llegó cuando se produjeron las permutas, una vez ya era imposible para el canterano David seguir sobre el verde y fue reemplazado por Sergio; también con Teto ya sobre el verde, ambicioso por naturaleza, comiéndose cada oportundidad a bocados, también ayer cuando lo previsible y natural era que le diesen descanso. Fueron del Tenerife esos compases finales donde también acusó el cansancio el Lealtad, que se apagó definitivamente cuando un discutido penalti (por manos dentro del área)brindó a los de Ramis la oportunidad de la sentencia.

Fue entonces cuando Elady se ubicó ante los once metros por segunda vez en una semana –la anterior en Burgos–y también acertó frente a Porrón como antes contra Caro. El gol era menos valioso que el de El Plantío pero bastó para eliminar cualquier duda sobre la clasificación blanquiazul e inscribir definitivamente el nombre del Tenerife en el sorteo del miércoles. Cualquier otro desenlace habría sido generar desasosiego y problemas. No era un día para florituras, sí para cumplir. Lo hizo el Tenerife sin enredarse ni excederse:dos goles... y nada más.