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Mo Dauda será del Tenerife en propiedad si el equipo no baja

Su contrato de cesión y posible compra obligatoria ya fija los honorarios que cobraría el curso que viene en Primera o Segunda | Cordero ganó la puja a Valladolid y Cartagena

Mo Dauda, durante un partido de esta temporada en el Heliodoro. | | LALIGA

Si el CD Tenerife no desciende, Mohammed Dauda (Ghana, 20 de febrero de 1998) será propiedad del conjunto blanquiazul durante las próximas tres temporadas. Ayer trascendieron cuáles son los dos supuestos que pactó el representativo para su posible compra obligatoria en el acuerdo de préstamo con el Anderlecht belga: si el club asciende a Primera División o asegura la permanencia en Segunda, el profesional africano pasará a ser patrimonio del club.

Dicho de otro modo, el Tenerife solo se quedaría sin los servicios del atacante ghanés si se produjese un indeseado descenso a Primera RFEF, con la consiguiente salida del club isleño del balompié profesional. Estos son los parámetros de negociación que acordó Juan Carlos Cordero en una ardua negociación con los belgas, y que se sustanció finalmente con un acuerdo satisfactorio para todas las partes, como así explicitó el director deportivo en el momento de su presentación.

Según ha podido saber EL DÍA, también se han fijado ya cuáles serían los emolumentos de Dauda para los dos supuestos que recoge el acuerdo de préstamo y posterior compra obligatoria. Como es lógico, su salario se dispara en caso de ascenso; y experimentaría solo una ligera mejoría para el curso venidero si el Tenerife continúa en Segunda División. «La operación es como una compra aplazada en el tiempo», explican fuentes cercanas al jugador.

Desde que arrancó este nuevo curso, Dauda ha tenido una gran influencia en los partidos disputados por el Tenerife, aunque se encontró con una muy inoportuna lesión lumbar en el compromiso disputado contra el Ibiza. Aquel día incluso tuvo que utilizar silla de ruedas en el desplazamiento de vuelta a casa, pero ya está de regreso y vuelve a ser relevante para Luis Miguel Ramis, como así demuestra su presencia en las últimas alineaciones.

La cerrada el pasado mes de julio no fue una negociación nada sencilla. Cordero logró imponerse a los muy numerosos pretendientes del atacante blanquiazul y ganó la puja por uno de los futbolistas más pretendidos en Segunda gracias a una fórmula a la que ya recurrió en ocasiones anteriores: la cláusula de compra obligatoria, clave para atraer al representativo a jugadores como Andrés Martín o Mario en la última ventana invernal.

El matiz más llamativo de la operación es que en este caso no supeditó la adquisición del jugador al número de partidos jugados, sino a la continuidad del Tenerife en fútbol profesional, condición indispensable para así poder sufragar el pago de los derechos federativos del jugador, que aún pertenece al Anderlecht. La cifra que tendría que abonar el Tenerife no ha trascendido, pues el contrato incluye férreas condiciones de confidencialidad. Durante el verano, el Cartagena creyó tener atado al jugador, como así verbalizaba recientemente su máximo mandatario, Paco Belmonte. No obstante, hacía meses que el Tenerife se había hecho fuerte en la negociación, que se complicó a última hora por la irrupción en escena de un pretendiente de Primera: el Valladolid de Ronaldo.

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