Confianza sin límites. Los nuevos gestores del CD Tenerife, aún sin haber tomado posesión de sus respectivos cargos, ya han querido trasladar a Luis Miguel Ramis su plena conformidad con su trabajo al frente del banquillo de los blanquiazules. Quien se ha ocupado de reunirse recientemente con el profesional catalán y transmitirle su absoluta tranquilidad fue el nuevo máximo accionista de la institución, José Miguel Garrido. El encuentro tuvo lugar en la terraza del hotel Mencey, que se convirtió en el centro de operaciones del inversor madrileño durante su última estancia en la Isla, la cual se prolongó por casi una semana.

La reunión, sin la presencia de Juan Carlos Cordero, valió para que Ramis escuchase en la voz del primer accionista del club cuáles son sus planes e intenciones para el próximo quinquenio (2022-2027), tiempo para el que se prevé que permanezca en la presidencia Paulino Rivero. Los proyectos del tándem que conforman Garrido y el expresidente del Gobierno de Canarias no pasan «de ninguna manera» por cambios drásticos ni una revolución; tampoco por un relevo en el banquillo ni la dirección deportiva. Consciente de las limitaciones a las que ha tenido que enfrentarse Ramis por varios factores (la lentitud del mercado estival en toda la categoría y las muy numerosas lesiones en demarcaciones sensibles), Garrido y Rivero creen en el trabajo de Ramis, su conocimiento vasto de la competición de plata y su capacidad para sacar el mejor rendimiento posible de la plantilla blanquiazul, como así ya demostró durante el curso pasado.

Este movimiento de Garrido no ha sido el único que ha realizado con el propósito de insuflar calma al entrenador y a los componentes de su equipo de trabajo. A esta reunión en privado se unen sus muy nítidas manifestaciones sobre Cordero y Ramis. «Los contratos van a cumplirse», adujo en su última entrevista en las páginas de EL DÍA. Así que no es casual que en dos recientes comparecencias públicas, el entrenador se haya mostrado muy receptivo ante el proceso de sucesión ya iniciado en el representativo. Según ha explicado, ve con buenos ojos que vayan «a contar con más recursos» en ejercicios venideros. Sus palabras van en la dirección ya verbalizada por Garrido, que se ha planteado como gran objetivo un considerable incremento del tope salarial del club para así poder optar a futbolistas apetecibles y aspirar al anhelado ascenso a Primera, que Concepción remarcó el pasado martes -en su rueda de prensa de despedida- como el propósito principal para los próximos años. En cuanto a Cordero, los jerarcas blanquiazules (los entrantes y los salientes) confirman su inquebrantable voluntad de contar con sus servicios, aunque él ha manifestado a varios componentes del actual consejo de administración que sería partidario de formalizar un acuerdo para la rescisión anticipada de su contrato.

Calma en los despachos

Y mientras el interlocutor para Ramis y Cordero era José Miguel Garrido, el resto de empleados de los distintos departamentos de la institución han recibido la correspondiente «llamada a la calma» por parte del todavía presidente, Miguel Concepción. El empresario palmero quiso que conocieran de primera mano su intención de retirarse de la presidencia en diciembre, así que programó un encuentro con ellos en vísperas de ofrecer su comparecencia de prensa del martes. Primero a los empleados y luego a todo el tinerfeñismo, Concepción les dejó claro que no abandona definitivamente al representativo, puesto que formará parte del conjunto de grandes accionistas que pilotarán los designios de la institución durante el lustro venidero. El dirigente blanquiazul no garantizó la permanencia de todos en sus puestos de trabajo, pero sí subrayó que la transición será tranquila.